Identifican una proteína que protege contra el hígado graso no alcohólico

Antonio Zorzano y el equipo del laboratorio de Enfermedades Metabólicas Complejas y Mitocondrias que ha participado en esta investigación
Antonio Zorzano y el equipo del laboratorio de Enfermedades Metabólicas Complejas y Mitocondrias que ha participado en esta investigación
Investigación
(06/05/2019)

La proteína mitofusina 2 podría actuar como factor de protección frente a la enfermedad del hígado graso no alcohólico —una patología que afecta a cerca del 25 % de la población mundial—, según un nuevo trabajo publicado en la revista Cell y dirigido por el investigador Antonio Zorzano, catedrático de la Facultad de Biología de la UB y jefe del Laboratorio de Enfermedades Metabólicas Complejas y Mitocondrias del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona).

Antonio Zorzano y el equipo del laboratorio de Enfermedades Metabólicas Complejas y Mitocondrias que ha participado en esta investigación
Antonio Zorzano y el equipo del laboratorio de Enfermedades Metabólicas Complejas y Mitocondrias que ha participado en esta investigación
Investigación
06/05/2019

La proteína mitofusina 2 podría actuar como factor de protección frente a la enfermedad del hígado graso no alcohólico —una patología que afecta a cerca del 25 % de la población mundial—, según un nuevo trabajo publicado en la revista Cell y dirigido por el investigador Antonio Zorzano, catedrático de la Facultad de Biología de la UB y jefe del Laboratorio de Enfermedades Metabólicas Complejas y Mitocondrias del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona).

La enfermedad del hígado graso no alcohólico es un conjunto de afecciones hepáticas con distinto grado de severidad que se caracterizan por la acumulación de grasa en las células del hígado y que no son causadas por un consumo elevado de alcohol. Uno de los cuadros clínicos más graves de hígado graso es la esteatohepatitis no alcohólica (NASH), una patología que cursa con acumulación de grasa e inflamación.

 

En el nuevo  trabajo,  el  equipo  científico  constató  una  disminución significativa  de  los  niveles  de  la mitofusina  2  en  pacientes y en ratones  afectados  por  NASH. La restauración de los niveles de mitofusina 2 en ratones con NASH reveló una mejora importante de la enfermedad según un  protocolo  experimental basado en el uso de adenovirus (virus modificados para expresar algunas proteínas).

«La mitofusina 2 representa una posible diana terapéutica para combatir el hígado graso, una patología contra la que no hay medicamentos disponibles. Hoy en día es difícil diagnosticarla de manera precoz y los médicos recomiendan perder peso para poder paliarla», apunta Antonio Zorzano, catedrático en el Departamento de Bioquímica y Biomedicina Molecular de la UB y miembro del CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas asociadas (CIBERDEM).

Tal como explica la investigadora del IRB M.ª Isabel Hernández-Álvarez, primera autora del estudio, «ahora se están estudiando diferentes vías que permitan aumentar los niveles de mitofusina 2 sin generar efectos secundarios, y que podrían ser relevantes en el tratamiento del hígado graso no alcohólico».

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