El nido más antiguo de un quebrantahuesos en la península Ibérica

Un quebrantahuesos en pleno vuelo. © Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos.
Un quebrantahuesos en pleno vuelo. © Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos.
Investigación
(03/01/2023)

Los coprolitos, o heces fósiles de hace unos 30.000 años, han servido para identificar la presencia de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) en el yacimiento paleolítico de Lagar Velho (Portugal). La comparación de los coprolitos localizados en las excavaciones con las heces de quebrantahuesos actuales ha permitido constatar la presencia de estos animales en el pasado. La investigación, publicada en Scientific Reports, señala la importancia de identificar a los coprolitos a la hora de documentar la presencia de estas aves en los yacimientos y estudiar la relación que tuvieron con comunidades humanas prehistóricas.

Un quebrantahuesos en pleno vuelo. © Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos.
Un quebrantahuesos en pleno vuelo. © Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos.
Investigación
03/01/2023

Los coprolitos, o heces fósiles de hace unos 30.000 años, han servido para identificar la presencia de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) en el yacimiento paleolítico de Lagar Velho (Portugal). La comparación de los coprolitos localizados en las excavaciones con las heces de quebrantahuesos actuales ha permitido constatar la presencia de estos animales en el pasado. La investigación, publicada en Scientific Reports, señala la importancia de identificar a los coprolitos a la hora de documentar la presencia de estas aves en los yacimientos y estudiar la relación que tuvieron con comunidades humanas prehistóricas.

La identificación de este nido permite conocer cómo vivía este buitre, que se caracteriza por seguir una dieta peculiar, ya que el 70-80 % de su alimentación son huesos. El valle en el que se encuentra el yacimiento debió de ser un lugar óptimo para que esta especie estableciera nidos, como lo confirma la gran cantidad de coprolitos recuperados en la excavación, así como los huesos digeridos por este buitre. Esto también abre la puerta a establecer cuál era la relación con los humanos en el pasado, puesto que en el yacimiento también se han documentado actividades de grupos de cazadores y recolectores.

El yacimiento de Lagar Velho es el quinto en el que se ha documentado la presencia de nidos de quebrantahuesos en el sur de Europa, junto con los de Gritulu (Córcega), Grotte Noisetier (Francia), El Mirón (España) y el de Caldeirao en Portugal —este último, aún por confirmar— y es el primero de la península Ibérica en el que se han identificado sus heces fosilizadas. «Los quebrantahuesos son unos buitres que han pasado muy desapercibidos hasta ahora en el registro arqueológico, y eso que viven en cuevas y acumulan huesos, como los grupos humanos de cazadores y recolectores», explica Sanz, primera firmante del artículo e investigadora del Seminario de Estudios e Investigación Prehistóricas (SERP). El trabajo ahora publicado establece por primera vez características y criterios para poder identificar más fácilmente los coprolitos de estos buitres y su presencia en la antigüedad. La identificación del quebrantahuesos en el yacimiento de Lagar Velho, además, abre nuevas perspectivas sobre la presencia del quebrantahuesos en Portugal.

Para estudiar estas heces de hace miles de años, los investigadores han comparado las muestras conservadas con las de quebrantahuesos actuales que viven en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, así como varias muestras proporcionadas por la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos. «Hay muy poca diferencia entre las heces actuales y las de hace 30.000 años, prácticamente solo el color, lo que da una gran fiabilidad a la hora de realizar las identificaciones», explica Sanz.

Actualmente, este buitre es un ave muy amenazada por la presión antrópica, hasta el punto de que sus poblaciones quedaron reducidas en los Pirineos; de hecho, en la mayor parte de la península Ibérica, incluida Portugal, donde se ha desarrollado este estudio, desaparecieron. Gracias a varios programas de reintroducción y sensibilización, esta ave vuelve a ocupar espacios de la península.

Las excavaciones las han dirigido Ana Maria Costa y Ana Cristina Araújo, de la Dirección General de Patrimonio Cultural de Portugal, y Joan Daura y Montserrat Sanz, de la UB y el Centro de Arqueología de la Universidad de Lisboa (UNIARQ). En el trabajo han participado diversas instituciones y organismos, como el Ayuntamiento de Leiria (Portugal), la Dirección General de Patrimonio Cultural de Portugal, UNIARQ, el Ministerio de Cultura y Deporte de España, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (gobierno de Aragón), la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos y el Centro de Cría del Quebrantahuesos en Aislamiento Humano (Zaragoza).

 

 

Artículo de referencia:

Sanz, M., Daura, J., Costa, A.M. et al. The characterization of bearded vulture (Gypaetus barbatus) coprolites in the archaeological record. Sci Rep 13, 57 (2023). https://doi.org/10.1038/s41598-022-25288-x