Calar las artes de pesca por la noche es la mejor estrategia para evitar las capturas accidentales de aves marinas

En el Mediterráneo todavía no se aplica ninguna medida para mitigar el impacto de la actividad pesquera en las aves marinas.
En el Mediterráneo todavía no se aplica ninguna medida para mitigar el impacto de la actividad pesquera en las aves marinas.
Investigación
(16/05/2018)

Calar las artes de pesca por la noche es la mejor estrategia para evitar las capturas accidentales de aves marinas por los barcos palangreros en el Mediterráneo. Así lo constata un nuevo artículo publicado en la revista PLOS ONE por los expertos Jacob González-Solís y Vero Cortés, de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la UB (IRBio).

En el Mediterráneo todavía no se aplica ninguna medida para mitigar el impacto de la actividad pesquera en las aves marinas.
En el Mediterráneo todavía no se aplica ninguna medida para mitigar el impacto de la actividad pesquera en las aves marinas.
Investigación
16/05/2018

Calar las artes de pesca por la noche es la mejor estrategia para evitar las capturas accidentales de aves marinas por los barcos palangreros en el Mediterráneo. Así lo constata un nuevo artículo publicado en la revista PLOS ONE por los expertos Jacob González-Solís y Vero Cortés, de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la UB (IRBio).

 

En todo el mundo, cada año mueren entre 160.000 y 300.000 aves marinas debido a las capturas accidentales en el palangre. La calada nocturna, las líneas espantapájaros y la introducción de peso en los cebos son estrategias efectivas que han reducido más del 90 % de las capturas de aves marinas en áreas de pesca de todo el mundo (océano Antártico, Alaska, Sudáfrica, Namibia, Nueva Zelanda, Australia, etc.). En el hemisferio sur, desde hace décadas se aplican estrategias de mitigación para proteger las poblaciones de distintas especies de albatros y petreles. Las líneas espantapájaros también se utilizan en territorios antárticos y subantárticos incluidos dentro de la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR).

Palangre y aves marinas: un conflicto abierto en el Mediterráneo

En el Mediterráneo todavía no se aplica ninguna medida para mitigar el impacto de la actividad pesquera en las aves marinas, que es la causa principal del declive de las tres especies endémicas: la pardela la cenicienta (Calonectris diomedea), la pardela mediterránea (Puffinus yelkouan) y la pardela balear (Puffinus mauretanicus), clasificada en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).

«En el área mediterránea, vamos con dos décadas de retraso para abordar y solucionar este problema medioambiental. Si no se evita la captura accidental de aves marinas en los palangres, las especies de pardela más amenazadas podrían desaparecer de nuestros mares en pocas décadas, en particular la pardela balear», alerta el profesor Jacob González-Solís, del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB y del IRBio.

Calar de noche para evitar la muerte de aves marinas

En el marco de la investigación, de 2013 a 2014 el equipo de la UB-IRBio analizó la eficacia de distintas estrategias para mitigar la pesca accidental en barcos de la flota palangrera que capturaban merluza (Merluccius merluccius) en aguas del Mediterráneo occidental. Los expertos ensayaron cuatro medidas de mitigación: añadir pesos para acelerar la velocidad de hundimiento de los cebos colocados en los anzuelos, emplear líneas espantapájaros para disuadir a los pájaros de atacar los cebos, usar cebos artificiales que son menos atractivos que los naturales (como una sardina), y hacer caladas durante la noche, periodo en el que los pájaros tienen muy poca actividad.

Calar de noche, justo antes del amanecer, redujo drásticamente el número de pájaros que intentaban robar los cebos. Esta medida, además, parece no afectar a las capturas de merluza ni de otras especies no comerciales. Sin embargo, la obligatoriedad de calar de noche podría reducir el tiempo disponible para la pesca, sobre todo durante el verano, ya que las noches son más cortas.

«Todas las evidencias apuntan a que el descenso de las poblaciones de las tres especies de pardela endémicas del Mediterráneo son consecuencia directa de la pesquería de palangre y, por tanto, la situación necesita una intervención valiente, inmediata y decidida de la Administración nacional, estatal y europea. Nuestro estudio demuestra que, a día de hoy, la calada nocturna es con diferencia el método más efectivo para reducir las capturas accidentales de aves marinas en palangres demersales del Mediterráneo. Mientras no encontremos opciones más efectivas, y siguiendo un principio de precaución fundamental, sería preciso implementar la calada nocturna de forma urgente en los barcos que pescan con palangres y palangrones demersales en el levante español y en el Mediterráneo, al menos en aquellos que utilizan prácticas más peligrosas para las aves y durante los meses de mayor riesgo de captura accidental de aves marinas», añade González-Solís.

«En paralelo —prosigue— habrá que continuar el trabajo de investigación sobre las otras alternativas que pueden resultar efectivas, y que pueden ajustarse a los distintos métodos de pesca de la flota peninsular».

¿Son efectivos los cebos que se hunden y las líneas espantapájaros?

La técnica de añadir pesos a los cebos generó problemas operativos en algunas ocasiones. Además, el aumento de la velocidad de inmersión era relativamente pequeño, y por tanto, la dificultad para acceder a los cebos también era mínima. A su vez, el uso de cebos artificiales reducía de forma sustancial el volumen de capturas de pescado objetivo (merluza), y en consecuencia, su generalización podría suponer un fuerte impacto económico en el sector pesquero.

En el caso de la línea espantapájaros, «esta estrategia podría reducir el riesgo de captura accidental, porque desplaza los ataques hacia los cebos más alejados de la popa del barco, punto donde los cebos se hunden más en la columna de agua y son menos accesibles para los pájaros», detalla Vero Cortés, investigadora de la UB-IRBio y primera autora del artículo.

«Ahora bien, en días de calma ─continúa Vero Cortés─ las cintas que asustan a los pájaros no se movían, y los pájaros atacaban más cerca del barco. En días de vientos fuertes, especialmente si son transversales, la línea espantapájaros se enganchaba a veces con el palangre». El nuevo trabajo de PLOS ONE confirma que no es una estrategia bastante efectiva por sí sola para reducir las capturas accidentales, y que habría que potenciar su efectividad combinándola con otras medidas (calada nocturna, mayor velocidad de hundimiento del palangre, etc.).

Mediterráneo: un hábitat marino con pájaros poco activos durante la noche

A escala global, varios estudios confirman que la calada nocturna es una de las medidas más efectivas para reducir las capturas de pájaros en los palangreros demersales. Sin embargo, la eficacia de cada medida depende en buena parte de las características de la flota pesquera y de la comunidad de aves marinas de cada región marina. «Por ello, es fundamental hacer ensayos de las diferentes medidas adaptadas a la flota de cada lugar, ya que los resultados pueden ser distintos», explican Jacob González-Solís y Vero Cortés, que son autores del Manual de buenas prácticas en la pesca de palangre de fondo.

En el caso del Mediterráneo, la mayoría de especies son sobre todo diurnas o crepusculares ─hay pocas especies de pájaros activas durante la noche─ y por eso la calada nocturna es particularmente eficaz. Además, la tasa de capturas accidentales de aves marinas se dispara en determinados meses del año, sobre todo de marzo a junio. «Limitar la actividad de los palangreros durante los meses de mayor riesgo también es una posible medida para proteger las poblaciones de aves marinas más amenazadas en las costas del Mediterráneo», concluyen los autores.