Los Debates UB analizan los riesgos de fractura de la sociedad catalana y proponen líneas de actuación

Momento del debate. Arriba, de izquierda a derecha, Víctor Climent, Jaume Font y Marina Subirats. Abajo, de izquierda a derecha, Maite Vilalta y Miquel Martínez.
Momento del debate. Arriba, de izquierda a derecha, Víctor Climent, Jaume Font y Marina Subirats. Abajo, de izquierda a derecha, Maite Vilalta y Miquel Martínez.
Institucional
(30/06/2020)

«Sociedad tensionada, sociedad erosionada y decepcionada, sociedad con riesgos de fractura». Todos estos conceptos se utilizaron para definir la realidad catalana en la sesión «Cataluña, una sociedad plural. ¿Fracturada?», que tuvo lugar el lunes 29 de junio en la segunda edición del ciclo Debates UB: Cataluña y España.

Momento del debate. Arriba, de izquierda a derecha, Víctor Climent, Jaume Font y Marina Subirats. Abajo, de izquierda a derecha, Maite Vilalta y Miquel Martínez.
Momento del debate. Arriba, de izquierda a derecha, Víctor Climent, Jaume Font y Marina Subirats. Abajo, de izquierda a derecha, Maite Vilalta y Miquel Martínez.
Institucional
30/06/2020

«Sociedad tensionada, sociedad erosionada y decepcionada, sociedad con riesgos de fractura». Todos estos conceptos se utilizaron para definir la realidad catalana en la sesión «Cataluña, una sociedad plural. ¿Fracturada?», que tuvo lugar el lunes 29 de junio en la segunda edición del ciclo Debates UB: Cataluña y España.

 

La vicerrectora de Igualdad y Acción Social y Secretaria General de la UB, Maite Vilalta, inauguró el debate, el primero del ciclo que se ha hecho de forma telemática a causa de la pandemia de COVID-19. A continuación, Víctor Climent, director del Departamento de Sociología de la Facultad de Economía y Empresa y moderador de la sesión, planteó varias cuestiones para dar pie a las intervenciones de los ponentes.

Jaume Font, profesor de Análisis Geográfico Regional de la UB, defendió en su intervención que Cataluña es una sociedad diversa y que «el problema radica en cómo gestionarlo». En esa línea, señaló que actualmente hay una hornada de políticos que ven las cosas de modo muy distinto a los de la época de la transición. Explicó que «el malestar catalán es un reflejo del malestar del mundo» y contextualizó el proceso catalán en la llamada modernidad líquida. Desde su perspectiva de geógrafo, Font se refirió a cómo se ha planteado el estudio del territorio catalán desde esta disciplina, así como al trabajo de los geógrafos del llamado Grupo de Toledo y el estudio que desarrollan bajo el lema «repensar el Estado». Font siguió con un análisis de los resultados electorales en Cataluña para constatar una fractura territorial, por lo que las zonas urbanas y litorales votan de manera diferente a las interiores. También reflexionó sobre la nación como «constructo humano» y apoyó las ideas de que «habrá que coser el país» y que «quizás votar no es la solución, pero sí que habrá que votar la solución».

Miquel Martínez, catedrático de Teoría de la Educación de la UB, enfocó su intervención desde el punto de vista de la pedagogía. Afirmó que «la característica de la pluralidad de Cataluña» ha quedado «tocada» y manifestó igualmente que la sociedad catalana está «erosionada y decepcionada». Martínez quiso destinar parte de su parlamento a hacer «propuestas de mejora y avanzar hacia una pluralidad que nos caracteriza, una pluralidad que sea estimada por las generaciones más jóvenes». Apostó por un «modelo de escuela y sistema social inclusivo», en el que seamos capaces de «construir algo juntos» y todo el mundo se sienta partícipe de un proyecto. Igualmente, defendió que es necesario profundizar en una educación democrática, en la que se entienda el diálogo como «forma de vivir en desacuerdo de manera digna y constructiva». También abogó por la escuela como espacio de «debate, participación y discusión». Finalmente, se refirió a otras fracturas presentes en la sociedad y concluyó: «Que todos se sientan más iguales y más libres es una condición para que la sociedad pueda avanzar».

Marina Subirats, catedrática emérita de Sociología de la UAB, enfocó su intervención a partir del principio de que en toda sociedad existen «grupos con intereses diversos y tendencias al enfrentamiento» y que «la tendencia más fuerte es siempre el enfrentamiento por clases sociales». En el caso de Cataluña, «hace muchos años que hay un poco más de riesgos debido a la fractura económica». «Con la democracia comenzó una cierta igualación, a partir de los 2000 comenzó a crecer la desigualdad», explicó. Respecto a ese contexto, la socióloga añadió que en Cataluña hay una clase trabajadora de origen no catalán y que «la sociedad catalana está dividida aproximadamente en un 50 % a favor del proceso o en contra». Por otra parte, continuó, a diferencia de épocas anteriores, «la burguesía catalana que construyó la Cataluña novecentista ya no existe debido al fenómeno de la globalización; hemos pasado a una clase transnacional». Subirats caracterizó el movimiento independentista como formado por una clase media integrada por asalariados de alto nivel, la vieja clase media afectada por la globalización y la Cataluña no urbana. Después de este análisis, la socióloga concluyó que es necesario abandonar «posiciones frentistas» y fortalecer Cataluña para aumentar la cohesión.