Anna Escofet: «El problema no son las reformas educativas sino su lectura política»

«El objetivo más importante es intentar trabajar por una Facultad que reconozca a las personas y que valore la labor de nuestros compañeros»
«El objetivo más importante es intentar trabajar por una Facultad que reconozca a las personas y que valore la labor de nuestros compañeros»
Entrevistas
(28/06/2010)

Anna Escofet Roig (1966) se licenció en 1989 en la Facultad de Pedagogía de la UB, donde se doctoró en 1995. Es decana de la Facultad desde octubre de 2009 y pertenece al Departamento de Teoría e Historia de la Educación. Ha participado en distintos proyectos de investigación financiados por convocatorias públicas, en buena parte referidos al uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la docencia universitaria y también a las relaciones entre TIC y temas de género. Ha publicado artículos en revistas especializadas y ha participado como ponente en congresos de todo el mundo. Ha sido profesora consultora y tutora de la licenciatura de Psicopedagogía en la Universidad Abierta de Cataluña (1996-2002), profesora del máster de Diseño de Aplicaciones Multimedia de la Universidad Politécnica de Cataluña (1998-2001), coordinadora y profesora del máster Multimedia Educativo a distancia (1999-2006), y tutora y profesora del programa de doctorado Multimedia Educativo (1998-2008) de la Universidad de Barcelona. Desde 2009 imparte clases en el máster de Enseñanza y Aprendizaje en Entornos Digitales.

«El objetivo más importante es intentar trabajar por una Facultad que reconozca a las personas y que valore la labor de nuestros compañeros»
«El objetivo más importante es intentar trabajar por una Facultad que reconozca a las personas y que valore la labor de nuestros compañeros»
Entrevistas
28/06/2010

Anna Escofet Roig (1966) se licenció en 1989 en la Facultad de Pedagogía de la UB, donde se doctoró en 1995. Es decana de la Facultad desde octubre de 2009 y pertenece al Departamento de Teoría e Historia de la Educación. Ha participado en distintos proyectos de investigación financiados por convocatorias públicas, en buena parte referidos al uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la docencia universitaria y también a las relaciones entre TIC y temas de género. Ha publicado artículos en revistas especializadas y ha participado como ponente en congresos de todo el mundo. Ha sido profesora consultora y tutora de la licenciatura de Psicopedagogía en la Universidad Abierta de Cataluña (1996-2002), profesora del máster de Diseño de Aplicaciones Multimedia de la Universidad Politécnica de Cataluña (1998-2001), coordinadora y profesora del máster Multimedia Educativo a distancia (1999-2006), y tutora y profesora del programa de doctorado Multimedia Educativo (1998-2008) de la Universidad de Barcelona. Desde 2009 imparte clases en el máster de Enseñanza y Aprendizaje en Entornos Digitales.

Hace relativamente poco tiempo que la nombraron decana de la Facultad, ¿qué objetivos se ha fijado a corto y largo plazo?

Cuando nos presentamos a las elecciones como equipo decanal, quisimos hacer un diagnóstico de la realidad de nuestra Facultad y nos encontramos con un profesorado muy implicado, un excelente espíritu de trabajo, una gran voluntad de innovación educativa en las aulas y un alto espíritu de investigación. Por lo tanto, uno de los primeros objetivos era reconocer la potencialidad de nuestro colectivo y, en este sentido, continuar impulsando cualquier iniciativa que llevara a cabo. Para nuestro mandato, pues, el objetivo más importante es intentar trabajar por una Facultad que reconozca a las personas y que valore la labor de nuestros compañeros. Asimismo, nos proponemos seguir trabajando para impulsar la docencia de calidad a través del apoyo a los equipos docentes y las acciones de innovación docente. Habría también un tercer bloque, muy importante, que no sólo tiene que ver con la transferencia del conocimiento, sino también con la relación con la sociedad. Tal vez por el lugar físico donde estamos, y por otros motivos históricos también, nuestra Facultad vive un poco de espaldas a la sociedad. Por ello, nos planteamos acciones concretas de comunicación para explicar qué hacemos, qué podemos hacer y cómo podemos trabajar conjuntamente con otros agentes sociales.
La Facultad ofrece estudios de Pedagogía, Educación Social, Psicopedagogía y Trabajo Social. ¿El perfil del estudiante varía en función de la especialización que quiere hacer? ¿En qué sentido?
Es un perfil muy similar. Son chicos y chicas muy implicados socialmente, muy preocupados por lo que pasa. Muchos trabajan, y lo hacen en trabajos muy relacionadas con el ámbito social (monitores de comedor, monitores de tiempo libre) y con movimientos asociativos diversos. Quizá sí hay algunas diferencias, en concreto, con respecto al alumnado que se matricula en Educación Social y Trabajo Social, muy sensibilizado y motivado con respecto a sus futuras profesiones.
 
Las salidas profesionales de un licenciado en Pedagogía son numerosas y muy diversas, tanto en el ámbito educativo, como en el social o el empresarial. ¿Cuáles son las tareas que ha llevado a cabo tradicionalmente un pedagogo?
El pedagogo tradicionalmente se ha movido en el ámbito de la educación formal. Sus tareas y funciones se sitúan en el trabajo en equipos de asesoramiento y apoyo tanto a maestros como a profesores, desde una perspectiva didáctica y pedagógica.
Pero la realidad social, en constante cambio, implica, necesariamente, especializaciones emergentes en el ámbito de la Pedagogía.
Sí, efectivamente, entre todas las salidas profesionales que ofrecemos, la de pedagogo es claramente la más versátil. Hay pedagogos en los institutos y las escuelas, pero también en museos, empresas, en la Administración y en cualquier institución que deba hacer una lectura pedagógica de sus tareas. Asimismo, hay pedagogos trabajando en ámbitos relacionados con la tercera edad y en el mundo de la empresa, concretamente, en los departamentos de formación. Y, por último, hay también un nuevo sector que cada vez coge más fuerza: el relacionado con las TIC. En este sentido, actualmente, muchas editoriales están incorporando a pedagogos en sus departamentos de formación a través de tecnologías: secuencian determinados contenidos didácticamente y los preparan para su uso en la red.
Usted, concretamente, ha dedicado buena parte de su investigación a los usos didácticos de las TIC, ¿verdad?
Sí, desde hace tiempo trabajo en los usos educativos de las TIC. Me he centrado básicamente en la educación universitaria, así como en la perspectiva de género, en el sesgo de género de las tecnologías y en la brecha digital.
¿Qué aptitudes y cualidades cree que debe tener una persona para convertirse en un buen pedagogo?
Yo creo que lo más importante es que tenga una gran capacidad para relacionarse socialmente. Las nuestras son profesiones que piden una interrelación constante con las personas, algunas con necesidades especiales, tanto en sentido educativo como social. Por lo tanto, necesitamos gente abierta, con habilidades comunicativas y sociales, personas que tengan suficientes recursos para afrontar situaciones problemáticas.
Desde el Gobierno se proponen y se llevan a cabo continuamente, con mejores o peores resultados, reformas educativas. ¿Qué es lo que no acaba de funcionar?
Personalmente, me parece que el problema es que cuando desde el Gobierno se plantean reformas educativas, éstas se convierten en herramientas políticas. Cualquier partido político, cuando está en el poder, se plantea una reforma educativa para justificar o para enmarcar lo que espera, sus objetivos, sin ninguna voluntad de conciliación con los grupos de la oposición. Ahora bien, al mismo tiempo, para la oposición también es un instrumento político, de desgaste. No hay ninguna voluntad de pacto. Lo acabamos de ver en Madrid con el Pacto nacional por la educación que impulsaba el ministro Gabilondo: finalmente, el PP se ha retirado. El problema no son las reformas, sino su lectura política.
¿Cuáles son las diferencias principales entre la enseñanza de Psicopedagogía y la de Pedagogía?
Hasta ahora Pedagogía había sido una licenciatura y, en cambio, Psicopedagogía era un segundo ciclo. A partir del próximo curso, Psicopedagogía será un máster universitario adaptado al espacio europeo de educación superior (EEES) y, por tanto, también será una enseñanza mucho más especializada que se diferenciará en la formación y en las competencias profesionales desarrolladas. El psicopedagogo se centra más en los procesos de transición, de cambio de orientación de personas con diferentes necesidades educativas.
¿Trabajo Social es, quizá, la más vocacional de las titulaciones de la Facultad?
En realidad, yo creo que tanto Trabajo Social como Educación Social son muy vocacionales y reconocidas socialmente. De hecho, la Ley de Dependencia reconoce las dos figuras y su necesidad. Incluso se ha cuantificado el número de trabajadores de estos dos sectores que serán necesarios, y son dos profesiones con muchas posibilidades de crecimiento.
Forman ustedes a personas que trabajarán en educación no formal, formación de personas adultas o de la tercera edad, inserción social de personas vulnerables socialmente, entre otros. No siempre será agradecido este trabajo...
Son tareas duras, que exigen mucho a sus profesionales, pero nuestros estudiantes tienen los conocimientos y los recursos para enfrentarse a ello de la mejor manera y con la mejor disposición.
La oferta de másteres y posgrados es amplia y variada (8 másteres universitarios adaptados al EEES y 13 programas de máster y posgrado propios). ¿Una buena oferta de tercer ciclo es una de las apuestas de la Facultad?
Claramente sí. Hace dos años que ofrecemos los másteres universitarios y estamos en un proceso continuo y sostenido de análisis de la calidad. En cuanto a la oferta de títulos propios, lo que queremos es ligarlo a la transferencia de conocimiento hacia la sociedad. Queremos formar y dar respuesta a las necesidades de los diferentes agentes sociales y educativos que tenemos, y estamos trabajando para que la oferta sea diversificada y responda a las necesidades reales de la sociedad.
Un elemento distintivo de la Facultad es el prácticum. ¿En qué consiste y qué beneficios tiene para el alumnado?
El prácticum nos permite ir más allá de las aulas universitarias y poner al estudiante en situaciones reales, en contextos profesionales. En este sentido, pues, el prácticum permite al estudiante, en primer lugar, conocer el entorno profesional en que se podrá desarrollar posteriormente, y en segundo lugar, aplicar todas las competencias que ha ido adquiriendo durante la carrera. Además, el prácticum tiene otro aspecto interesante, y es que reúne a los profesionales de las empresas o las administraciones donde se hacen las prácticas con el profesorado de la Facultad, y se trabaja conjuntamente, teniendo en cuenta los conocimientos que requerirá el estudiante en el mundo profesional.