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22-04-2020

Los murciélagos y el Covid-19

La estructura y la funcionalidad de los ecosistemas están cambiando todo a un ritmo sin precedentes debido a la actividad humana. Las alteraciones ambientales y la antropización de los sistemas naturales inciden en la pérdida de hábitats y de biodiversidad. Pero también inciden en la dinámica de las especies reservorio de patógenos e incrementan la probabilidad de que infecten a la especie humana. Este fenómeno es especialmente importante en el SE asiático lugar de donde se han originado las epidemias del SARS y Covid-19.

Los quirópteros (como otros animales salvajes) actúan como reservorios de enfermedades víricas emergentes en todo el mundo. Los estudios realizados hasta ahora muestran que el CoV-SARS-2 proviene de los murciélagos. Este hecho nos podría hacer pensar que estos mamíferos son muy peligrosos, pero la realidad es bien diferente. Los quirópteros realizan importantes funciones ecológicas, como por ejemplo la regulación de poblaciones de insectos. Así, por ejemplo, la colonia del murciélago de cueva que hiberna en el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt ingiere más de 100 Kg diarios de insectos. En este sentido, tienen un papel importante en el control de plagas agrícolas y forestales y también lo tienen en la reducción de especies vectores de enfermedades infecciosas. Las singulares adaptaciones al dominio aéreo, el desarrollo de un sofisticado sistema de sonar en la mayoría de especies, el tipo de recursos alimenticios, el elevado nivel trófico que ocupan en los ecosistemas, las peculiares características fisiológicas y el extraordinario sistema inmunitario hacen los murciélagos uno de los grupos de vertebrados con mayor valor ecológico.

Debemos ser conscientes de que es importante conservar los quirópteros y no dañar ni alterar sus hábitats ni estorbarse cuando nos los encontramos en un refugio. Si evitamos cualquier tipo de contacto evitaremos posibles afectaciones en las colonias y al mismo disminuiremos la probabilidad de transmisión de enfermedades.

Nota de Jordi Serra Cobo y Marc López-Roig membres de IRBio-UB  y la Federació Catalana d' Espeleologia