Una mirada actual a la rica biodiversidad del mundo perdido de los tepuyes

La edición del nuevo libro ha sido dirigida por los expertos Teresa Vegas-Vilarrúbia (Facultad de Biología UB) y Valentí Rull (ICTJA-CSIC).
La edición del nuevo libro ha sido dirigida por los expertos Teresa Vegas-Vilarrúbia (Facultad de Biología UB) y Valentí Rull (ICTJA-CSIC).
Investigación
(03/07/2019)

Paredes escarpadas de difícil acceso, altos acantilados que trepan a precipicios y una gran riqueza de comunidades endémicas que habitan en las cumbres perfilan el paisaje más característico de los tepuyes, auténticos laboratorios naturales donde es posible estudiar el origen y la evolución de las biotas y los ecosistemas neotropicales.

Estos ecosistemas tan particulares, que inspiraron el conocido mundo perdido del escritor sir Arthur Conan Doyle, también son el eje del libro Biodiversity of Pantepui. The pristine «Lost World» of the neotropical Guiana highlands (Elsevier-Academic Press), publicado ahora en una edición que han dirigido los expertos Teresa Vegas-Vilarrúbia, de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona (UB), y Valentí Rull, del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (ICTJA-CSIC). Los demás autores de la publicación son los expertos Otto Huber, del Museo de Ciencias Naturales de Tirol del Sur (Italia), y Josefa Celsa Señaris, del Museo de Historia Natural La Salle de Caracas (Venezuela).

La edición del nuevo libro ha sido dirigida por los expertos Teresa Vegas-Vilarrúbia (Facultad de Biología UB) y Valentí Rull (ICTJA-CSIC).
La edición del nuevo libro ha sido dirigida por los expertos Teresa Vegas-Vilarrúbia (Facultad de Biología UB) y Valentí Rull (ICTJA-CSIC).
Investigación
03/07/2019

Paredes escarpadas de difícil acceso, altos acantilados que trepan a precipicios y una gran riqueza de comunidades endémicas que habitan en las cumbres perfilan el paisaje más característico de los tepuyes, auténticos laboratorios naturales donde es posible estudiar el origen y la evolución de las biotas y los ecosistemas neotropicales.

Estos ecosistemas tan particulares, que inspiraron el conocido mundo perdido del escritor sir Arthur Conan Doyle, también son el eje del libro Biodiversity of Pantepui. The pristine «Lost World» of the neotropical Guiana highlands (Elsevier-Academic Press), publicado ahora en una edición que han dirigido los expertos Teresa Vegas-Vilarrúbia, de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona (UB), y Valentí Rull, del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (ICTJA-CSIC). Los demás autores de la publicación son los expertos Otto Huber, del Museo de Ciencias Naturales de Tirol del Sur (Italia), y Josefa Celsa Señaris, del Museo de Historia Natural La Salle de Caracas (Venezuela).

 

Pantepuy, un mundo aún desconocido para la comunidad científica

El nuevo volumen recoge por primera vez los conocimientos más actuales sobre la biota y el origen y evolución de estas regiones biogeográficas —Pantepuy— del escudo guayanés. Este inmenso escudo geológico de América del Sur, que se extiende entre Venezuela, la Guayana y Brasil, era considerado tradicionalmente como uno de los pocos ambientes inalterados del planeta.

«El objetivo más importante del libro es recopilar los patrones biogeográficos de la diversidad y del endemismo de Pantepuy», explica Valentí Rull. «Hasta ahora, cada experto iba publicando en revistas especializadas —a veces, con muy poca o nula difusión internacional— sus descubrimientos sobre un grupo específico de organismos».

Ahora, el nuevo libro reúne todo el conocimiento existente sobre la zona y los análisis desde el punto de vista geográfico, ecológico y evolutivo. «Pantepuy es un escenario clave para explicar y entender las causas que provocan los llamados gradientes latitudinales de biodiversidad», continúa Rull. «Estos gradientes se expresan con valores de una elevada diversidad biológica en los trópicos, que va disminuyendo en dirección a los polos del planeta. En conclusión, esta región ofrece una de las pocas oportunidades reales para estudiar este patrón general y averiguar cuáles son los factores ambientales naturales, los procesos evolutivos y los mecanismos ecológicos que han generado la elevada biodiversidad tropical».

La biodiversidad de las cimas del escudo de la Guayana, en peligro

La nueva publicación también analiza las amenazas principales a la preservación de la biodiversidad de Pantepuy, una inmensa región con ecosistemas de valor excepcional para la comunidad científica. Tal como explica la profesora Teresa Vegas-Vilarrúbia, del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB, «la inexistencia de estudios específicos sobre los requerimientos ecológicos de las especies de Pantepuy y su capacidad de adaptación, los impedimentos burocráticos para investigar in situ en las cumbres de los tepuyes, y la falta de una gestión adecuada para la conservación son factores que dificultan el progreso del conocimiento sobre estas regiones neotropicales». 

El calentamiento global también es una de las mayores amenazas para la conservación de la biodiversidad de Pantepuy. «Sus efectos podrían ser devastadores para las especies endémicas que habitan en las cumbres de los tepuyes y que no pueden migrar a zonas más altas», detalla la profesora Vegas-Vilarrúbia.

«Según las predicciones climáticas del IPCC —prosigue Vegas-Vilarrúbia—, se calcula que un 22 % de las especies endémicas de Pantepuy —que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta— podrían haber perdido su hábitat para 2050, un valor que podría subir al 49 % a finales de siglo. Ello implicaría, en definitiva, su extinción definitiva a escala global. Es urgente enfocar los futuros estudios para conocer mejor el autoecología de las especies más amenazadas. Solo así se podrá apostar por medidas de conservación bien fundamentadas con garantías de éxito».

«El calentamiento global no solo se hace más intenso, también se acelera, pero las acciones decisivas de respuesta por parte de los gobiernos y las grandes corporaciones energéticas son débiles, van con retraso. Las oportunidades para poder actuar se acaban», concluye la profesora Vegas-Vilarrúbia.