Un proyecto del Instituto de Investigación en Cerebro, Cognición y Conducta, finalista en los Premios de Ciencia Ciudadana
La primera edición de los Premios Ciencia Ciudadana, convocados por el semanario El Temps con la colaboración de la Red Vives de Universidades y la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), llega a la recta final. Cuatro proyectos finalistas —uno de ellos, de la UB— se han seleccionado en la modalidad A del certamen, que premiará una idea de proyecto de ciencia ciudadana. De acuerdo con el espíritu intrínsecamente participativo de esta forma de investigación, el público decidirá el ganador de esta modalidad mediante votación en línea, abierta hasta el 24 de junio inclusive. En cuanto a la modalidad B, que premia el mejor proyecto en curso o finalizado, un jurado ha elegido ya el proyecto ganador, aunque el veredicto todavía es secreto.
La primera edición de los Premios Ciencia Ciudadana, convocados por el semanario El Temps con la colaboración de la Red Vives de Universidades y la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), llega a la recta final. Cuatro proyectos finalistas —uno de ellos, de la UB— se han seleccionado en la modalidad A del certamen, que premiará una idea de proyecto de ciencia ciudadana. De acuerdo con el espíritu intrínsecamente participativo de esta forma de investigación, el público decidirá el ganador de esta modalidad mediante votación en línea, abierta hasta el 24 de junio inclusive. En cuanto a la modalidad B, que premia el mejor proyecto en curso o finalizado, un jurado ha elegido ya el proyecto ganador, aunque el veredicto todavía es secreto.
Una de las cuatro finalistas de la modalidad A, que dotará con 5.000 euros una idea de proyecto que aún no esté desarrollada, es la propuesta Fertilidad con Conocimiento (FerCo), del grupo de investigadores del Instituto de Investigación en Cerebro, Cognición y Conducta (IR3C) de la UB. El proyecto pretende desarrollar una aplicación gratuita en catalán, castellano e inglés que permita formar a las mujeres en el registro de indicadores del ciclo menstrual basados en la evidencia científica, para que puedan conocer mejor el propio cuerpo, optimizar los intentos de fecundación en caso de querer quedarse embarazadas y minimizar las conductas de riesgo para evitar embarazos no deseados.
Los otros tres proyectos finalistas en esta modalidad son Voces Valencianas, que se propone profundizar en las características de la población residente en el País Valenciano y la de sus descendientes; BioStrike, que invita a ciudadanos y centros de educación a participar en la investigación de nuevos microorganismos productores de antibióticos mediante el aislamiento de cepas salvajes, y Huevos de Raya, cuyo objetivo es establecer las bases para que la ciudadanía pueda realizar un seguimiento de las poblaciones de rayas en los litorales de Cataluña, a partir de la recogida, la identificación y un sencillo análisis de las cápsulas de huevos de raya que llegan a las playas.
En la modalidad B, que corresponde a las iniciativas que ya están en funcionamiento, la dotación es de 2.500 euros, que se destinarán al proyecto en curso o, en el caso de que esté finalizado, al grupo de investigación que lo haya liderado. Cuatro proyectos liderados por la UB optan al premio en esta modalidad:
- La app RIU.net, que permite evaluar la calidad ecológica de un río de forma simple y divertida. Ha sido creada por el grupo de investigación Freshwater Ecology and Management (FEM) de la UB.
- NanoDivulga UB, resultado de la colaboración entre los Centros Científicos y Tecnológicos (CCiTUB) y la Unidad de Cultura Científica e Innovación (UCC+i) de la Universidad de Barcelona. El objetivo del proyecto es acercar la nanotecnología a la sociedad, haciendo especial hincapié en las implicaciones sociales de esta disciplina y en su introducción en la enseñanza. Así, todas las actividades que conforman el proyecto están encaminadas a despertar la conciencia sobre la presencia de la nanotecnología en nuestras vidas y sobre nuestro derecho a estar informados acerca de los beneficios y riesgos de esta nueva tecnología, llamada a ser la nueva revolución industrial del siglo XXI.
- Abejas urbanas, de OpenSystems, grupo de investigación liderado por el profesor de la Facultad de Física de la UB Josep Perelló. El proyecto tiene como objetivo aunar a científicos, tecnólogos, artistas y diferentes actores de la sociedad civil —por ejemplo apicultores, jardineros, arquitectos y responsables de las políticas de una ciudad— en trabajos colectivos, actividades creativas y de investigación que tengan a las abejas y las colmenas como protagonistas principales y la ciudad como escenario.
- Bee-Path, también del grupo de investigación OpenSystems, es una herramienta que permite estudiar la movilidad humana, registrada mediante una aplicación para dispositivos móviles. Esta se activa en contextos específicos, ofrece un análisis automático del tipo de movilidad realizada por el usuario y propone modelos matemáticos para explicar los fenómenos observados, con el fin de que en el futuro pueda predecirse la movilidad en contextos determinados.
El objetivo principal de los premios es potenciar y reconocer la calidad de los mejores proyectos de ciencia ciudadana del país, en tanto herramienta innovadora de progreso científico y de participación de personas que no son expertas en la materia. La iniciativa tiene el apoyo del Departamento de Enseñanza de la Generalitat de Cataluña, Investigación en Acción, la Oficina de Ciencia Ciudadana de Barcelona Lab, el Ayuntamiento de Villarreal y el Ayuntamiento de Alcoy.
La importancia de la ciencia ciudadana
La ciencia ciudadana es una nueva forma de hacer ciencia en la que la participación de la ciudadanía se convierte en eje fundamental de la investigación científica. Herramientas como los teléfonos móviles, las redes sociales, la geolocalización y el mapeo, entre otras, permiten la participación masiva y cómoda de muchas personas al mismo tiempo, que así pueden contribuir activamente a hacer ciencia, ya sea con su esfuerzo intelectual y sus conocimientos, o con herramientas y recursos propios. Los ciudadanos proporcionan datos o dispositivos experimentales, y la investigación termina siendo una experiencia para los propios participantes que, a su vez, tiene un impacto social o socioambiental y que incluso puede transformar nuestro entorno más inmediato.