Los académicos hacen propuestas de futuro durante las jornadas «El caso catalán»

Daniel Innerarity intervino en la clausura de las jornadas.
Daniel Innerarity intervino en la clausura de las jornadas.
Investigación
(14/09/2021)

Investigadores de diversas disciplinas de las ciencias sociales han hecho propuestas para alcanzar puntos de encuentro entre posiciones contrarias durante las jornadas «El caso catalán: explorando espacios para el diálogo y el acuerdo», organizadas por la Universidad de Barcelona el 9 y 10 de septiembre. Durante ambos días, se puso de relieve cómo este conflicto es de interés para la comunidad académica.

Daniel Innerarity intervino en la clausura de las jornadas.
Daniel Innerarity intervino en la clausura de las jornadas.
Investigación
14/09/2021

Investigadores de diversas disciplinas de las ciencias sociales han hecho propuestas para alcanzar puntos de encuentro entre posiciones contrarias durante las jornadas «El caso catalán: explorando espacios para el diálogo y el acuerdo», organizadas por la Universidad de Barcelona el 9 y 10 de septiembre. Durante ambos días, se puso de relieve cómo este conflicto es de interés para la comunidad académica.

El rector Joan Guàrdia inauguró las jornadas con una intervención centrada en el binomio conflicto-solución y el papel que debe tener en él la Universidad de Barcelona. Concretamente, afirmó que la UB, «como punto de referencia de muchos procesos sociales», tiene la obligación «de aportar soluciones desde el rigor de la ciencia».

 

Democracia, territorio, identidad

La primera sesión se dedicó a la dimensión democrática del caso catalán. Gemma Ubasart (UdG) analizó el momento actual de intento de resolución negociada del conflicto y se mostró partidaria de que se pueda «celebrar un referéndum en el que se pueda votar el statu quo, otra España de federalismo asimétrico o el estado independiente». Ander Errasti (UB), en cambio, se centró en qué marco conceptual puede ser útil para analizar el caso catalán. Desarrolló la idea de «democracia compleja» y la de «demoicracia», que se ha utilizado a escala europea y que tiene en cuenta tanto las unidades políticas nacionales como el hecho de que dichas unidades deben interactuar entre ellas para afrontar los retos actuales.

Lluís Orriols (Universidad Carlos III de Madrid), en la siguiente sesión, dedicada a la dimensión territorial, defendió que, si bien en Cataluña existe «un margen para los acuerdos», es más escéptico en cuanto a «los puntos comunes entre la sociedad catalana y la española». «Hay que buscar una reconciliación de opiniones públicas catalana y española», concluyó. Mireia Grau (Instituto de Estudios del Autogobierno de la Generalitat de Cataluña) también habló sobre las discrepancias entre los ciudadanos de las distintas comunidades autónomas respecto al autogobierno. Grau afirmó que el autogobierno tiene que ver con «promocionar la diversidad».

En la sesión sobre dimensión identitaria, Marc Sanjaume (UPF) apuntó que este aspecto es relevante para entender el conflicto y puede formar parte de la solución. Al mismo tiempo, advirtió: «No podemos reducir todo a la dimensión identitaria». César Colino (UNED) estableció algunas condiciones para que se dé un conflicto identitario grave, como los mitos y estereotipos o los temores identitarios, cuando la gente considera que su grupo está en peligro. Destacó el papel de los líderes a la hora de hacer gestos conciliadores que tengan efectos mitigadores del conflicto.

Sobre la dimensión mediática, Marta Montagut (URV) incidió en la inexistencia de puentes de diálogo, «incluso con el léxico», tanto en el periodismo como en las redes sociales. Montagut hizo propuestas como relegitimar el periodismo en el papel d mediador entre actores y potenciar una interpretación más compleja de la realidad. Carles Pont (UPF) expuso los resultados de una investigación sobre cómo la prensa internacional de referencia ha tratado el conflicto. Entre las conclusiones, destacó que los periódicos internacionales han entendido el caso catalán como «un conflicto sin solución y falto de iniciativa de diálogo». Pont también apuntó que los medios internacionales «han avalado la voluntad de poder votar de la mayoría de catalanes».

 

Leyes, sociedad y medios de comunicación

Tanto la abogada Marina Gallés (Òmnium Cultural) como Jordi Nieva (UB) criticaron el juicio del Tribunal Supremo a los líderes independentistas en la sesión dedicada a la dimensión jurídica. Gallés afirmó que el Supremo defiende «un inmovilismo de la Constitución que no es real». Jordi Nieva comenzó su intervención criticando, desde el punto de vista de la justicia y las leyes, actuaciones de los diferentes actores implicados en el conflicto. A continuación, se centró en las instituciones españolas y dijo que «hay sospechas más que razonables» de que dicha justicia se ha dejado llevar por la ideología.

En la dimensión social, tanto Jordi Muñoz (UB) como Berta Batet (UAB), presentaron diversas encuestas y estudios sobre las actitudes y preferencias de la población catalana. Muñoz criticó la llamada teoría del egoísmo fiscal, según la cual existe una correlación entre voto independentista y mayor nivel de renta. Mostró diversos datos que no permiten sustentar esa teoría, como el hecho de que la oposición a bajar impuestos sea mayor entre los independentistas. Berta Batet afirmó que el conflicto territorial «no rompe de una forma clara la sociedad catalana», ya que no se reproduce en ningún otro conflicto. «Si pasamos a hablar de migración o de impuestos, las alianzas creadas en el eje territorial se rompen», concluyó.

A continuación, no intervinieron dos académicos, sino dos profesionales de los medios de comunicación: Ferran Casas (Nació Digital) y Lola García (La Vanguardia), en la sesión «Relatando el diálogo». Casas instó a los medios a mejorar la autoexigencia: «Uno de los grandes déficits de nuestra sociedad es la no formación mediática», dijo. Lola García remarcó la importancia del lenguaje que se utiliza —«el lenguaje no es neutro», afirmó— y la del papel de los medios de comunicación a la hora de definir cuáles son los temas de debate social.

Nicola McEwen (Universidad de Edimburgo) explicó durante la sesión dedicada a la dimensión europea las similitudes entre los movimientos proindependencia en Escocia y Cataluña. También apuntó que, si bien el Brexit ha hecho volver a plantear la necesidad de un segundo referéndum en Escocia, el gobierno británico está sosteniendo un discurso de defensa de la unidad frente a amenazas como la pandemia de COVID-19. Carlos Closa (CSIC e Instituto Europeo de Florencia) repasó la posición de la UE ante secesiones de estados y recordó que no se ha mostrado «entusiasta». También explicó las razones de un apoyo progresivo a la legalidad española y un rechazo al unitarismo, como el mismo marco legal de la UE y la no credibilidad de la estrategia de deslegitimación de la democracia española.

 

Daniel Innerarity

Según Daniel Innerarity, que intervino en la clausura de las jornadas, «cuando en un mismo espacio conviven sentimientos de identificación nacionales diferentes, la solución debe ser en términos operativos y de pacto». Afirmó que debe haber una vía para una eventual secesión de Cataluña, pero a la vez defendió que «sería preferible algo que pudiera suscitar más adhesión». «La decisión final del pueblo catalán no necesariamente tiene que versar sobre independencia: ¿por qué no sobre la ratificación de un acuerdo negociado?», se preguntó.