Michael Berenbaum: «La responsabilidad de recordar y entender el Holocausto ha pasado a las nuevas generaciones»

Michael Berenbaum es experto en estudios del Holocausto.
Michael Berenbaum es experto en estudios del Holocausto.
Entrevistas
(29/01/2018)

Michael Berenbaum es experto en estudios del Holocausto. Fue director adjunto de la Comisión sobre el Holocausto del presidente de EE. UU. Jimmy Carter (1979-1980), director del proyecto del Museo Memorial del Holocausto de Estados Unidos (USHMM) (1988-1993) y director del Instituto de Investigación del Holocausto del USHMM (1993-1997). De 1997 a 1999 fue el presidente y CEO de la Fundación USC Shoah, creada por Steven Spielberg. Es uno de los comisarios de la exposición itinerante «Auschwitz», que recorre las principales capitales del mundo para mostrar más de seiscientos objetos originales del campo de concentración, y que se inauguró en diciembre pasado en el Centro de Exposiciones Arte Canal, de Madrid. Con motivo de esta exposición, Berenbaum visitó Barcelona e impartió una conferencia en la UB invitado por el Observatorio Europeo de Memorias (EUROM) de la Fundación Solidaridad UB.

Michael Berenbaum es experto en estudios del Holocausto.
Michael Berenbaum es experto en estudios del Holocausto.
Entrevistas
29/01/2018

Michael Berenbaum es experto en estudios del Holocausto. Fue director adjunto de la Comisión sobre el Holocausto del presidente de EE. UU. Jimmy Carter (1979-1980), director del proyecto del Museo Memorial del Holocausto de Estados Unidos (USHMM) (1988-1993) y director del Instituto de Investigación del Holocausto del USHMM (1993-1997). De 1997 a 1999 fue el presidente y CEO de la Fundación USC Shoah, creada por Steven Spielberg. Es uno de los comisarios de la exposición itinerante «Auschwitz», que recorre las principales capitales del mundo para mostrar más de seiscientos objetos originales del campo de concentración, y que se inauguró en diciembre pasado en el Centro de Exposiciones Arte Canal, de Madrid. Con motivo de esta exposición, Berenbaum visitó Barcelona e impartió una conferencia en la UB invitado por el Observatorio Europeo de Memorias (EUROM) de la Fundación Solidaridad UB.

 

¿En qué punto se encuentra la investigación académica sobre el Holocausto?

Estamos en un momento de transición, entre la memoria vivida, la experiencia vivida y la memoria histórica. Los supervivientes que entonces no llegaban a los siete años, ahora tienen casi ochenta. Por lo tanto, estamos en las últimas horas de los testigos vivos. Esto quiere decir que la responsabilidad de recordar y entender el Holocausto ha pasado a las nuevas generaciones, y lo mejor es que el aprendizaje en este campo está creciendo. Cada día tenemos más información y más académicos trabajan en este tema, cada vez hay más libros y más películas sobre el Holocausto. Es destacable que pueda continuar trabajando en mi campo. Aunque lea muchos libros, siempre hay más por leer, y cada día los recibo de gente que hace investigación. Es un campo que va creciendo. Una de las razones para ello es que el tema en sí es interesante, pero otro motivo es que a la gente le cuesta entender cómo pudo pasar aquello —«¿cómo podían hacerle eso a la gente?», «¿qué mecanismos de la humanidad lo hicieron posible?»-, y esa es la razón por la que lo estudiamos a fondo.

 

¿Por qué hay que seguir indagando en la investigación sobre el Holocausto?

En el fondo de mi alma, me gustaría que el trabajo que hago no fuese necesario. Esta exposición que ahora inauguramos debería servir para que la gente que la visitara dijera: «Esto es lo que la humanidad hizo en el siglo XX. Pero en el siglo XXI, nosotros, que somos tolerantes, humanos, decentes..., ya no lo haríamos». En cambio, ¡mira en qué mundo vivimos! Hemos visto muchas matanzas y genocidios desde el Holocausto: Bosnia, Ruanda... Y hoy hay matanzas en Siria, y en Asia suroriental hay masacres de musulmanes a manos de budistas. La naturaleza del genocidio es parte de nuestro mundo, por desgracia. Es un gran peligro.

También vemos como está levantándose el neofascismo. Cuesta creer, pero hace poco hubo una manifestación de 60.000 personas en Polonia en la que los participantes gritaban: «Deshagámonos de los judíos». Antes de la guerra, había 3,3 millones de judíos en Polonia; ahora hay menos de 10.000. ¿Qué está pasando para que griten «deshagámonos de los judíos»? No puedes pensar que estas 10.000 personas saturan la sociedad; por lo tanto, debe entenderse más bien como una «resaca cultural» que viene de años atrás.

Este aumento del fascismo, este neonazismo que reescribe la historia, hace mi trabajo aún más necesario y urgente. Me gustaría que no fuera así. Me gustaría escribir sobre la Revolución Francesa o sobre algo que no tenga el mismo impacto.

 

Con la exposición que usted comisaría, es la primera vez que se saca material de Auschwitz para mostrarlo en todo el mundo. ¿Por qué era necesario hacerlo?

Hay tres maneras de aprender la historia. Una es ir a Auschwitz, que es una experiencia directa. La segunda es a través de las webs y el aprendizaje interactivo sobre Auschwitz. Y la tercera es que Auschwitz viaje a todas partes. Hemos creado esta exposición, que se podrá visitar en muchos países durante siete años, para llevar la historia de Auschwitz a la gente que no irá al campo. Por lo tanto, hay tres maneras de comunicar: la más importante es la primera, visitar el sitio; la segunda es aprender con las publicaciones, películas, etc., y la tercera es esta muestra. Estamos muy contentos de que España sea el primer país que la acoja.

 

¿Un par de consejos sobre cómo debe ser la divulgación  del Holocausto para llegar al público joven, cada vez más alejado de aquella época?

Se puede hacer divulgación a través de películas, programas interactivos o formación en línea. El problema es que los jóvenes no leen como lo hacía mi generación, lo quieren todo rápido. Pero tienes que llegar a ellos igualmente: si no leen, tienes que encontrar el modo en que lo aprendan. Es urgente.