Investigación sobre el arqueofurtivismo y los métodos para su persecución policial y judicial
El arqueofurtivismo —los delitos contra el patrimonio arqueológico— es objeto de investigación universitaria. Se trata de actos criminales que se remontan a la época del saqueo de las tumbas egipcias y que llegan hasta los actuales traficantes que comercializan por Internet mercancías robadas. La operativa y tipología de estos delincuentes, así como la metodología para su persecución policial y jurídica, quedan ahora recogidas en un nuevo manual universitario que publican el Seminario de Estudios e Investigación Prehistóricas (SERP) de la Universidad de Barcelona y la Sociedad Catalana de Arqueología. El autor, Joan Carles Alay, investigador del SERP, apunta que, si bien los buscadores de tesoros, movidos por el placer del hallazgo, tienden a desaparecer, los traficantes que buscan lucrarse continuarán proliferando con la ayuda de las nuevas tecnologías.
El arqueofurtivismo —los delitos contra el patrimonio arqueológico— es objeto de investigación universitaria. Se trata de actos criminales que se remontan a la época del saqueo de las tumbas egipcias y que llegan hasta los actuales traficantes que comercializan por Internet mercancías robadas. La operativa y tipología de estos delincuentes, así como la metodología para su persecución policial y jurídica, quedan ahora recogidas en un nuevo manual universitario que publican el Seminario de Estudios e Investigación Prehistóricas (SERP) de la Universidad de Barcelona y la Sociedad Catalana de Arqueología. El autor, Joan Carles Alay, investigador del SERP, apunta que, si bien los buscadores de tesoros, movidos por el placer del hallazgo, tienden a desaparecer, los traficantes que buscan lucrarse continuarán proliferando con la ayuda de las nuevas tecnologías.
Alay analiza los aspectos históricos, económicos, jurídicos, penales y criminales de este comercio ilegal, que pone en peligro o destruye uno de los fundamentos de la identidad de las sociedades en todo el mundo: el patrimonio arqueológico. El autor lo ilustra con ejemplos como el de la necrópolis fenicia del Cerro de San Cristóbal, en Almuñécar (Granada), del siglo VII aC. Allí se encontraron vasos de piedra procedentes del antiguo Egipto, de la XV dinastía (1644-1537 aC). Eran objetos que habían sido robados de tumbas de faraones y que siglos después los fenicios habían adquirido. Sería «uno de los primeros casos documentados sobre tráfico internacional de antigüedades», explica el investigador.
Alay es asesor de los cuerpos policiales y de la justicia, y ha intervenido en innumerables juicios en calidad de experto. Es un defensor de la colaboración entre policía y arqueólogos. En la obra analiza los perfiles criminales de los arqueofurtivos, así como los métodos para perseguirlos. Apunta que las sanciones y penas por estos delitos son de lo más diverso según el lugar del mundo: desde países en los que solo se pagan multas irrisorias hasta la pena de muerte que se aplicaba en China hasta el año 2011.
De cara al futuro, Alay subraya que, si bien los buscadores de piezas arqueológicas por puro placer están camino de extinguirse gracias a una mayor concienciación social, no ocurre lo mismo con los traficantes. De hecho, las nuevas tecnologías han hecho posibles subastas en la red de la mercancía robada, por lo que las personas que roban el patrimonio arqueológico pueden venderlo directamente, ya sin intermediarios.
Arqueofurtivismo. Manual sobre el estudio de las intervenciones arqueológicas ilegales se presentará el jueves 4 de noviembre, a las 18:30, en la sala Jane Addams de la Facultad de Geografía e Historia. El acto incluirá una mesa redonda con el vicerrector de Patrimonio y Actividades Culturales de la UB, Agustí Alcoberro, junto a Josep Maria Fullola, director del SERP; Maria Àngels Petit, presidenta de la Sociedad Catalana de Arqueología; Xavier Mangado, catedrático de Prehistoria de la UB; Jordi Campillo, especialista en patrimonio arqueológico, y Mercè Almeida, especialista en apoyo jurídico en materia de memoria democrática.