ʻEl segadorʼ, de Joan Miró, vuelve al Pabellón de la República

Joan Miró pintando <i>El segador [Pagès català en rebel·lió]</i> (<i>Le faucheur</i>, en francés), París 1937. Foto Roness-Ruan. Archivo Successió Miró
Joan Miró pintando El segador [Pagès català en rebel·lió] (Le faucheur, en francés), París 1937. Foto Roness-Ruan. Archivo Successió Miró
Cultura
(14/02/2018)

En 1937 se inauguró en la Exposición Universal de París el Pabellón de la República, obra de los arquitectos Josep Lluís Sert y Luis Lacasa, para acoger intervenciones artísticas y culturales que mostraran al mundo los horrores de la guerra y la lucha de la República contra el fascismo. En él expusieron algunos de los principales artistas españoles de la época, como Pablo Picasso, que pintó expresamente para la ocasión el famoso Guernica, que luego daría la vuelta al mundo. No corrió la misma suerte el mural El segador, que pintó Joan Miró y que desapareció misteriosamente al terminar la exposición. Ahora, ochenta años más tarde, una reproducción en blanco y negro de la obra original se vuelve a exhibir en la reconstrucción del Pabellón de la República que se encuentra en el distrito de Horta-Guinardó de Barcelona y que se alzó con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992. El pabellón es la sede actual del Centro de Estudios Históricos Internacionales (CEHI) y del CRAI Biblioteca del Pabellón de la República de la Universidad de Barcelona.

Joan Miró pintando <i>El segador [Pagès català en rebel·lió]</i> (<i>Le faucheur</i>, en francés), París 1937. Foto Roness-Ruan. Archivo Successió Miró
Joan Miró pintando El segador [Pagès català en rebel·lió] (Le faucheur, en francés), París 1937. Foto Roness-Ruan. Archivo Successió Miró
Cultura
14/02/2018

En 1937 se inauguró en la Exposición Universal de París el Pabellón de la República, obra de los arquitectos Josep Lluís Sert y Luis Lacasa, para acoger intervenciones artísticas y culturales que mostraran al mundo los horrores de la guerra y la lucha de la República contra el fascismo. En él expusieron algunos de los principales artistas españoles de la época, como Pablo Picasso, que pintó expresamente para la ocasión el famoso Guernica, que luego daría la vuelta al mundo. No corrió la misma suerte el mural El segador, que pintó Joan Miró y que desapareció misteriosamente al terminar la exposición. Ahora, ochenta años más tarde, una reproducción en blanco y negro de la obra original se vuelve a exhibir en la reconstrucción del Pabellón de la República que se encuentra en el distrito de Horta-Guinardó de Barcelona y que se alzó con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992. El pabellón es la sede actual del Centro de Estudios Históricos Internacionales (CEHI) y del CRAI Biblioteca del Pabellón de la República de la Universidad de Barcelona.

Encaramado sobre un andamio, Miró pintó El segador (Le Faucheur, en francés) en una de las salas del Pabellón de la República. La obra, también conocida como Pagès català en rebel·lió, era de unas dimensiones colosales (medía 5,50 x 3,65 metros), realizada sobre seis paneles de celotex. El mural retrataba a un segador con barretina y sin piernas, arraigado en la tierra como un árbol, que llevaba una hoz en una mano, mientras levantaba la otra para acariciar una estrella. El segador representaba los sueños de revuelta de una generación que quería ganar su libertad. La obra desapareció al desmontarse el pabellón y aún hoy continúa extraviada. Solo se conservan de ella algunas fotografías en blanco y negro. Este material sirvió a la Galería Mayoral para reproducir hace unos meses la obra original con motivo de la exposición «Artistas revolucionarios», en conmemoración del 80 aniversario del Pabellón de la República Española en París. Ahora, una vez finalizada la muestra y gracias a un convenio firmado entre la UB y Successió Miró —con el nieto del pintor, Joan Punyet Miró, a la cabeza—, la reproducción se podrá ver en el Pabellón de la República de Barcelona.

La reproducción se ha realizado en blanco y negro sobre vinilo y tiene casi las mismas medidas que el original, lo que da una idea clara de su importancia. Se ha instalado en el emplazamiento inicial: en la primera planta del pabellón, donde se ubica actualmente el CRAI Biblioteca del Pabellón de la República de la UB, uno de los fondos archivísticos y bibliográficos más importantes del mundo sobre la Segunda República, la Guerra Civil, el franquismo, el exilio y la transición en España, y especialmente en Cataluña. El mural se puede visitar libremente en el horario de apertura del pabellón: de lunes a viernes, de 8 a 20 h.

Según se recoge en el convenio, la cesión de la reproducción es gratuita y por un período inicial de cuatro años, prorrogable. Para el vicerrector de Artes, Cultura y Patrimonio de la UB, Salvador García Fortes, esta cesión es «un ejemplo de generosidad de los herederos de Joan Miró, que nos ha permitido compartir esta obra con la ciudad y con la sociedad catalana». Esta recuperación inicia, además, el camino para «intentar que el pabellón tenga, aunque sea con facsímiles o reproducciones, los elementos artísticos que reunía en la Exposición de París de 1937». Lo que se persigue es una recreación histórica, no solo del edificio, sino también de su contenido, con obras de los artistas más destacados del siglo XX, «que lo hacen singular y posibilitan una mejor lectura de sus valores, y que pretendemos que sean permanentes», apunta. ¿El paso siguiente? «Más bien es un deseo: que, en breve, pudiéramos contemplar en el Pabellón de la República la reproducción de la Fuente de mercurio, de Alexander Calder», concluye.