En memoria de Josefa
INTRO
Desde muy pequeño he escuchado a mi abuela decirme "las fotos no se tiran" cada vez que preguntaba sobre el absurdo coleccionismo de fotos borrosas, fotos repetidas, irrelevantes, dañadas o incluso desagradables que ha alimentado mi familia a lo largo de las décadas. Al parecer, todo proviene de una extraña superstición en la que, si tiras una foto, "es como que la persona que sale se muere o algo, ¿no?", en las palabras de mi madre.
Hace tan solo unas semanas llegó a casa cargando una maleta que reconocía como la maleta de viaje de mi abuela. No le di mucha atención; mi madre había estado rescatando objetos de casa de mis abuelos desde que ambos murieron, dándoles una segunda vida en nuestro hogar. Supuse que la maleta, aun si vieja y desgastada, aún podría ser utilizada y por eso la había traído.
No fue hasta que la abrió que descubrió que esa maleta contenía todas las imágenes que mi abuela había preservado a lo largo de su vida. No fue tampoco hasta que empezamos a explorar sus contenidos que descubrí que la norma de conservar todas las fotos no se extendía a archivarlas correctamente.
En este trabajo me dispongo a reparar ese pequeño descuido con la ayuda de todos aquellos que conocieron a mi abuela en vida. Todo con la pequeña dificultad de que mi abuela, mi madre, mi tía, mis hermanas y yo al parecer somos idénticas.
REFERENTES
Denise Evans - Family Album (Towards an image of myself), 1986
Diana Velasco - Family Album, 2016-actualitat
Gustavo Germano - Ausencias, 2006-2017
FAKE. No es verdad, no es mentira. IVAM, 2016-2017
Joan Fontcuberta - El Beso de Judas. Fotografía y Verdad, 1997
Lucila Quieto - Arqueología de la Ausencia, 2008-2009
Mierle Laderman Ukeles - Manifesto For Maintenance Art, 1969
METODOLOGIA
Inicialmente, mi objetivo era reorganizar TODAS las fotos que pudiera recuperar y ponerlas en orden cronológico para, de esta manera, trazar una línea temporal que explicara con todo tipo de detalle la historia de mi familia. Me di cuenta rápidamente de que eso era imposible.

La reorganización de esta colección se hace a partir de la información que retenemos los familiares que aún seguimos vivos y capaces de recordar y recontar nuestra historia. La reorganización de esta colección se ha articulado a partir de las memorias voluntariamente difusas sacadas de las conversaciones casuales con mi madre sobre las fotografías ya editadas. Es por eso que algunas fotos demasiado antiguas ya no se pueden datar, pues no quedan testigos en vida que supieran quién es el sujeto y mucho menos en qué contexto se le fotografió. Algunas de las fotos más actuales sufren el mismo destino cuando se trata de escenas demasiado cotidianas a las que no se les puede asignar una fecha.
Es por eso que el proyecto ha sido reducido para contar solamente la historia de mi abuela. Para hacer eso, he empezado por separar del montón todas las fotos en las que ella aparece, llenando así múltiples álbumes con todo tipo de foto, desde bodas a carnets de conducir. Se separaron en dos álbumes, por un lado fotografias de mi abuela, por el otro fotografias que podian crear narrativas interesantes con estas primeras.

Una vez seleccionadas las imágenes las escaneo y hago las reparaciones necesarias en Photoshop para restaurarlas a su resplandor original y asegurarme de que el desgaste de la edad no nos roba información. Una vez editadas, las organizo y emparejo en archivos digitales en preparación para crear los fakes que serán insertados en el álbum final.
Estas versiones restauradas son enviadas a todos los familiares que he podido contactar para, a través de esta red de contactos empezar a formar conexiones, entre imágenes, entre sucesos y personas.
Las fotos se imprimen y se organizan dentro de un álbum en el que explico con todo tipo de detalles esta falsa narrativa que he creado mezclando indiscriminadamente mentira y realidad. En el reverso de las imágenes se ocultan mensajes que pueden dirigir al espectador a revelar las farsas ocultas entre las páginas.


