ʻUn monstruo viene a vermeʼ, de Juan Antonio Bayona, triunfa en los Premios Gaudí
La película Un monstruo viene a verme, del director Juan Antonio Bayona, se impuso ayer domingo en la novena edición de los Premios Gaudí, que otorga la Academia del Cine Catalán. El film se llevó ocho de las once estatuillas a las que aspiraba, entre las que estaban la de mejor película en lengua no catalana y la de mejor dirección, ambas concedidas a Bayona, formado en las aulas de la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña (ESCAC), centro adscrito a la Universidad de Barcelona.
La película Un monstruo viene a verme, del director Juan Antonio Bayona, se impuso ayer domingo en la novena edición de los Premios Gaudí, que otorga la Academia del Cine Catalán. El film se llevó ocho de las once estatuillas a las que aspiraba, entre las que estaban la de mejor película en lengua no catalana y la de mejor dirección, ambas concedidas a Bayona, formado en las aulas de la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña (ESCAC), centro adscrito a la Universidad de Barcelona.
No fue el único premio para exalumnos de la ESCAC. El equipo técnico del film de Bayona, integrado por profesionales también procedentes de la misma escuela, obtuvo los premios al mejor montaje, para Jaume Martí y Bernat Vilaplana; a la mejor fotografía, para Óscar Faura, y al mejor sonido, para Oriol Tarragó.
Todos estos galardones convierten Un monstruo viene a verme en la segunda película más premiada en la historia de los Gaudí, solo superada por Pan negro (Agustí Villaronga, 2010), con trece premios.
Asimismo, Ebre, del bressol a la batalla, cuyo guionista es el exalumno y exprofesor de la ESCAC Eduard Sola, mereció el Gaudí a la mejor película para televisión.
Numerosos exalumnos de la ESCAC, entre los nominados
Un año más, la ESCAC ha tenido una elevada representación en este certamen del cine catalán. Además de los premiados, nueve exalumnos han sido nominados en varias categorías: Sylvia Steinbrecht optaba al Premio Gaudí a la mejor dirección artística por El rey tuerto; Jaume Martí, al mejor montaje por Contratiempo, y Arnau Valls, a la mejor fotografía por Tarde para la ira. Además, Toni Carrizosa y Xavi Resina competían en la categoría a la mejor dirección de producción por Toro y La próxima piel, respectivamente; y Àlex Villagrasa, por 100 metros, y Lluís Castells, por El elegido, lo hacían en los mejores efectos visuales. Finalmente, en la categoría al mejor cortometraje, optaban al Gaudí dos trabajos surgidos de la cantera de la ESCAC: En la azotea, del graduado Damià Serra y producido por ESCAC Films (galardonado en la pasada Seminci de Valladolid); y Graffiti, del también exalumno Lluís Quílez (Premio Méliès de Plata en el Festival de Sitges y reciente Premio Forqué).
Todos estos premios y nominaciones reconocen la excelencia de la ESCAC en la formación de los nuevos talentos de la industria cinematográfica: jóvenes y reconocidos profesionales de primer nivel que contribuyen con su labor a aumentar el prestigio y la calidad del cine catalán.