Pablo Pineda: «El síndrome de Down ni me define ni me condiciona»

Pablo Pineda.
Pablo Pineda.
Entrevistas
(27/04/2018)

Pablo Pineda está convencido de que el síndrome de Down ni lo define ni lo condiciona: «Yo siempre digo que soy Pablo Pineda y tengo síndrome de Down. Hay una gran diferencia entre “ser” y “tener”. El ser te aplasta y, en cambio, el tener algo denota que eso solo es una característica más».

Lo explicaba así el pasado 25 de abril en el marco de I Jornada de Integración Laboral de Personas con Discapacidades organizada por la Cátedra UB-Fundación Adecco. El acto tenía como objetivo establecer los principales retos en materia de integración laboral en las instituciones públicas de las personas con discapacidades. Pineda, en un diálogo con Francisco J. Pérez (coordinador regional de la Fundación Adecco en Barcelona), explicó en primera persona su experiencia tanto en la etapa formativa como en el terreno laboral.

 

Pablo Pineda.
Pablo Pineda.
Entrevistas
27/04/2018

Pablo Pineda está convencido de que el síndrome de Down ni lo define ni lo condiciona: «Yo siempre digo que soy Pablo Pineda y tengo síndrome de Down. Hay una gran diferencia entre “ser” y “tener”. El ser te aplasta y, en cambio, el tener algo denota que eso solo es una característica más».

Lo explicaba así el pasado 25 de abril en el marco de I Jornada de Integración Laboral de Personas con Discapacidades organizada por la Cátedra UB-Fundación Adecco. El acto tenía como objetivo establecer los principales retos en materia de integración laboral en las instituciones públicas de las personas con discapacidades. Pineda, en un diálogo con Francisco J. Pérez (coordinador regional de la Fundación Adecco en Barcelona), explicó en primera persona su experiencia tanto en la etapa formativa como en el terreno laboral.

 

«Las apariencias engañan y todos tenemos prejuicios: yo también»

«Las apariencias engañan y todos tenemos prejuicios: yo también. Los prejuicios vienen del desconocimiento». Así comenzaba su intervención Pineda. Este malagueño de 43 años es el primer universitario con síndrome de Down, y es consciente de que buena parte de su éxito se lo debe a la familia: «Fui el pequeño de cuatro hermanos y mis padres siempre tuvieron muy claro que yo era uno más. En ese sentido, fueron visionarios. No se dejaron influir nunca por las opiniones de fuera ni fueron permeables a los prejuicios. Mis hermanos también me influyeron, fueron mis grandes maestros».

Pineda, que da charlas para familias y empresas y ya se ha convertido en un referente internacional, destacó que siempre dice a los padres de niños con síndrome de Down que han de educarlos como harían con cualquier otro hijo, y alentarlos desde el minuto cero.

Presumió de haber tenido una infancia muy feliz y confesó que la adolescencia no lo fue tanto: «Ya es una etapa complicada por sí misma. En el instituto comienzan los calificativos y hay personas que te aceptan, pero las hay que no».

El paso a la Universidad se lo debe a su mentor, Miguel López Melero, que le recomendó que estudiara Magisterio en Educación Especial. «Quería ser abogado para promover la justicia social, o periodista, para comunicar cosas». Con la labor de sensibilización que lleva a cabo, Pineda ha acabado haciendo un poco ambas cosas.

«La Universidad es demasiado teórica, poco emocional»

A la pregunta de qué debe hacer la universidad para integrar a las personas con discapacidad en las aulas, fue contundente: «Es necesario un cambio de actitud, un cambio de mentalidad: hay que ver la diferencia como un valor y respetarla. Porque en la diferencia está el avance y el progreso de la sociedad. Es imprescindible entender que todos tenemos capacidades, distintas capacidades».

«Me he convertido en influencer y me encanta mi trabajo en Adecco»

Sus inicios en el mundo laboral no fueron fáciles. Trabajó en el Ayuntamiento de Málaga, en el Área de Bienestar Social, pero lamenta que desaprovechasen su talento, porque terminó siendo el chico de los recados.

Después llegó una oportunidad que nunca habría imaginado: se convirtió en el protagonista de la película Yo, también y ganó la Concha de Plata al mejor actor. «La época de la película fue maravillosa», recordó con nostalgia.

Ha publicado los libros El reto de aprender (2013) y Niños con capacidades especiales (2015), y actualmente trabaja como consultor en la Fundación Adecco, donde desarrolla tareas de sensibilización y formación para empresas y para la sociedad en general. En su intervención aseguró que le encanta su trabajo: «Me he convertido en influencer —presumió— y cuando he estado enfermo y no he podido dar conferencias lo he pasado fatal y lo he echado mucho de menos». De hecho, su faceta de portavoz le viene de lejos, porque a los once años ya aparecía en un vídeo reivindicando la integración: «Deje que los niños como yo estén en los patios de las escuelas», decía entonces.

Cerraron la jornada Marina Romeo, profesora de Psicología Social de la UB y directora de la Cátedra UB-Fundación Adecco, y la vicerrectora de Igualdad y Acción Social, Maite Vilalta, que confesaba al final del acto que escuchar a Pineda había sido «un regalo precioso».