08 de Junio de 2020

Los mares y océanos son unos de los ecosistemas más desconocidos y a la vez más fascinantes del planeta. Sin embargo, las crecientes actividades humanas en el medio marino están acelerando rápidamente su deterioro. Por ello, muchos países están incrementando la superficie marina protegida. En España, la figura de Área Marina Protegida existe desde 2007 (Ley 24/2007 de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad), y en 2010 se creó formalmente la Red de Áreas Marinas Protegidas (RAMPE, ley 41/2010 de protección del medio marino) con el objetivo de llevar a cabo una gestión coherente del medio marino para lograr un buen estado ambiental del mismo. En 2014 entraron a formar parte de la RAMPE 39 zonas de especial protección para las aves. A pesar de ello, solo alrededor del 13% de las aguas de titularidad española se encuentran en la actualidad bajo alguna figura de protección, y además muchas de ellas siguen sin contar en la actualidad con planes de gestión que tengan en cuenta aspectos tan importantes como las interacciones entre las aves marinas y la pesca o la acuicultura.

Las aves marinas son predadores apicales, es decir que se encuentran en los niveles superiores de las redes tróficas marinas. Esta posición ventajosa las hace sensibles a la mayoría de alteraciones del ecosistema marino, lo que las convierte en especies centinelas de la salud de los mares y océanos. Además, estas aves viven en la interfaz entre el ecosistema marino y el terrestre, alimentándose del mar y volviendo a tierra firme para descansar, anidar y criar a sus pollos, lo que nos permite tener acceso a ellas para estudiarlas. Una de las informaciones más importantes que podemos obtener de las aves marinas es su distribución en el mar, las zonas que usan para alimentarse y para encontrar alimento para sus crías. Esta información, combinada con estudios de dieta y ecotoxicología nos ayuda a conocer la calidad ambiental de las diferentes regiones marinas, así como el estado de salud de los stocks pesqueros. El método más práctico y preciso para obtener esta información es la colocación de dispositivos de seguimiento remoto (GPS), los cuales puedan registrar y transmitir sus movimientos a intervalos de hasta menos de un minuto a través de la red de telefonía móvil.

Actualmente, nuestro grupo de investigación (Grupo de Ecología de Aves Marinas) de la Facultad de Biología de la Universitat de Barcelona y el Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBIo), en colaboración con la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), están desarrollando dos proyectos que cuentan con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y en los que también colabora el Instituto Español de Oceanografía (IEO). Los objetivos de ambos proyectos están vinculados a las acciones del LIFE INTEMARES, que persigue la gestión eficaz de los espacios marinos Natura 2000, con la participación activa de los sectores implicados y la investigación como herramientas básicas para la toma de decisiones.

El proyecto “AMARYPESCA: Las aves marinas como instrumento para la mejora de la gestión pesquera y acuícola en el contexto de una RAMPE sostenible”, en el marco de la convocatoria 2019 del Programa pleamar, cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca, pretende conocer el papel que juega la actual RAMPE en la conservación de las aves marinas, además de investigar las interacciones entre las aves marinas y las actividades pesqueras y de producción acuícola, para así mejorar la gestión de la RAMPE y de las actividades humanas en el mar.

En la misma línea, el proyecto “GAUDIN: La gaviota de Audouin como instrumento para la mejora de la gestión de la RAMPE en el Levante español”, en el marco de la convocatoria de ayudas para la conservación de la biodiversidad marina en España 2019 de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, persigue conocer el papel que tiene la actual RAMPE en la conservación de la gaviota de Audouin (Ichtyaetus audouinii) y caracterizar las interacciones entre estas aves y los buques pesqueros.

Para alcanzar estos objetivos, hemos colocado varios dispositivos GPS en aves marinas de diferentes especies: el cormorán moñudo (Golosus aristotelis) y la gaviota patiamarilla (Larus michahellis) en el marco del proyecto AMARYPESCA, y la gaviota de Audouin en el marco del proyecto GAUDIN.

En el siguiente mapa se pueden ver los viajes de todos los individuos marcados con dispositivos GPS de cormorán moñudo (naranja) en Isla Grosa (Murcia) e Isla del Aire (Islas Baleares), y de gaviota patiamarilla (azul) y gaviota de Audouin (amarillo) en San Pedro del Pinatar (Murcia), registrados desde el momento de su colocación hasta finales de mayo.

De las tres especies instrumentadas con GPS hasta la fecha en la región del Levante español, la primera con la que pudimos trabajar fue el cormorán moñudo. Esta ave marina, que anida en zonas de acantilados rocosos, está catalogada como especie vulnerable en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, dado que se encuentra amenazada por la captura accidental, la sobrepesca y la contaminación marina.

El equipo de ANSE, socios en el proyecto AMARYPESCA, llevaron a cabo el trabajo de campo en enero y febrero, cuando colocaron dispositivos GPS en un total de ocho ejemplares adultos, mayoritariamente reproductores, de Isla Grosa (Murcia) e Isla del Aire (Islas Baleares).

Cormorán moñudo (Golosus aristotelis) equipado con un dispositivo GPS. Fotografía: ANSE.

La ecología espacial de esta especie aún es bastante desconocida y esperamos que los resultados que estamos obteniendo con este proyecto puedan contribuir a su conocimiento. En el mapa anterior se puede ver cómo los cormoranes de Isla Grosa se suelen desplazar hacia el norte, acercándose y posiblemente interaccionando con granjas de piscifactorías. En cambio, podemos observar que los individuos de Isla del Aire se mueven cerca de las costas de esta isla, Menorca y Mallorca. Aquí se pueden ver con todo detalle los últimos movimientos de los individuos equipados con aparatos GPS.

La siguiente especie con la que trabajamos fue la gaviota patiamarilla, un ave marina de hábitos costeros, con gran adaptabilidad trófica y del hábitat. Gracias a estos atributos generalistas se ha adaptado de manera extraordinaria a aprovechar recursos tróficos derivados de la actividad humana, como el alimento que obtienen de los vertederos o de los descartes pesqueros. Esta asociación con hábitats antrópicos ha hecho que sus poblaciones crezcan exponencialmente en toda su área de distribución, y cuenta con núcleos de reproducción muy abundantes en toda la costa. El personal de ANSE se encargó de colocar 17 dispositivos GPS en individuos adultos reproductores de San Pedro del Pinatar (Murcia).

Gaviota patiamarilla (Larus michahellis) equipada con un dispositivo GPS. Fotografía: Antonio Zamora.

Los primeros resultados obtenidos apoyan este cambio de dieta hacia fuentes de alimento de origen antrópico y principalmente terrestres (vertederos, centros de tratamientos de residuos, campos de cultivo y balsas de riego…). Además, los viajes que realizan por el mar parecen estar ligados a posibles interacciones con descartes pesqueros y piscifactorías. Aquí se pueden ver los últimos movimientos de los individuos equipados con GPS.

La última especie con la que hemos trabajado es la gaviota de Audouin. Es una especie endémica del Mediterráneo, catalogada como vulnerable en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. El Levante español alberga las poblaciones de cría más importantes de toda la especie. Actualmente se encuentra amenazada por la captura accidental, la dependencia de los descartes pesqueros y la contaminación del medio marino.

Un equipo de campo formado por personal de ANSE y de la Universitat de Barcelona colocó siete dispositivos GPS en individuos adultos reproductores de gaviota de Audouin de San Pedro de Pinatar (Murcia).

Colocación de un dispositivo GPS (mediante un arnés) en una gaviota de Audouin (Ichtyaetus audouinii). Fotografía: Raquel Castillo Contreras.

Los resultados obtenidos hasta la fecha demuestran que esta especie también hace un uso extensivo de recursos terrestres de origen antrópico, incluyendo los disponibles en zonas urbanizadas y campos de cultivo. Sin embargo, nuestros resultados preliminares muestran que una parte de la población está especializada en alimentarse en hábitats marinos, a menudo aprovechando los descartes pesqueros. Aquí se pueden ver los últimos movimientos de las gaviotas de Audouin equipadas con GPS.

Finalmente, cabe resaltar la importancia de estos resultados, aunque aún preliminares, de cara a los objetivos de ambos proyectos. Entender mejor la ecología espacial de las aves marinas y sus interacciones con pesquerías y piscifactorías, añadiendo a la ecuación las delimitaciones de la actual RAMPE, nos permitirá, por un lado, entender el papel que tiene la actual RAMPE en la conservación de las aves marinas, y por el otro, mejorar la gestión de la RAMPE y de las actividades pesqueras y de producción acuícola para que las actividades humanas y la avifauna marina puedan coexistir.