Un estudio de la Red de Referencia en Economía y Políticas Públicas alerta de que la crisis acelera la insostenibilidad del estado de bienestar español

El estudio se presentó en la Facultad de Economía y Empresa.
El estudio se presentó en la Facultad de Economía y Empresa.
(04/06/2013)

El estado de bienestar español y, especialmente, el sistema de pensiones entrarán en una peligrosa fase de déficits crecientes y continuados antes de lo previsto, según un estudio de la Red de Referencia en Economía y Políticas Públicas (XREPP). Todas las previsiones alertaban de que el sistema estaría en riesgo a partir de 2020 (inicio de la jubilación para la generación del baby boom, la más numerosa de la historia); pero la crisis acelera su insostenibilidad, porque el gasto se mantiene —o crece, por el aumento del paro— mientras que los ingresos caen.

El estudio se presentó en la Facultad de Economía y Empresa.
El estudio se presentó en la Facultad de Economía y Empresa.
04/06/2013

El estado de bienestar español y, especialmente, el sistema de pensiones entrarán en una peligrosa fase de déficits crecientes y continuados antes de lo previsto, según un estudio de la Red de Referencia en Economía y Políticas Públicas (XREPP). Todas las previsiones alertaban de que el sistema estaría en riesgo a partir de 2020 (inicio de la jubilación para la generación del baby boom, la más numerosa de la historia); pero la crisis acelera su insostenibilidad, porque el gasto se mantiene —o crece, por el aumento del paro— mientras que los ingresos caen.

El trabajo de la XREPP analiza, por primera vez, no solo los movimientos de recursos públicos entre grupos de edad en España, sino también los movimientos privados. El análisis de estas transferencias demuestra que el consumo (principalmente en salud) de los ancianos españoles depende de recursos estatales en un 63%, una proporción imposible de mantener en el futuro por el incremento del número de jubilados. En cambio, el coste de los menores españoles (el otro grupo no productivo), lo asume mayoritariamente la familia (61%), gasto que dificulta el ahorro durante buena parte de la vida laboral de los progenitores. Todo ello define a España como uno de los países europeos con peores perspectivas: tuvo el baby boom más elevado del continente, tiene la esperanza de vida más alta y difícilmente podrá asumir los costes de la vejez con recursos privados (la crisis ha hecho caer el nivel de ahorro al 8,2%). Por lo tanto, si no hay cambios en el sistema, ni las transferencias públicas ni las privadas parecen suficientes para financiar el consumo de los jubilados a finales de esta década.

Los datos fueron presentados el 3 de junio por la profesora Concepció Patxot, del Departamento de Teoría Económica de la UB y coordinadora del proyecto National Transfer Accounts (NTA) en España. Patxot ha asegurado que «el sistema de pensiones se tiene que reformar ya; pero hay que hacerlo estudiando todo el estado de bienestar globalmente». También ha afirmado que España necesitará más inmigrantes y mejorar la tasa de fecundidad, y que debería socializar el coste de mantener a los menores, tal como hacen otros países con estados de bienestar más avanzados. El NTA es un proyecto de investigación internacional sobre los efectos económicos del envejecimiento de la población en el que participan expertos de más de cuarenta países. Esta semana la Facultad de Economía y Empresa de la UB acoge el congreso anual de este proyecto.

 

La evolución demográfica y la crisis ponen el sistema en riesgo antes de 2020

 

El estudio de la XREPP advierte que la crisis económica que sufre el Estado español empeora las previsiones sobre la sostenibilidad del estado de bienestar. Así, el análisis de los datos de 2008 demuestra que el déficit de ciclo vital en España (diferencia entre consumo público y privado y renta laboral) ya era de más del 17% de la renta laboral, y no del 9%, como se había previsto antes de la crisis.

Además, las previsiones derivadas del análisis demográfico son demoledoras: si en el año 2000 España tenía un jubilado potencial (más de 65 años) por cada cuatro trabajadores potenciales (población entre 16 y 64 años), en el año 2050 la proporción será de dos jubilados por cada tres trabajadores. A pesar de que la proporción de gente mayor crece desde mediados del siglo XX, a partir de 2020 experimentará un aumento drástico: entrará en edad de jubilación la generación del baby boom. La tasa de dependencia (relación entre población económicamente dependiente y población en edad de trabajar) pasará del 25% actual (nivel en que se ha mantenido entre 1999 y 2012) al 28 % en el año 2020, y al 65% en el año 2050.

Con las cifras generales de consumo y rentas laborales y las previsiones demográficas en la mano, se puede afirmar que en 2008, antes de la crisis, el estado de bienestar español ya era insostenible. Con la crisis, las previsiones empeoran y el margen para la actuación política es cada vez más reducido. De hecho, habría sido recomendable actuar antes de 2013, final del ciclo de bonanza demográfica.

La investigación de la XREPP también concluye que el final del siglo XX y los primeros años del XXI fueron los más favorables de la historia en términos de dependencia económica y ya no se repetirán. El momento de máxima bonanza demográfica se produjo entre 1982 y 2013 —mientras el baby boom estaba en el mercado de trabajo—, y el año 2000 fue el mejor de la historia. Pero España no aprovechó el aumento de la ratio productores-consumidores (4-1 en el año 2000) para acumular capital físico (ahorrar) y humano (inversión en educación para mejorar la productividad) y afrontar el periodo del envejecimiento con más margen de maniobra. El déficit de ciclo vital era negativo, incluso en la etapa más favorable en términos demográficos.