Haber nacido con bajo peso provoca cambios en el corazón que se mantienen en la edad adulta

Marta Sitges, Kilian Vellvé, Fàtima Crispi, Isabel Blanco, Eduard Gratacós y Francesca Crovetto. Foto: H. Clínic
Marta Sitges, Kilian Vellvé, Fàtima Crispi, Isabel Blanco, Eduard Gratacós y Francesca Crovetto. Foto: H. Clínic
Investigación
(22/07/2021)

Las personas que han nacido con bajo peso, es decir, los bebés del primer decil (que corresponde al 10 % de bebés nacidos con el peso más bajo), tienen más problemas cardiovasculares cuando son adultos. Eso significa que esas personas tienen hasta tres veces más probabilidades de sufrir un infarto de miocardio. También tienen más riesgo de hipertensión, de ictus, de diabetes y de síndrome metabólico.

Marta Sitges, Kilian Vellvé, Fàtima Crispi, Isabel Blanco, Eduard Gratacós y Francesca Crovetto. Foto: H. Clínic
Marta Sitges, Kilian Vellvé, Fàtima Crispi, Isabel Blanco, Eduard Gratacós y Francesca Crovetto. Foto: H. Clínic
Investigación
22/07/2021

Las personas que han nacido con bajo peso, es decir, los bebés del primer decil (que corresponde al 10 % de bebés nacidos con el peso más bajo), tienen más problemas cardiovasculares cuando son adultos. Eso significa que esas personas tienen hasta tres veces más probabilidades de sufrir un infarto de miocardio. También tienen más riesgo de hipertensión, de ictus, de diabetes y de síndrome metabólico.

Un estudio coordinado por un equipo de BCNatal (Hospital Clínico, Hospital Sant Joan de Déu y Universidad de Barcelona) y el IDIBAPS, con el apoyo de la Fundación La Caixa, muestra que las personas nacidas con bajo peso presentan diferencias en la estructura y la función del corazón y tienen menos capacidad para la actividad física que el resto de la población cuando son adultos. El trabajo lo ha publicado la revista JAMA Cardiology.

El equipo de investigación, liderado por el catedrático de la Universidad de Barcelona Eduard Gratacós, director BCNatal y jefe del Grupo de Investigación de Medicina Fetal y Perinatal (IDIBAPS), fue el primero en demostrar en trabajos anteriores que una parte importante del problema de estos bebés es el corazón en sí mismo. «Vimos que los corazones de bebés nacidos con bajo peso presentan diferencias en la función y en la estructura, y que esas diferencias que aparecen en la vida fetal se mantenían hasta la adolescencia».

Quedaba por averiguar si los cambios en la estructura y la función del corazón se mantienen en la edad adulta, y eso es lo que se ha estudiado en el trabajo publicado en JAMA Cardiology. «Es un estudio pionero, que combina técnicas de análisis asistido por ordenador muy sofisticadas para estudiar la forma del corazón con resonancia magnética con una prueba de esfuerzo», explica Marta Sitges, directora del Instituto Clínico Cardiovascular, jefa del Grupo de investigación de Imagen Cardíaca (IDIBAPS) y coautora del estudio.

El trabajo se hizo con personas de entre veinte y cuarenta años que habían nacido con bajo peso y con peso normal. Para localizarlas, se revisaron los libros de la sala de partos del Hospital Sant Joan de Déu de hace entre veinte y cuarenta años. A partir de la fecha de nacimiento y del apellido de la madre, se logró contactar con algunas de estas personas. Participaron en el estudio 158 adultos: de ellos, 81 habían nacido con bajo peso y 77 con peso normal. Se les hizo una resonancia cardíaca y una prueba de esfuerzo en bicicleta.

 

Diferencias en la estructura y la respuesta al esfuerzo

«La resonancia cardíaca demostró que las personas que habían nacido con bajo peso mantenían cambios en la estructura del corazón en la edad adulta. Su ventrículo derecho tenía una forma distinta», explica Fàtima Crispi, médica especialista sénior de BCNatal, coordinadora científica del Grupo de Investigación de Medicina Fetal y Perinatal del IDIBAPS y profesora de la UB.

También se vio que tienen menos capacidad para hacer ejercicio, es decir, no son capaces de generar tanta fuerza con la bicicleta y se cansan antes. «Eso no quiere decir que no puedan hacer ejercicio, sino al contrario», aclara Crispi. «Simplemente, puede que no tengan tanta capacidad como el resto de la población y se cansen antes». También se observó que los cambios en el corazón son más marcados en la población fumadora, con sobrepeso o sedentaria.

Para Gratacós, esta investigación vuelve a demostrar la importancia de la medicina fetal en la prevención de patologías de las personas adultas: «Si identificamos problemas de crecimiento fetal en el embarazo y promovemos hábitos saludables desde la infancia, evitaremos las consecuencias que pueden comportar los problemas fetales en la edad adulta», concluye. Un estudio reciente del mismo grupo de investigación ha demostrado que haber nacido con bajo peso multiplica por tres el riesgo de tener COVID-19 grave.

 

En el estudio también han participado, entre otros, profesionales del Instituto Clínico Cardiovascular, el Instituto Clínico Respiratorio, los grupos de investigación del IDIBAPS de Imagen Cardiaca y Computación Traslacional en Cardiología e investigadores de la Universidad de Barcelona, la Universidad Pompeu Fabra, el Centro de Supercomputación de Barcelona y el Philips Research France. El proyecto tiene el apoyo de la Fundación La Caixa, el Instituto de Salud Carlos III, la Comisión Europea, CEREBRA, CIBERER y AGAUR.

 

Referencia del artículo:

F. Crispi, M. Rodríguez-López, G. Bernardino et al. «Exercise capacity in young adults born small for gestational age». JAMA Cardiology, julio de 2021. Doi:10.1001/jamacardio.2021.2537