Trabajos D.E.A.
2005-2006

La polémica sobre la cuestión nacionalista catalana, en la correspondecia epistolar, entre Narcís Oller y Benito Pérez Galdós

Autor: ACOSTA GONZÁLEZ, Maria Lourdes

Universidad de Barcelona, 2005-2006

Mª Lourdes Acosta González utiliza como fuente básica la correspondencia entre el escritor catalán Narcís Oller y Benito Pérez Galdós durante los años 1884-1915 con el fin de analizar desde una perspectiva particular la cuestión nacionalista catalana y las relaciones entre las élites intelectuales peninsulares.

La idea de estudiar la correspondencia epistolar entre estos dos personajes surgió porque tenía constancia de la amistad literaria de los dos escritores, y sobre todo porque estaba interesada en tratar la cuestión nacionalista catalana a partir de la controversia que en torno a este tema entablan ambos novelistas.

Uno de los primeros autores que analizó las cartas entre Galdós y Oller fué WH Shoemaker (1970), y aunque ya en su momento consideró que el contenido de estas era meramente personal y literario, no por ello dejó de resaltar dos asuntos políticos que sacan la cabeza: Galdós lamenta que Oller escriba en catalán y Oller, por su parte, deplora la entrada de Galdós como diputado a las Cortes de 1886, ya que considera que el insigne escritor debería deber al arte y no a la política.

La discusión sobre la unidad de España y los nacionalismos emergentes aparece a partir de la crisis política y moral de España y de los sucesivos gobiernos que la dirigen. La intelectualidad castellana despierta de su letargo en 1898, fecha en que no sólo se pierde lo poco que quedaba del imperio colonial, sino que España ofrece su peor imagen en la comunidad internacional: España, más cerrada en sí misma que nunca, sucumbe.

Conscientes del declive de la Corte y formándose una idea propia de todo lo que representaba el Estado centralista, buena parte de la intelectualidad catalana dejó de mirar a Madrid para descubrir París, produciéndose una importante separación respecto a lo español para, acto seguido, retomar su propia conciencia como pueblo a partir de la recuperación de su identidad, con la lengua propia como signo más visible. Así que en el mundo cultural florecerá un movimiento literario-nacionalista conocido con el nombre de «La Renaixença», donde todos los autores que forman parte de esta defenderán su catalanidad escribiendo en catalán e identificando su catalanismo con sus deseos de progreso y modernidad por Cataluña. Sin embargo, aspiran en convertir Barcelona en una metrópolis internacional al nivel de las primeras capitales europeas, y en este sentido, París era el espejo donde todos se miraban.