¿Enseñanzas feminizadas? Estereotipos y realidad

M. Pilar Delgado, directora de la Escuela de Enfermería y vicedecana de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB.
M. Pilar Delgado, directora de la Escuela de Enfermería y vicedecana de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB.
Institucional
(06/03/2020)

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, hemos pedido a tres profesoras de la UB que nos hablen de tres enseñanzas en las que la presencia de mujeres matriculadas es especialmente mayoritaria. Se trata de Enfermería, Lenguas Románicas y sus Literaturas y Educación Infantil, tres titulaciones en las que el porcentaje de mujeres estudiantes es superior al 80 %. Nos explican cómo son estas enseñanzas hoy en día y las profesionales que se están formando, más allá de los estereotipos sociales sobre estas titulaciones. También abordan cuestiones como la necesidad de promover la presencia de chicos en estos estudios.

M. Pilar Delgado, directora de la Escuela de Enfermería y vicedecana de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB.
M. Pilar Delgado, directora de la Escuela de Enfermería y vicedecana de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB.
Institucional
06/03/2020

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, hemos pedido a tres profesoras de la UB que nos hablen de tres enseñanzas en las que la presencia de mujeres matriculadas es especialmente mayoritaria. Se trata de Enfermería, Lenguas Románicas y sus Literaturas y Educación Infantil, tres titulaciones en las que el porcentaje de mujeres estudiantes es superior al 80 %. Nos explican cómo son estas enseñanzas hoy en día y las profesionales que se están formando, más allá de los estereotipos sociales sobre estas titulaciones. También abordan cuestiones como la necesidad de promover la presencia de chicos en estos estudios.

Enfermería: rompiendo el techo académico y de investigación

M.ª Pilar Delgado: «Actualmente, ya no se duda de si las enfermeras estamos capacitadas para investigar sobre cuidados ni de los resultados de dicha investigación en la salud de la población»

La enfermería encabeza el segundo puesto de las profesiones en las que más confía la población: así lo constata el estudio de GfK Verein (2016), en el que el personal de enfermería alcanza una valoración del 93 %. El dato lo corroboran otros indicadores, como el Barómetro Sanitario de Cataluña (2018), en el que uno de los aspectos mejor valorados por los usuarios es el trato recibido de las enfermeras y los enfermeros en los servicios de atención especializada ambulatoria. «A pesar de esos buenos resultados, todavía queda mucho trabajo por hacer para que la población conozca exactamente qué hace la enfermera por la salud de las personas», apunta M.ª Pilar Delgado, directora de la Escuela de Enfermería y vicedecana de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB. Precisamente por este motivo son muy importante las iniciativas de sensibilización y de visibilización del trabajo de enfermería, como la campaña Nursing Now Cataluña.

Desde su integración en las universidades, hace poco más de cuarenta años, los estudios de Enfermería han evolucionado de forma notable. Pasaron de ser una carrera técnica a un grado en 2009, lo que permitió igualar la posibilidad de implantar todos los niveles académicos (grado, máster y doctorado) y, consecuentemente, «romper el techo académico de la titulación de Enfermería», explica M.ª Pilar Delgado. En la UB, la Escuela de Enfermería se integró en la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud con dos departamentos y en dos campus (Clínico y Bellvitge). La investigación enfermera se ha potenciado desde distintos frentes. Uno de ellos ha sido la implantación del programa de doctorado en Enfermería y Salud en la Universidad de Barcelona, en cuyo marco se han leído 155 tesis, y que «ha supuesto un avance muy importante en la formación y la investigación en el ámbito de la enfermería y los cuidados en salud». Otro frente es el relacionado con el acceso a entidades financiadoras con programas específicos para la investigación enfermera. «Actualmente, ya no se duda de si las enfermeras estamos capacitadas para hacer investigación sobre cuidados ni de los resultados de dicha investigación en la salud de la población», destaca Delgado, quien añade que «la incorporación de grupos de investigación en enfermería a los institutos de investigación ya es una realidad».

El Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña ha aumentado las plazas de formación de especialidad para enfermeras. De esta nueva convocatoria, lo más destacado es que «por primera vez se podrá estudiar la especialidad de enfermería del trabajo en Cataluña, pese a que el número de plazas convocadas —solo dos— es muy inferior al necesario si atendemos a la demanda del mercado laboral». Un caso similar ocurre con enfermería geriátrica: a pesar de haber aumentado las plazas convocadas hasta ocho, la oferta sigue siendo insuficiente para cubrir las necesidades. Un tema pendiente es que estas especialidades sean reconocidas en las categorías laborales, ya que, actualmente, en Cataluña solo está reconocida la especialidad obstétrico-ginecológica.

Lenguas Románicas y sus Literaturas: estudios en humanidades para los retos del siglo XXI

Meritxell Simó: «Los retos actuales de la sociedad reclaman mujeres científicas, pero quizás lo que más reclaman son jóvenes, también chicos, con valores humanísticos y una mirada crítica»

«Una cuestión que me llama la atención es que se trata de incentivar que las chicas ocupen espacios tradicionalmente masculinos, pero no siento reivindicar nunca que los chicos opten por una formación de tipo humanístico. Atendiendo a los retos y problemas que tenemos ante nosotros (violencia de género, cambio climático, todos los debates éticos que plantea la revolución tecnológica, etc.), convendremos en que necesitamos científicas, pero que tal vez lo que más necesitamos son jóvenes, también chicos, con valores humanísticos y capaces de mirar este mundo y esta sociedad con una mirada crítica». Quien hace esta reflexión es Meritxell Simó, profesora de Filología Románica y directora del Instituto de Investigación en Culturas Medievales (IRCVM), quien explica que, de joven, le gustaban tanto las matemáticas como el latín y el griego. «Tenía muy claro que iría a parar al Edificio Histórico de la UB, pero no sabía si al Patio de Letras o al de Ciencias», dice con una sonrisa.

Simó atribuye a cuestiones culturales la gran presencia histórica de las mujeres en los estudios vinculados a las lenguas y la literatura. «Podríamos encontrar muchas explicaciones a la imagen de la mujer lectora, como el hecho de que, durante siglos, mientras los hombres iban a la universidad y frecuentaban espacios públicos en el ocio, la educación y el ocio femeninos permanecieron confinados en el espacio doméstico; la predisposición de la mujer a las letras, creo que tiene una explicación en clave cultural, más que deberse a inclinaciones naturales», explica.

Sobre la actividad académica en el ámbito de las humanidades, y concretamente de las lenguas y la literatura, Simó destaca que «es necesario prestigiar las humanidades, darles el estatus de ciencia dura», y remarca la importancia de la multidisciplinariedad: «En el caso del IRCVM, consagrado al estudio de la Edad Media, tenemos claro el amplio abanico de competencias que se necesitan para interpretar documentos escritos en lenguas que ya no hablamos y concebidos por hombres que no pensaban como nosotros: competencias lingüísticas, paleográficas, artísticas, filosóficas...», explica. Y señala: «Solo cuando eres capaz de reconstruir en detalle todas esas diferencias, desde una cosmovisión completamente diferente de la propia, puedes percibir hasta qué punto lo que se escribió hace tantos años es moderno».

El estudio del pasado es necesario para entender el presente, y eso también se refleja en el mundo laboral. «Por un lado, la cultura se ha convertido en un negocio lucrativo; por otro, el modelo productivo actual hace cada vez más necesarias las competencias que estimula la formación humanística: la creatividad, la capacidad de pensar la complejidad, de conectar lenguajes y conocimientos muy diversos», explica Simó. «Los profesores de filología románica tenemos una relación muy estrecha con nuestros estudiantes, que son pocos y escogidos, y sabemos que al terminar el grado trabajan en ámbitos muy diversos (archivos, bibliotecas, industrias culturales, museos); a veces incluso en ámbitos alejados del de la filología, pero donde se les ha valorado mucho la formación humanística», añade. Y continúa: «Más allá de su valor intrínseco, los conocimientos humanísticos también se han convertido en un activo importante en el mercado; de hecho, algunas universidades extranjeras apuestan cada vez más por una formación interdisciplinar de carácter humanístico y científico».

Educación Infantil: innovación y neuroeducación

Anna Forés: «Los primeros años son una etapa educativa crucial y deben estar a cargo de las mejores manos y corazones educativos»

Anna Forés es investigadora del Departamento de Didáctica y Organización Educativa, dedicado a la docencia, la investigación y la transferencia en los ámbitos de la didáctica, el currículo, la organización educativa, las necesidades educativas especiales, la formación del profesorado, la tecnología educativa y la innovación y los cambios educativos.

Sobre la gran mayoría de mujeres estudiantes en la Facultad de Educación, y especialmente en titulaciones como Educación Infantil, Forés señala: «Sin querer caer en estereotipos, esta mayoría de alumnas matriculadas quizá se debe a que se trata de una profesión muy vocacional. Acompañar a las personas en su proceso educativo pide empatía, asertividad y otras habilidades más presentes culturalmente en el mundo femenino». Forés preferiría, sin embargo, que las aulas estuviesen más equilibradas: «Los educadores son referentes; todo el mundo ha tenido una maestra o un maestro que le ha marcado, y sería óptimo que en las aulas —estudiando y ejerciendo— hubiera tanta diversidad como diversa es la sociedad. Lo más importante, sin embargo, es creer en la profesión, creer en las personas a las que acompañamos y apasionarse por la educación. El resto vendrá dado».

En todo caso, es un ámbito en el que cada vez tienen un peso más importante la investigación y la transferencia de conocimiento: «Estamos viviendo una nueva revolución pedagógica que pide nuevas propuestas, nuevas preguntas sobre la educación en todas las edades y en todos los contextos». «En educación — defiende Forés—, investigación e innovación son un binomio que debe ir unido». Una de las formas de aproximarse a la educación desde la investigación es con herramientas propias de la neurociencia. En esta línea, por ejemplo, la Cátedra de Neuroeducación de la UB quiere contribuir a la transferencia de conocimiento y la formación de profesionales de cualquier ámbito de la educación, así como a la divulgación y transferencia de conocimiento hacia la sociedad.

«Desde la neuroeducación se ratifica, por ejemplo, lo que siempre se había dicho sobre la gran importancia de los primeros años para el aprendizaje», explica Forés. «Es decir, que las prácticas educativas y todos los condicionantes ambientales, familiares, sociales y culturales ejercen un efecto mucho mayor sobre la plasticidad sináptica que durante la edad adulta. Por lo tanto, es la época de mayor influencia de las prácticas educativas: esta etapa educativa es crucial y debe estar a cargo de las mejores manos y corazones educativos», concluye.