Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecer nuestros servicios y recoger datos estadísticos. Continuar navegando implica su aceptación. Más información

Aceptar
Volver
15-03-2024

Un estudio liderado por la UB alerta de los recursos petroleros que no deben explotarse para cumplir los compromisos del Acuerdo de París sobre el cambio climático


El trabajo presenta el atlas del petróleo no extraíble en el mundo, diseñado a partir de criterios medioambientales y sociales para reducir las emisiones de CO₂ a la atmósfera, luchar contra los efectos del cambio climático y cumplir este tratado internacional, firmado en 2015 en París en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP21.

Si se quiere limitar el aumento de la temperatura media global a 1,5 °C, es imprescindible reducir drásticamente las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera. Esto implicaría no explotar la mayor parte de los recursos energéticos de carbón, gas convencional y petróleo existentes en regiones de todo el planeta, según apunta una investigación liderada por la Universidad de Barcelona y publicada en la revista Nature Communications. El nuevo artículo presenta el atlas del petróleo no extraíble en el mundo, un mapa mundial diseñado con criterios medioambientales y sociales que alerta de qué recursos petroleros no deben explotarse en el mundo para cumplir los compromisos del Acuerdo de París firmado el 2015 para mitigar los efectos del cambio climático.

El artículo está dirigido por el profesor Martí Orta-Martínez, de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona, y tiene como coautores a Gorka Muñoa y Guillem Rius-Taberner (UB-IRBio), Lorenzo Pellegrini y Murat Arsel, de la Universidad Erasmus de Rotterdam (Países Bajos), y Carlos Mena, de la Universidad de San Francisco de Quito (Ecuador).

El atlas del petróleo no extraíble revela que para limitar el calentamiento global a 1,5 °C es indispensable evitar la explotación de los recursos petroleros de las áreas más sensibles socioambientalmente del planeta, como las áreas naturales protegidas, las áreas prioritarias para en la conservación de la biodiversidad, los puntos de elevada riqueza de especies endémicas, las zonas urbanas y los territorios de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario. Además, alerta de que la no extracción de los recursos petroleros en estas áreas más sensibles no sería suficiente para mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5 °C tal y como indica el Acuerdo de París.

Zonas de exclusión de la explotación petrolera en todo el planeta

El Acuerdo de París es un tratado internacional sobre el cambio climático que exige limitar el calentamiento global por debajo de los 2 °C respecto a los niveles preindustriales y realizar esfuerzos para limitarlo a 1,5 °C. Lo firmaron 196 países el 12 de diciembre de 2015 en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP21, en París, y está vigente desde el 4 de noviembre de 2016.

En este contexto, el atlas del petróleo no extraíble aporta una nueva hoja de ruta para complementar las exigencias de la política climática internacional —basada fundamentalmente en la demanda para los combustibles fósiles— y potenciar las garantías socioambientales en la explotación de los recursos energéticos.

«Nuestro trabajo revela cuáles son los recursos petroleros que deben mantenerse bajo tierra y sin explotación comercial, con especial atención a aquellos yacimientos que se superponen a zonas de alta riqueza de endemismos o bien coinciden con valores socioambientales destacados en diferentes regiones del planeta. Los resultados muestran que la explotación de los recursos y reservas seleccionados es totalmente incompatible con la consecución de los compromisos del Acuerdo de París», detalla el profesor Martí Orta-Martínez.

Actualmente, existe un amplio consenso entre la comunidad científica para limitar el calentamiento global a 1,5 °C si se quiere evitar que se llegue a los conocidos como puntos de inflexión del sistema climático terrestre, como el deshielo del permafrost, la pérdida de hielo marino ártico y la capa de hielo antártico y de Groenlandia, los incendios forestales de bosques boreales, etc. «Si se superan estos umbrales, podría provocarse una emisión brusca de carbono a la atmósfera (retroalimentación climática)», continúa Orta-Martínez. «Esto amplificaría los efectos del cambio climático y desencadenaría una cascada de efectos que comprometen al mundo con cambios irreversibles y a gran escala».

¿Qué pasaría si se quemasen todos los combustibles fósiles conocidos?

Para limitar el calentamiento global medio a 1,5 °C, la cantidad total de emisiones de CO₂ que no debe superarse se conoce como el presupuesto de carbono remanente. En enero de 2023, el presupuesto de carbono remanente para el 50 % de posibilidades de mantener el calentamiento a 1,5 °C era de unas 250 gigatoneladas de CO₂ (GtCO2). «Este presupuesto se reduce continuamente con las actuales tasas de emisiones de origen humano —unas 42 GtCO2 anuales— y se agotará completamente en el 2028», indica el investigador Lorenzo Pellegrini.

La combustión de los recursos mundiales de combustibles fósiles conocidos daría lugar a la emisión de cerca de 10.000 GtCO2, cuarenta veces más que el presupuesto de carbono de 1,5 °C. «Además, la combustión de las reservas desarrolladas de combustibles fósiles —es decir, de esas reservas de yacimientos de petróleo y gas y de minas de carbón actualmente en producción o construcción— emitirá 936 GtCO2, cuatro veces más que el presupuesto de carbono remanente para un calentamiento global de 1,5 °C.», apunta el experto Gorka Muñoa.

«El objetivo de no superar el calentamiento global de 1,5 °C requiere detener completamente la exploración para el descubrimiento de nuevos yacimientos de combustibles fósiles, detener la concesión de nuevas licencias de extracción de combustibles fósiles, y clausurar prematuramente una parte muy significativa (75 %) de los proyectos de extracción de petróleo, gas y carbón actualmente en producción o ya desarrollados», apuntan los autores.

Con la perspectiva de los resultados del trabajo, que ha recibido financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación y de los fondos Next Generation de la Unión Europea, los autores llaman a la acción urgente de los gobiernos, corporaciones, ciudadanos y grandes inversores —como los fondos de pensiones— para detener de forma inmediata cualquier inversión en la industria y las infraestructuras de los combustibles fósiles si no se aplican criterios socioambientales. «Es necesario invertir masivamente en fuentes de energía limpias para garantizar la demanda mundial de energía, promulgar y apoyar moratorias y prohibiciones de la exploración y extracción de combustibles fósiles, y adherirse al tratado de no proliferación de los combustibles fósiles», concluye el equipo.
​​​​​​​
​​​​​​​

Artículo de referencia:

Pellegrini, L.; Arsel, M.; Muñoa, G.; Rius-Taberner, G.; Mena, C.; Orta-Martínez, M. «The atlas of unburnable oil for supply-side climate policies». Nature Communications. Doi: 10.1038/s41467-024-46340-6.

Fuente:PrensaUB