Ricardo Piqueras: «Nuestro objetivo es mantener el nivel de calidad en todos los sentidos para que el del Raval sea un campus de referencia»

«Hay un tipo de alumno que, independientemente de su edad y del momento de su vida, busca una oferta formativa flexible, que se adapte a sus necesidades y que no comporte la rigidez de una carrera universitaria. Y a este respecto, nuestros departamentos pueden ofrecer un amplio abanico formativo.»
«Hay un tipo de alumno que, independientemente de su edad y del momento de su vida, busca una oferta formativa flexible, que se adapte a sus necesidades y que no comporte la rigidez de una carrera universitaria. Y a este respecto, nuestros departamentos pueden ofrecer un amplio abanico formativo.»
Entrevistas
(17/09/2018)

El decano de la Facultad de Geografía e Historia, Ricardo Piqueras, es experto en historia de América colonial y miembro del Grupo de Estudios sobre Culturas Indígenas y Afroamericanas (CINAF) y de la Asociación Española de Americanistas. Antes de ser decano, ha tenido diversos cargos dentro de la Universidad: como jefe de estudios de la enseñanza de Historia (2004-2010), como delegado del rector para políticas de profesorado (2010-2016) y, más recientemente, como vicerrector de Profesorado (2016). Antiguo vecino del Raval, comienza la entrevista hablando del emplazamiento de la Facultad en este céntrico barrio de Barcelona.

«Hay un tipo de alumno que, independientemente de su edad y del momento de su vida, busca una oferta formativa flexible, que se adapte a sus necesidades y que no comporte la rigidez de una carrera universitaria. Y a este respecto, nuestros departamentos pueden ofrecer un amplio abanico formativo.»
«Hay un tipo de alumno que, independientemente de su edad y del momento de su vida, busca una oferta formativa flexible, que se adapte a sus necesidades y que no comporte la rigidez de una carrera universitaria. Y a este respecto, nuestros departamentos pueden ofrecer un amplio abanico formativo.»
Entrevistas
17/09/2018

El decano de la Facultad de Geografía e Historia, Ricardo Piqueras, es experto en historia de América colonial y miembro del Grupo de Estudios sobre Culturas Indígenas y Afroamericanas (CINAF) y de la Asociación Española de Americanistas. Antes de ser decano, ha tenido diversos cargos dentro de la Universidad: como jefe de estudios de la enseñanza de Historia (2004-2010), como delegado del rector para políticas de profesorado (2010-2016) y, más recientemente, como vicerrector de Profesorado (2016). Antiguo vecino del Raval, comienza la entrevista hablando del emplazamiento de la Facultad en este céntrico barrio de Barcelona.

Como centro dedicado a enseñanzas de humanidades, debe ser un privilegio para la Facultad estar ubicada en medio del centro histórico de la ciudad, en el Raval.


Desde el momento de la inauguración de la sede actual de la Facultad de Geografía e Historia, hace ya más de diez años, el centro se veía como un factor positivo desde el punto de vista de la dinamización cultural del barrio, conjuntamente con otros grandes equipamientos, sobre todo el MACBA. La realidad es que a veces pensamos que, más que la Facultad ha hecho barrio, el barrio se ha hecho con la Facultad. Yo creo que la Facultad de Geografía e Historia se ha insertado muy bien en el Raval, con el resto de instituciones culturales: el MACBA, el CCCB, el CSIC, el Liceo... En el grado de Historia del Arte se hacen prácticas en el Liceo, o en el MACBA, por ejemplo. El Instituto Confucio, que tenemos aquí, en la calle Elisabets, da clases en la Facultad. Hay un intercambio de espacios y de experiencia. Intentamos cultivar el máximo de relaciones y de vinculaciones en beneficio de nuestros alumnos y crear esas sinergias con la estructura de barrio.


Tenemos el privilegio de estar en el cogollo del Raval. Aunque eso también comporte, por ejemplo, cierto desorden de la gente que circula por la Facultad, y que haya que evitar los usos inapropiados y dignificar espacios como los jardines públicos Victoria de los Ángeles, situados en el interior del centro. Estamos trabajando con Tot Raval y con el distrito para presentar un proyecto y que las asociaciones de todo el barrio puedan hacerse suyos los jardines.


Por otra parte, nos aprovechamos también de esa situación que hemos calificado antes de privilegiada: sabemos que muchos alumnos deciden venir aquí por la centralidad, pero eso es simplemente un elemento más. No podemos vivir de ser un campus central urbano; también tenemos que ir mejorando la oferta académica para que los alumnos entiendan que esta no es solo una facultad que está bien situada, sino que es, y debe seguir siendo, una de las facultades de referencia de la Universidad de Barcelona, y la primera en el ámbito de las humanidades. Ese es nuestro objetivo: mantener ese nivel de calidad en todos los sentidos para que este campus del Raval sea un campus de referencia.


¿Cuáles son los principales rasgos de la oferta académica del centro?


Esta facultad tiene la suerte de que, en cuanto a estructura de grados, tiene los llamados clásicos: enseñanzas muy consolidadas, con una buena demanda en general. Tanto Historia, como Historia del Arte, Antropología, Geografía... son grados que han existido toda la vida en la Universidad de Barcelona y están bastante afianzados, además de grados más recientes como Arqueología, que está en proceso de consolidación y tiene una buena respuesta. Eso no quiere decir que no se deban ir adecuando a los nuevos tiempos, pero siguen siendo grados muy válidos. Esa estructura de grados, dijéramos clásica, la mantenemos y la estamos mejorando desde el punto de vista, sobre todo, de la calidad docente. Pero no nos quedamos ahí. Hemos trabajado también con la Facultad de Biblioteconomía y Documentación en una futura doble titulación sobre documentación e historia, lo que es una forma de abrir otro perfil profesional, y en la puesta en marcha del próximo máster de Humanidades Digitales.


Además, estamos trabajando en mejorar la oferta de posgrados. Tenemos ya una estructura de másteres muy diversa y compleja: diez másteres, cuatro de ellos interuniversitarios. Y creemos que un campo de futuro y de crecimiento son los cursos de posgrado. Esa apuesta se relaciona con el hecho de que hay un tipo de alumno que, independientemente de su edad y del momento de su vida, busca una oferta formativa flexible, que se adapte a sus necesidades y que no comporte la rigidez de una carrera universitaria. Y a este respecto, nuestros departamentos de Historia y Arqueología, Historia del Arte, Antropología... pueden ofrecer un amplio abanico formativo. Muchos cursos, seminarios, posgrados adecuados a esa oferta más genérica para un público de alcance más amplio.


¿Y cómo afrontan el tema de la inserción laboral de los titulados?


Desde el primer curso, nuestros graduados deben ir trabajando los aspectos de su futuro profesional. En el tema de la empleabilidad —para el que tenemos una persona de referencia en la Facultad, el profesor Santiago Riera, que trabaja vinculado al Servicio de Atención al Estudiante—, en septiembre empezamos a poner en marcha el llamado pasaporte a la profesión. Es una iniciativa muy interesante, que ya está en marcha en otras facultades, y cuyo objetivo es preparar al alumno para que él mismo sea consciente de la importancia que tiene la formación de cara al mercado laboral. Con el pasaporte, el alumno prepara su carpeta profesional, es decir, la formación que haya realizado durante toda la carrera en aspectos como aprendizaje de idiomas, cursos para afrontar una entrevista, cursos de orientación laboral, prácticas en empresas... La idea es que sea consciente de que se puede preparar desde el principio de la carrera, y no esperar al cuarto año para empezar a preguntarse lo que le falta para insertarse en el mercado laboral.


También queremos que los alumnos tengan conciencia de la importancia de la investigación. Evidentemente, el alumno de primero trabajará poco ese aspecto porque no le toca todavía, pero debe ver ya qué es la investigación, hasta dónde llega, o cómo se lleva a cabo un proyecto.


¿Cuáles son las prioridades en investigación?


En ese apartado, el decanato trabaja con varias líneas. Con el vicedecano de Investigación, Jaume Buxeda, lo primero que hemos planteado es hacer una radiografía del mundo de la investigación en la Facultad. Queremos tener actualizado un catálogo de investigadores, de grupos de investigación, de infraestructuras de investigación. A partir de esa radiografía, y desde una premisa de transparencia, volcaremos toda la información en el futuro portal de la investigación de nuestra Facultad. El propósito es que todo el mundo pueda saber qué grupos existen, en qué temas se está trabajando, cuál es el espacio de investigación vinculado a cada grupo, cuáles son las infraestructuras, etc. A partir de ahí podremos valorar las necesidades de financiación y de infraestructura. Para que toda esa información esté al alcance, ese portal también implica la renovación de la web de la Facultad, en el ámbito de la comunicación. Con las herramientas que nos den, intentaremos que el portal de la investigación sea una parte importante de la web, que sea visible.
 

La Facultad de Geografía e Historia representa el 13 % de los grupos de investigación financiados de la UB. En total, tenemos 38 grupos. Si bien hay un problema global de financiación, que ha bajado en todas las facultades, nuestro centro es muy activo desde el punto de vista de la investigación. Hay grupos con proyectos europeos importantes. Eso también se debe conocer. Por lo tanto, el trabajo de difusión de la labor de estos grupos de investigación es importante, y estamos haciendo un esfuerzo al respecto tanto en el terreno de la comunicación interna de la Facultad como de cara al exterior. El problema es que muchas veces estos grupos de investigación trabajan de forma muy endogámica, no hay colaboración entre ellos. En eso también estamos empezando a trabajar: queremos poner en común todas las experiencias de los grupos de investigación y reforzar el trabajo colaborativo.


Para terminar, ¿qué tareas destacaría de las realizadas al inicio de su mandato como decano y cuáles cree que son los principales retos de futuro de la Facultad?


Sobre todo, nos hemos dedicado a reordenar un poco toda la estructura de la Facultad. Acabamos de terminar la fusión de los departamentos, que ya se había producido a nivel orgánico, pero faltaba, por ejemplo, aprobar los nuevos reglamentos o adecuar la estructura administrativa. Hemos terminado también la revisión del reglamento de la Facultad, que se tenía que modernizar. Ahora ya estamos a punto de poder consensuarlo y aprobarlo en la Junta de Facultad, lo que espero hacer antes de final de año.
Además, tenemos el objetivo muy claro de trabajar con todas las sinergias posibles respecto a nuestros compañeros de Filosofía, con los que compartimos edificio, espacios y aulas. Cada vez estamos trabajando más de forma conjunta. Ese ha sido uno de los objetivos de este equipo decanal, y también del de Filosofía. Y ya ha dado frutos. Fundamentalmente, de colaboración con la Oficina de Relaciones Internacionales: compartíamos espacio y ahora estamos intentando crear una estructura conjunta de centro para rentabilizar al máximo las escasas infraestructuras y recursos humanos que tenemos. Un problema grave que tenemos, y supongo que es general, es el de los recursos humanos.
La Facultad, como el resto de las facultades, tiene muchos retos de futuro que están vinculados a la falta de autonomía que caracteriza a la propia Universidad. El reto es mejorar la financiación, las políticas de profesorado y de relevo del PDI y del PAS. Ese es el principal reto y la principal preocupación, que comparten todas las facultades, y que depende de las autoridades académicas y sobre todo de las políticas, tanto de la Generalitat como del Ministerio de Educación. Hace falta una reforma urgente de la financiación.