El mundo necesita la ciencia y la ciencia necesita a las mujeres

Este mediodía ha tenido lugar la mesa redonda «Quiero ser científica: niñas y mujeres en la ciencia».
Este mediodía ha tenido lugar la mesa redonda «Quiero ser científica: niñas y mujeres en la ciencia».
Institucional
(11/02/2021)

Con el objetivo de reivindicar y promover la participación de las mujeres y las niñas en la ciencia, hoy la Universidad de Barcelona se ha sumado a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Uno de los actos programados ha tenido lugar este mediodía, en el Aula Magna del Edificio Histórico. Cuatro investigadoras han dialogado con cuatro niñas en una mesa redonda titulada «Quiero ser científica: niñas y mujeres en la ciencia». El acto quería poner de manifiesto que la contribución de las mujeres científicas queda a menudo invisibilizada y eso hace que muchas niñas y chicas no tengan referentes femeninos en ese ámbito.

Durante una hora y media, las cuatro niñas, Silvia Casellas, Gina Juhé, Lorna Navallas y Gianna Serrano, han dialogado con las investigadoras Meritxell Rovira, del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL); Anna Puig, de la Facultad de Matemáticas e Informática de la UB; Irene Ferri, de la Facultad de Física de la UB, y Núria Salan, del Departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales de la UPC.

 

Este mediodía ha tenido lugar la mesa redonda «Quiero ser científica: niñas y mujeres en la ciencia».
Este mediodía ha tenido lugar la mesa redonda «Quiero ser científica: niñas y mujeres en la ciencia».
Institucional
11/02/2021

Con el objetivo de reivindicar y promover la participación de las mujeres y las niñas en la ciencia, hoy la Universidad de Barcelona se ha sumado a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Uno de los actos programados ha tenido lugar este mediodía, en el Aula Magna del Edificio Histórico. Cuatro investigadoras han dialogado con cuatro niñas en una mesa redonda titulada «Quiero ser científica: niñas y mujeres en la ciencia». El acto quería poner de manifiesto que la contribución de las mujeres científicas queda a menudo invisibilizada y eso hace que muchas niñas y chicas no tengan referentes femeninos en ese ámbito.

Durante una hora y media, las cuatro niñas, Silvia Casellas, Gina Juhé, Lorna Navallas y Gianna Serrano, han dialogado con las investigadoras Meritxell Rovira, del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL); Anna Puig, de la Facultad de Matemáticas e Informática de la UB; Irene Ferri, de la Facultad de Física de la UB, y Núria Salan, del Departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales de la UPC.

 

La vicerrectora de Igualdad y Género, Montserrat Puig, ha presentado el acto, que se podía seguir en directo por UBtv, y Carlos Ciudad, presidente de la Comisión de Igualdad de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación, ha conducido la sesión. Antes de dar la palabra a las investigadoras y a las niñas, Ciudad ha destacado que «es necesario que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres a la hora de hacer investigación y transferencia, y hay que poner las condiciones necesarias para visibilizar a mujeres que sean referentes en investigación y tecnología para las nuevas generaciones».

 

«Ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos de pie»

Las cuatro investigadoras han dispuesto de unos minutos para presentarse. La primera que lo ha hecho ha sido Irene Ferri, que ha comenzado la intervención agradeciendo la celebración de este acto «tan absolutamente necesario». Ha explicado que fue madre antes de terminar el grado y tuvo que hacer una pausa, y ha lamentado que cuando quiso retomar los estudios se encontró con muchas personas con prejuicios. Sin embargo, ha dicho, «es necesario que persigáis vuestro sueño, cueste lo que cueste». Ferri ha confesado que hay ciertos comentarios, de personas en una posición de poder, que pueden hacer mucho daño y que se han de combatir, y ha compartido una anécdota lamentable vivida en primera persona: «Un día, estando en el laboratorio con un compañero, el profesor nos pidió que nos pusiéramos guantes, y acto seguido dijo que me los pusiera yo primera, que seguro que estaba más acostumbrada que él a llevar guantes».

En su turno, Anna Puig ha explicado que, además de científica, ingeniera y tecnóloga, también es madre, es pareja, es hermana, y que también fue niña un día. «No me planteé que de mayor quería ser científica, pero hubo varios experimentos que me fueron llevando, poco a poco, por el camino de la investigación. Hice una extraescolar en la que me enseñaron a programar, y por eso me matriculé en la Facultad de Informática de la UPC». Ha destacado que fue la primera profesora titular mujer de la UB en el área de Informática y ha asegurado que compaginar la vida de madre con la de investigadora no ha sido fácil: «Mi viaje como científica, a pesar de haber sido apasionante, ha sido duro, porque la informática es un gremio muy masculinizado». Finalmente, ha animado a las niñas a tener la mente abierta: «Tantead, probad e id a talleres, para poderos apasionar, porque si os apasionáis, podréis cambiar el mundo».

Meritxell Rovira ha comenzado recordando una cita de la UNESCO: «El mundo necesita la ciencia y la ciencia necesita a las mujeres». Según ella, «la vida de las científicas sigue siendo un camino de obstáculos». Ha recordado que la desigualdad existe en todos los ámbitos, no solo en las carreras científicas, y ha puesto énfasis en el hecho de que la educación en casa y en la escuela influye absolutamente en la formación de los estereotipos de género, «que se construyen entre los cinco y los siete años». También ha recordado que la sociedad es patriarcal y ha lamentado que «las mujeres, a veces, no creemos en nuestras capacidades, nos falta determinación». Ha criticado duramente que, en ciencia, la mujer no pueda permitirse parar porque deja de ser competitiva. Por último, ha subrayado: «La igualdad la conseguiremos cuando hombres y mujeres, unos y otros, la queramos».

La investigadora Núria Salan, que se ha sumado a las reivindicaciones de sus compañeras, ha explicado que es una forjadora apasionada por los metales y que le gusta trabajar con todo tipo de materiales. Salan ha dedicado buena parte de su vida profesional a la divulgación y a reivindicar que se necesitan modelos y referentes femeninos en el ámbito de la investigación. En su presentación, ha hablado de algunas de estas mujeres que la historia ha invisibilizado: investigadoras, tecnólogas y científicas desconocidas que hay que hacer visibles. «¡No quiero que ninguna niña piense que será la segunda científica del mundo, como me creía yo! Hay muchas más, además de Marie Curie, aunque no salgan en los libros», ha enfatizado. Ha terminado su intervención con una cita de Emily Dickinson, que dice: «Ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos de pie».

A continuación, se ha dado la palabra a las niñas, que han preguntado sobre las consecuencias que tiene la maternidad en la carrera de una investigadora y el famoso efecto tijera. Las científicas se han mostrado optimistas: «Parece que las cosas están cambiando poco a poco», y han asegurado que «la maternidad es siempre un regalo y en ningún caso es el fin de tu investigación». Las chicas también han preguntado si en el resto del mundo esta desigualdad de género es tan pronunciada como en España, y la conclusión ha sido que, desgraciadamente, existe en todas partes porque la sociedad es patriarcal. Las niñas se han interesado por los referentes que las científicas habían tenido y han preguntado si creen que a las mujeres les cuesta más llegar a cargos de responsabilidad. Les han respondido que, efectivamente, es así, y que en según qué ámbito, aún más: «En el caso de la informática, necesitamos que en la base haya mujeres para que en los puestos de más arriba también haya mujeres», ha dicho Puig.

La clausura ha estado a cargo del rector, Joan Guàrdia, que se ha dirigido a las chicas: «Os necesitamos, es así de simple. La ciencia necesita cerebro femenino y joven, y en algunas áreas de forma urgente, rápida y precipitada, porque sin su talento es muy difícil. Este maravilloso oficio, sin mujeres, no funciona, porque la ciencia está al servicio de hacer un mundo justo y al servicio de la verdad».

 

Una efeméride que es necesario recordar

Según las Naciones Unidas, en los últimos años la comunidad internacional ha hecho un gran esfuerzo para inspirar y promover la participación de las mujeres y de las niñas en la ciencia. Sin embargo, las mujeres siguen encontrando obstáculos para trabajar en el ámbito científico. En este contexto, en el año 2016 la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió proclamar el 11 de febrero Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Con ello se busca continuar el camino hacia la igualdad de género mediante el empoderamiento de las mujeres y las niñas también en ese ámbito concreto. El objetivo final es garantizar el acceso de las mujeres a la ciencia y su participación plena y equitativa en ella, así como abrir el camino a las nuevas generaciones. Esta efeméride es una oportunidad para sensibilizar al público general. Permite llamar la atención de los medios de comunicación y los gobiernos sobre un problema que aún no está resuelto y respecto al que es necesario emprender medidas y acciones políticas específicas.