El primer cometa interestelar detectado puede ser el más prístino jamás encontrado

Imagen del cometa interestelar 2I/Borisov, captado con el Very Large Telescope en 2019. Foto: ESO/O. Hainaut
Imagen del cometa interestelar 2I/Borisov, captado con el Very Large Telescope en 2019. Foto: ESO/O. Hainaut
Investigación
(30/03/2021)

Nuevas observaciones llevadas a cabo con el Very Large Telescope (VLT), del Observatorio Europeo Austral (ESO), indican que el cometa errante 2I/Borisov, el segundo visitante interestelar detectado recientemente en nuestro Sistema Solar, es uno de los más prístinos jamás observados. Los astrónomos sospechan que lo más probable es que el cometa nunca haya pasado cerca de una estrella, por lo que sería una reliquia inalterada de la nube de gas y polvo en la que se formó.

Imagen del cometa interestelar 2I/Borisov, captado con el Very Large Telescope en 2019. Foto: ESO/O. Hainaut
Imagen del cometa interestelar 2I/Borisov, captado con el Very Large Telescope en 2019. Foto: ESO/O. Hainaut
Investigación
30/03/2021

Nuevas observaciones llevadas a cabo con el Very Large Telescope (VLT), del Observatorio Europeo Austral (ESO), indican que el cometa errante 2I/Borisov, el segundo visitante interestelar detectado recientemente en nuestro Sistema Solar, es uno de los más prístinos jamás observados. Los astrónomos sospechan que lo más probable es que el cometa nunca haya pasado cerca de una estrella, por lo que sería una reliquia inalterada de la nube de gas y polvo en la que se formó.

El cometa 2I/Borisov fue descubierto por el astrónomo aficionado Gennady Borisov en agosto de 2019 y, unas semanas más tarde, se confirmó que provenía de más allá del Sistema Solar. En un nuevo estudio publicado en Nature Communications, un equipo de investigadores en el que ha participado Toni Santana-Ros, astrónomo del Instituto de Ciencias del Cosmos de la UB (ICCUB) y de la Universidad de Alicante, apunta a que el cometa nunca habría pasado cerca de una estrella antes de acercarse al Sol, cuando fue descubierto.

Los investigadores han descubierto que 2I/Borisov tiene propiedades polarimétricas distintas a las de los cometas del Sistema Solar, con la excepción de Hale-Bopp, visible a finales de los 90. Ambos cometas son los más prístinos que los astrónomos han observado, lo que significa que tienen una composición muy similar a la de la nube de gas y polvo en la que se formaron tanto ellos como el resto del Sistema Solar hace unos 4.500 millones de años.

Al analizar la polarización y el color del cometa para recabar pistas sobre su composición, el equipo concluyó que 2I/Borisov es, de hecho, aún más prístino que Hale-Bopp. Ello implica que contiene rastros inalterados de la nube de gas y polvo en la que se formó.

El hecho de que ambos cometas sean tan similares sugiere que el entorno en el que se originó 2I/Borisov no es tan diferente en su composición al entorno del Sistema Solar temprano. Según Antoni Santana-Ros, «al tratarse del primer cometa interestelar nunca antes observado, es un objeto único». Se desconoce la frecuencia con que esta clase de objetos atraviesa el Sistema Solar, por lo que quizás esta sea una ocasión única en generaciones para observar uno. «Por eso —añade el experto— es de gran importancia analizar todas las observaciones de este cuerpo, las cuales nos llevan a estudiar con detalle su composición y, sobre todo, la cantidad de erosión espacial que ha recibido a lo largo de su historia».

Aunque 2I/Borisov fue el primer cometa errante en acercarse al Sol, el primer objeto interestelar que se observó pasando por nuestro Sistema Solar fue 1IʻOumuamua, originalmente clasificado como un cometa y  reclasificado más tarde como un asteroide, ya que carecía de coma.

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