Maria Josep Estanyol: «El fenicio es la lengua madre del Mediterráneo, nuestro primer alfabeto»

Maria Josep Estanyol, profesora de lengua y cultura fenicia.
Maria Josep Estanyol, profesora de lengua y cultura fenicia.
Entrevistas
(09/03/2018)

Alef, bet y guímel son las tres primeras letras del alfabeto fenicio, origen de las posteriores alfa, beta y gamma, que inician el alfabeto griego. Hoy en día, el fenicio es una lengua muerta que solo nos llega a través de hallazgos arqueológicos, pero es la lengua madre de la cultura mediterránea. Un grupo reducido de universidades de todo el mundo lo ofrece en sus planes de estudio, entre ellas la Universidad de Barcelona. Maria Josep Estanyol, especialista en Arqueología del Próximo Oriente y doctora en Filología Semítica, hace 43 años que imparte clase de esta lengua y cultura en la UB y, además, es la autora del único diccionario de fenicio en el mundo.

Maria Josep Estanyol, profesora de lengua y cultura fenicia.
Maria Josep Estanyol, profesora de lengua y cultura fenicia.
Entrevistas
09/03/2018

Alef, bet y guímel son las tres primeras letras del alfabeto fenicio, origen de las posteriores alfa, beta y gamma, que inician el alfabeto griego. Hoy en día, el fenicio es una lengua muerta que solo nos llega a través de hallazgos arqueológicos, pero es la lengua madre de la cultura mediterránea. Un grupo reducido de universidades de todo el mundo lo ofrece en sus planes de estudio, entre ellas la Universidad de Barcelona. Maria Josep Estanyol, especialista en Arqueología del Próximo Oriente y doctora en Filología Semítica, hace 43 años que imparte clase de esta lengua y cultura en la UB y, además, es la autora del único diccionario de fenicio en el mundo.

La lengua fenicia nos sitúa en el II milenio aC en la región de Oriente Próximo, en lo que actualmente serían los territorios de Siria, Líbano, Palestina e Israel, y conformó el primer alfabeto que conocemos en el Mediterráneo. Maria Josep Estanyol explica que «es una lengua semítica que se escribe de derecha a izquierda, formada únicamente por veintidós consonantes, sin vocales. Los restos que de ella nos han llegado son epigráficos, es decir, no hay documentación escrita que explique aspectos históricos, por ejemplo, pero vamos reconstruyendo la historia de los fenicios mediante la arqueología».


La quema de la Biblioteca de Alejandría podría haber sido el motivo de la desaparición de los textos literarios fenicios, aunque no se sabe con certeza. Hoy en día, solo disponemos de fuentes secundarias que nos demuestran la existencia pasada de una literatura fenicia: «Tenemos, por ejemplo, el Periplo de Hannón, el Periplo de Himilcón y una explicación sobre la religión fenicia por parte de un sacerdote llamado Sanjuniatón, pero solo son referencias de autores clásicos que nos explican de forma resumida de qué iban los textos», comenta la profesora.


Se habla del fenicio como de una lengua muerta, pero según Estanyol «es una muerte relativa, porque gracias a los fenicios nació el alfabeto griego. Podemos decir, por tanto, que ha pervivido en otras lenguas. El fenicio es la lengua madre del Mediterráneo, al menos la lengua alfabética». Como consecuencia de la III Guerra Púnica, en el siglo II aC, el Imperio Romano impuso el latín como lengua mayoritaria y el fenicio comenzó a retroceder, incluso, en la zona de Cartago, donde los fenicios de Tiro habían creado una factoría comercial que se convirtió en una potencia del Mediterráneo.


Una lengua muerta podría parecer poco útil, y más en los tiempos del 2.0, pero no es así. El primer alfabeto del Mediterráneo es la raíz de la lengua que hablamos actualmente y, aún hoy en día, se siguen encontrando restos epigráficos fenicios y vestigios culturales. «Hay que conocer la historia, porque hay muchas cosas que perviven durante siglos y no nos damos cuenta de ello. De hecho, actualmente no estamos inventando nada, solo la tecnología. La historia marca la vida del hombre y, además, la historia se repite...», explica Maria Josep Estanyol.


El estudio de esta lengua reúne a una decena de expertos, aproximadamente, de todo el mundo, y Maria Josep Estanyol es la única en España. «Cuando estudiaba Filología Semítica me apunté a fenicio, y después de traducir algunos textos, vi que era interesante. Además, no había ningún diccionario de fenicio, no existía, y tenías que espabilar como podías consultando diccionarios de otras lenguas semíticas para poder hacer la traducción. Entonces pensé que aquello era interesante: coger todas las inscripciones fenicias existentes hasta el momento y crear el diccionario de fenicio, trabajo que fue mi tesina y la posterior tesis doctoral».


El Vocabulario fenicio de Maria Josep Estanyol es el único diccionario de fenicio del mundo. Editado en 1981 por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el diccionario conformó la primera y única recopilación de todas las palabras fenicias que tenemos hasta ahora, con más de 3.000 palabras traducidos y ejemplificadas en inscripciones encontradas. «Cogí todas las inscripciones, las traduje todas y, además, puse las diversas opiniones existentes de los diferentes especialistas. Las había en el Repertoire dʼepigraphie sémitique o en el Corpus inscriptiorum semiticarum, pero también en diferentes artículos y revistas que tenías que localizar por todo el mundo, sobre todo en Roma. Cada año iba un par de veces a Roma y volvía a Barcelona con una maleta llena de libros y fotocopias».


Actualmente, estudiar fenicio en España solo es posible en la Facultad de Filología de la Universidad de Barcelona durante un semestre, con la asignatura que imparte Maria Josep Estanyol en el Departamento de Lenguas Semíticas. Pero, ¿cómo se estudia el fenicio? La profesora de la UB explica que ella enseña a través de la gramática aplicada: «Desde el primer día pongo una inscripción; primero separamos las palabras, las buscamos en el diccionario y vamos paso a paso. Entonces, cuando encontramos, por ejemplo, lo que sería una preposición, les hago ir a buscar las preposiciones en el libro, y así vamos introduciendo los conceptos gramaticales mediante las traducciones. De este modo es más divertido, porque a medida que van descubriendo la inscripción se va creando ese gusanillo de saber qué pone, es como un misterio».


Al ser una lengua principalmente consonántica, la verbalización del fenicio es difícil. «Hay muchas cosas que no sabemos cómo se pronunciaban exactamente, otras las pronunciamos según hemos visto en textos hebreos antiguos, y entonces pensamos que esa palabra se podía pronunciar de aquella forma. Una de las cosas que nos ayuda mucho es el Poenulus de Plauto donde hay un personaje que es un esclavo cartaginés, y Plauto se ríe de cómo habla y, por tanto, transcribe palabras fenicias con transcripción latina, por lo que, a partir de ahí, sabemos cómo se pronunciaba en aquella época», explica la profesora de fenicio.


Estas inscripciones, a partir de las cuales podemos aprender el fenicio, generalmente son hallazgos arqueológicos en forma de estela funeraria, para conmemorar una construcción o reconstrucción de un templo, o inscripciones votivas como ofrenda a la divinidad. En la península ibérica se han producido varios hallazgos fenicios, sobre todo en la zona del Levante, y en las Islas Baleares, en concreto en Ibiza. «En Ullastret encontré unas letras grabadas que se consideraban ibéricas y demostré que no lo eran, sino que eran fenicias. Pero en Cataluña hay poca cosa. Ahora bien, en Ibiza, por ejemplo, sí hay muchos hallazgos. Yo he trabajado en los dos últimos, y otros los he republicado porque estaban mal interpretados», explica la experta.


Estanyol tiene una teoría y comenta que, tal vez cuando se jubile, la desarrollará: «Me dedicaré a estudiar la lengua bereber a fondo, porque tengo la teoría de que en el bereber hay algunos restos de palabras fenicias. He encontrado algunas similitudes entre la cultura fenicia y la bereber, concretamente respecto a unos amuletos que usaban los cartagineses y que después he encontrado en la cultura bereber actual, como amuletos, exactamente iguales».


Maria Josep Estanyol se aproximó a la lengua y cultura fenicia a partir de los estudios de arqueología, dos campos de estudio muy próximos a la hora de identificar y descifrar los hallazgos. «Considero que es primordial combinar la arqueología y el conocimiento del fenicio; al hacer un hallazgo, siempre puedes llamar al especialista, pero si se combinan los dos campos de estudio se puede avanzar más», explica la experta.

Actualmente, aunque no haya muchos hallazgos de tipo epigráfico, según remarca la experta en fenicio, existen muchas posibilidades de encontrar restos en territorios como Siria o El Líbano, pero ahora mismo no se hacen excavaciones debido a la guerra. Sin embargo, el paso del tiempo nos puede seguir enseñando cosas sobre la sociedad fenicia: quizás cobre fuerza la teoría de Estanyol sobre la relación entre los bereberes y los fenicios, o aparezcan otros restos que aporten novedades para conocer, aún más, al pueblo creador del primer alfabeto del Mediterráneo.