Fritz Haber: la cara y la cruz de un premio Nobel

Fritz Haber. «Aus Leben und Beruf: Aufsätze, Redeb, Vorträge.» Springer, 1927
Fritz Haber. «Aus Leben und Beruf: Aufsätze, Redeb, Vorträge.» Springer, 1927
Cultura
(13/11/2018)

El 40 % de la población mundial no existiría, según constatan algunos estudios, si no fuera por las investigaciones de Fritz Haber sobre la síntesis del amoníaco a partir de sus elementos, una solución que ha permitido fertilizar los campos hasta la actualidad. Sin embargo, Haber no solo dio vida al mundo, sino que también extendió la muerte con la creación del gas que mataría a miles de personas durante la Primera Guerra Mundial y el holocausto nazi.

Fritz Haber. «Aus Leben und Beruf: Aufsätze, Redeb, Vorträge.» Springer, 1927
Fritz Haber. «Aus Leben und Beruf: Aufsätze, Redeb, Vorträge.» Springer, 1927
Cultura
13/11/2018

El 40 % de la población mundial no existiría, según constatan algunos estudios, si no fuera por las investigaciones de Fritz Haber sobre la síntesis del amoníaco a partir de sus elementos, una solución que ha permitido fertilizar los campos hasta la actualidad. Sin embargo, Haber no solo dio vida al mundo, sino que también extendió la muerte con la creación del gas que mataría a miles de personas durante la Primera Guerra Mundial y el holocausto nazi.

Estas dos caras del químico son las que muestra la exposición «Fritz Haber: Cara i creu dʼun premi Nobel», que desde el 7 de noviembre y hasta el 30 de junio de 2019 presenta el CRAI Biblioteca de Física y Química de la Universidad de Barcelona, coincidiendo con el centenario del Premio Nobel que le otorgaron en 1918. A propósito de la muestra, el fondo bibliográfico del CRAI expondrá varios artículos y textos originales escritos por Fritz Haber entre 1896 y 1922, la época en que el químico llevó a cabo las investigaciones más trascendentes de su vida.

Fritz Haber, originario de Breslau (actual Polonia), y nacido en el seno de una familia judía, estudió Química en la Universidad Friedrich Wilhelm de Berlín (ahora, Universidad Humboldt de Berlín). En 1892 Fritz Haber se convirtió al cristianismo, lo que le ayudó a poder continuar sus investigaciones en la Universidad Técnica de Karlsruhe.
 

Del aire para el pan al aire para la pólvora

Los vegetales necesitan grandes cantidades de nitrógeno, su principal materia nutritiva, pero aunque este elemento está presente en el aire, las plantas no pueden aprovecharlo directamente: solo se puede conseguir a partir de algunos vegetales que convierten el nitrógeno atmosférico en amoníaco. La síntesis del amoníaco de Fritz Haber a partir de sus elementos —el hidrógeno y el nitrógeno— permitió el mantenimiento de la producción alimentaria a nivel mundial. Por este motivo, en 1918 se le otorgó el Premio Nobel de Química. La noticia del premio, sin embargo, no fue recibida con buenos ojos debido a la contribución de Haber a la Primera Guerra Mundial.

«En la paz por la humanidad y en la guerra con Alemania» era el lema de Haber en el contexto de 1916. Su fuerte patriotismo lo condujo a colaborar con el ejército alemán mediante contribuciones científicas para producir explosivos. De este modo, «el aire para el pan», como se había llamado al descubrimiento del amoníaco, se transformó en «el aire para la pólvora».

Haber comenzó a estudiar la producción de cloro a gran escala para utilizarlo como arma química, y la implantó disponiendo unos contenedores con la sustancia letal en la línea de combate. El propósito era que, cuando el aire soplara en dirección al bando enemigo, el cloro se dispersara. Entre el 14 y el 21 de abril de 1915 el procedimiento se utilizó en la batalla de Ypres, con 167 toneladas de cloro que causaron más de 6.000 heridos y 4.000 muertos.

Tiempo después, Haber continuó involucrado en el desarrollo de armas químicas, junto a Ferdinand Flury, con quien creó el llamado Zyklon A, un pesticida que libera cianuro de hidrógeno y que, mediante un método de absorción, se convirtió en Zyklon B, el gas utilizado para matar a millones de personas durante el holocausto nazi.

El ascenso al poder político del nacionalsocialismo en 1933 hizo que, pese al fuerte patriotismo de Haber, sus raíces judías lo hicieran salir del país: primero, hacia la Universidad de Cambridge, donde pasó dos meses; después, hacia Suiza, la patria de adopción donde moriría en 1934 a causa de un infarto. Años después, en 1942, el Reich adoptó la «solución final» para los Untermenschen (judíos, gitanos, homosexuales, personas con síndrome de Down, etc.), que supuso utilizar el Zyklon B en las cámaras de gas. Entre 1942 y 1943 se enviaron 19 toneladas de este material al campo de Auschwitz-Birkenau, donde acabaría muriendo la propia familia judía de Fritz Haber.

El conocimiento de los juicios de Nuremberg y la exposición pública del uso del Zyklon B en las cámaras de gas de Auschwitz repercutieron profundamente en los tres hijos de Haber, uno del primer matrimonio con Clara Immerwahr, y dos del segundo con Charlotte Nathan. Los dos primeros se suicidarían a finales de 1946. La muestra del CRAI presenta un ejemplar del libro que Ludwig, el tercer hijo de Haber, escribió sobre la figura de su padre.
 

Clara Immerwarh, la primera doctora en Química de Breslau

La primera mujer de Fritz Haber fue Clara Immerwahr, quien lejos de limitarse al papel de esposa, fue un personaje importante para la historia de Alemania.

En 1897, Immerwahr también había decidido convertirse al cristianismo para acceder a los estudios superiores, un hito complicada solo por el hecho de ser mujer. Sin embargo, pese a los obstáculos, en 1898 Clara se convirtió en la primera mujer que obtenía el doctorado en Química en la Universidad de Breslau. Al casarse, Clara asumió las tareas domésticas en detrimento de su desarrollo profesional. El mantenimiento del hogar y el abandono de su profesión impulsaron a Clara hacia un feminismo y un pacifismo declarados que la acabarían alejando de su marido.

Immerwahr no estaba de acuerdo con la participación de Haber en la carrera armamentística de Alemania, lo que, según afirma Gerit von Leitner, uno de sus biógrafos, condujo a varias discusiones. En 1915, Clara tomó la pistola reglamentaria de su marido y se suicidó en el jardín de casa.


«Fritz Haber: la cara i la creu dʼun premi Nobel»

Artículos, libros y objetos conforman la exposición que ha preparado el CRAI-Biblioteca de Física y Química sobre Fritz Haber. Tanto las obras bibliográficas como el material gráfico o químico de la muestra hacen hincapié en las dos caras que caracterizaron al químico: la que dio vida con el aumento de la fertilidad en la agricultura, y la que dio muerte con el uso de gas químico en los conflictos bélicos.

Arnald Grabulosa, Narcís Homs y Pilar Ramírez de la Piscina, profesores de Química Inorgánica de la UB y comisarios de la muestra, han elaborado una exposición que se compone de un espacio central con los artículos originales de Haber y una serie de vitrinas con los diferentes ámbitos que se han visto condicionados por sus investigaciones. En las vitrinas se pueden ver obras de teatro y poesía sobre la figura del químico escritas en su época, así como una parte dedicada a la empresa BASF (Badische Anilin und Soda Fabrik), que patentó la síntesis del amoníaco, con una serie de catalizadores para mostrar dicho proceso. Para ilustrar la pervivencia del proyecto Haber-Bosch, también se han incluido productos actuales que se utilizan cotidianamente para fertilizar la tierra. Además, se expone una muestra de algunas armas químicas de la Primera Guerra Mundial. Un conjunto de objetos que, junto con los artículos y los libros, y dos pósteres con información sobre la figura del químico, reconstruyen una aproximación muy detallada a la controvertida figura de Fritz Haber.