Emilio Lledó: «La Universidad de Barcelona es mi memoria»

Emilio Lledó.
Emilio Lledó.
Institucional
(14/09/2016)

El filósofo Emilo Lledó ha recibido hoy la Medalla de Oro de la Universidad de Barcelona. En su parlamento durante el acto de entrega, Lledó ha afirmado que «los seres humanos somos memoria y lenguaje», para a continuación añadir: «La Universidad de Barcelona es mi memoria».

El catedrático, que recuerda su paso por la Universidad de Barcelona como importante porque correspondió a un momento de su vida académica en el que «quería hacer algo con la universidad, con las ideas; intuía que la universidad había sido algo diferente», ha hecho una defensa vehemente de las enseñanzas de Filosofía. Asimismo, ha manifestado su preocupación por el hecho de que «de manera insensata, grotesca, se esté intentando eliminar la Filosofía de los estudios medios y universitarios; es un disparate». Contra esa tendencia, ha esgrimido que la Filosofía «ha sido siempre un saber práctico: es amor a mirar, tocar...», y ha afirmado: «Somos humanidades, las ciencias están dentro de las humanidades, también». A continuación, ha hablado de uno de los temas en los que profundiza más su obra: la filosofía y el lenguaje. «Somos seres que hablamos, una comunidad que necesita la comunicación», ha explicado, y ha afirmado que «la revisión de los conceptos es hoy, en la sociedad de la inmediatez, más necesaria que nunca». En definitiva, ha querido «clavar la bandera de la Filosofía».

En este punto del auto, el decano de la Facultad de Filosofía, Josep Monserrat, ha intervenido para decir que hoy la Universidad de Barcelona tiene más de 180 alumnos matriculados en primer curso del grado de Filosofía. «La lucha de la Filosofía tendrá nuevos soldados», ha afirmado. Estos nuevos estudiantes, según el decano, «llegan por la filosofía en sí misma y por la memoria viva de Lledó en la Universidad de Barcelona».

El profesor emérito José Manuel Bermudo, que ha hecho la glosa de Emilio Lledó, ha calificado su labor como «exquisitamente revolucionaria y transformadora». Ha recordado cómo llegó a la UB cuando «estábamos en los semisótanos del franquismo», en unos tiempos malos para la Facultad de Filosofía y Letras y para la Filosofía. «Él fue uno de los que asumieron el reto de rescatar la Filosofía y su enseñanza; en once años consiguió dar densidad, consistencia y futuro a los estudios de Filosofía». «En todas las universidades por las que ha pasado ha dejado siempre una huella profunda en los alumnos y las instituciones», ha concluido. De Lledó, Bermudo ha recordado el «combate tenaz» que mantenía contra los apuntes, «porque dificultan pensar, en una batalla a fondo en la defensa de los libros». Bermudo ha acabado diciendo que esta era su última intervención como profesor de la UB: «Nada me complace más que sea en un acto para homenajear a quien hace medio siglo me abrió la puerta de la Universidad y de la Filosofía».

El rector Ramírez ha manifestado el honor que es para la UB otorgar a Emili Lledó esta medalla, el distintivo más alto que se le puede entregar, dado que «como catedrático de la Universidad de Barcelona, no puede ser nombrado honoris causa por esta institución». Como alumno de Lledó, el rector ha rememorado sus clases y ha recuperado para la ceremonia algunas de las frases de la obra de Lledó que subrayó de joven, al leerlas: «Lo que subrayas —ha dicho— te permite saber lo que realmente puede haberte influido».

Emilio Lledó (Sevilla, 1927) es licenciado en Filosofía por la Universidad de Madrid, donde obtuvo el premio extraordinario de licenciatura. Amplió estudios en la Universidad de Heidelberg y fue profesor en la de Madrid, donde consiguió el premio extraordinario de doctorado en Filosofía. En 1964, obtuvo la cátedra de Fundamentos e Historia de los Sistemas Filosóficos en la Universidad de La Laguna, y en 1967 se convirtió en catedrático de Historia de la Filosofía en la Universidad de Barcelona, donde fundó los cursos de Filosofía del Lenguaje y fue director del Departamento de Filosofía. En 1978, se trasladó a la Universidad Nacional de Educación a Distancia, de la que fue vicerrector.

Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2015, Emilio Lledó es miembro vitalicio del Instituto de Estudios Avanzados de Berlín y miembro de la Real Academia Española de la Lengua. Entre otros, ha recibido el Premio Alexander von Humboldt, el Premio Nacional de Literatura de ensayo, el Premio Internacional Menéndez Pelayo y la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio.

Entre su extensa obra destacan El concepto «poíesis» en la filosofía griega (1961), Filosofía y lenguaje (1970), La filosofía hoy (1975), Lenguaje e Historia (1978), El silencio de la escritura (1981), El surco del tiempo (1982), El epicureísmo (1984), La memoria del logos (1984), Aristóteles y la ética de la polis (1985), Memoria de la ética (1994), Días y libros (1995) y Elogio de la infelicidad (2005). También ha escrito más de cien trabajos de investigación, y durante los once años de catedrático en la Universidad de Barcelona, se presentaron bajo su dirección 36 tesis de doctorado y 106 tesis de licenciatura.

La última medalla de oro que otorgó la Universidad de Barcelona, el año pasado, distinguió a Nicholas J. Mackintosh, experto en psicología comparada. Con anterioridad, recibieron la distinción la catedrática de Geología Carmina Virgili (en 2011), así como el primatólogo y etólogo Jordi Sabater Pi y el escritor, periodista y crítico literario Baltasar Porcel (en 2009). El prestigioso médico y pacifista catalán Moisès Broggi, y la presidenta de la editorial Vicens Vives Roser Rahola, también fueron galardonados con la Medalla de Oro en 2008. La Medalla de Oro distingue a personas naturales o jurídicas que de alguna forma hayan destacado por los servicios prestados a la Universidad de Barcelona, o que hayan prestado servicios eminentes y extraordinarios a la sociedad en los ámbitos político, social, económico, cultural o científico.

 

Emilio Lledó.
Emilio Lledó.
Institucional
14/09/2016

El filósofo Emilo Lledó ha recibido hoy la Medalla de Oro de la Universidad de Barcelona. En su parlamento durante el acto de entrega, Lledó ha afirmado que «los seres humanos somos memoria y lenguaje», para a continuación añadir: «La Universidad de Barcelona es mi memoria».

El catedrático, que recuerda su paso por la Universidad de Barcelona como importante porque correspondió a un momento de su vida académica en el que «quería hacer algo con la universidad, con las ideas; intuía que la universidad había sido algo diferente», ha hecho una defensa vehemente de las enseñanzas de Filosofía. Asimismo, ha manifestado su preocupación por el hecho de que «de manera insensata, grotesca, se esté intentando eliminar la Filosofía de los estudios medios y universitarios; es un disparate». Contra esa tendencia, ha esgrimido que la Filosofía «ha sido siempre un saber práctico: es amor a mirar, tocar...», y ha afirmado: «Somos humanidades, las ciencias están dentro de las humanidades, también». A continuación, ha hablado de uno de los temas en los que profundiza más su obra: la filosofía y el lenguaje. «Somos seres que hablamos, una comunidad que necesita la comunicación», ha explicado, y ha afirmado que «la revisión de los conceptos es hoy, en la sociedad de la inmediatez, más necesaria que nunca». En definitiva, ha querido «clavar la bandera de la Filosofía».

En este punto del auto, el decano de la Facultad de Filosofía, Josep Monserrat, ha intervenido para decir que hoy la Universidad de Barcelona tiene más de 180 alumnos matriculados en primer curso del grado de Filosofía. «La lucha de la Filosofía tendrá nuevos soldados», ha afirmado. Estos nuevos estudiantes, según el decano, «llegan por la filosofía en sí misma y por la memoria viva de Lledó en la Universidad de Barcelona».

El profesor emérito José Manuel Bermudo, que ha hecho la glosa de Emilio Lledó, ha calificado su labor como «exquisitamente revolucionaria y transformadora». Ha recordado cómo llegó a la UB cuando «estábamos en los semisótanos del franquismo», en unos tiempos malos para la Facultad de Filosofía y Letras y para la Filosofía. «Él fue uno de los que asumieron el reto de rescatar la Filosofía y su enseñanza; en once años consiguió dar densidad, consistencia y futuro a los estudios de Filosofía». «En todas las universidades por las que ha pasado ha dejado siempre una huella profunda en los alumnos y las instituciones», ha concluido. De Lledó, Bermudo ha recordado el «combate tenaz» que mantenía contra los apuntes, «porque dificultan pensar, en una batalla a fondo en la defensa de los libros». Bermudo ha acabado diciendo que esta era su última intervención como profesor de la UB: «Nada me complace más que sea en un acto para homenajear a quien hace medio siglo me abrió la puerta de la Universidad y de la Filosofía».

El rector Ramírez ha manifestado el honor que es para la UB otorgar a Emili Lledó esta medalla, el distintivo más alto que se le puede entregar, dado que «como catedrático de la Universidad de Barcelona, no puede ser nombrado honoris causa por esta institución». Como alumno de Lledó, el rector ha rememorado sus clases y ha recuperado para la ceremonia algunas de las frases de la obra de Lledó que subrayó de joven, al leerlas: «Lo que subrayas —ha dicho— te permite saber lo que realmente puede haberte influido».

Emilio Lledó (Sevilla, 1927) es licenciado en Filosofía por la Universidad de Madrid, donde obtuvo el premio extraordinario de licenciatura. Amplió estudios en la Universidad de Heidelberg y fue profesor en la de Madrid, donde consiguió el premio extraordinario de doctorado en Filosofía. En 1964, obtuvo la cátedra de Fundamentos e Historia de los Sistemas Filosóficos en la Universidad de La Laguna, y en 1967 se convirtió en catedrático de Historia de la Filosofía en la Universidad de Barcelona, donde fundó los cursos de Filosofía del Lenguaje y fue director del Departamento de Filosofía. En 1978, se trasladó a la Universidad Nacional de Educación a Distancia, de la que fue vicerrector.

Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2015, Emilio Lledó es miembro vitalicio del Instituto de Estudios Avanzados de Berlín y miembro de la Real Academia Española de la Lengua. Entre otros, ha recibido el Premio Alexander von Humboldt, el Premio Nacional de Literatura de ensayo, el Premio Internacional Menéndez Pelayo y la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio.

Entre su extensa obra destacan El concepto «poíesis» en la filosofía griega (1961), Filosofía y lenguaje (1970), La filosofía hoy (1975), Lenguaje e Historia (1978), El silencio de la escritura (1981), El surco del tiempo (1982), El epicureísmo (1984), La memoria del logos (1984), Aristóteles y la ética de la polis (1985), Memoria de la ética (1994), Días y libros (1995) y Elogio de la infelicidad (2005). También ha escrito más de cien trabajos de investigación, y durante los once años de catedrático en la Universidad de Barcelona, se presentaron bajo su dirección 36 tesis de doctorado y 106 tesis de licenciatura.

La última medalla de oro que otorgó la Universidad de Barcelona, el año pasado, distinguió a Nicholas J. Mackintosh, experto en psicología comparada. Con anterioridad, recibieron la distinción la catedrática de Geología Carmina Virgili (en 2011), así como el primatólogo y etólogo Jordi Sabater Pi y el escritor, periodista y crítico literario Baltasar Porcel (en 2009). El prestigioso médico y pacifista catalán Moisès Broggi, y la presidenta de la editorial Vicens Vives Roser Rahola, también fueron galardonados con la Medalla de Oro en 2008. La Medalla de Oro distingue a personas naturales o jurídicas que de alguna forma hayan destacado por los servicios prestados a la Universidad de Barcelona, o que hayan prestado servicios eminentes y extraordinarios a la sociedad en los ámbitos político, social, económico, cultural o científico.