Buena música y mucha emoción en el concierto de Els Vespres de Carlota Flâneur
El ciclo de conciertos de la Universidad de Barcelona arrancaba ayer su decimosexta edición con la emoción de estrenar emplazamiento en la finca Agustí Pedro i Pons y con más ganas que nunca de ofrecer actuaciones en directo al aire libre. El público fiel a Els Vespres no faltó a la cita, como tampoco ni uno de los fans de Carlota Flâneur.
El ciclo de conciertos de la Universidad de Barcelona arrancaba ayer su decimosexta edición con la emoción de estrenar emplazamiento en la finca Agustí Pedro i Pons y con más ganas que nunca de ofrecer actuaciones en directo al aire libre. El público fiel a Els Vespres no faltó a la cita, como tampoco ni uno de los fans de Carlota Flâneur.
Las puertas del recinto se abrieron a las 18:30 y los primeros espectadores no se hicieron esperar en absoluto: toma de temperatura, directrices de medidas sanitarias y hacia la mesa que cada uno tenía asignada. El jardín de la finca, tan singular como desconocido para muchos de los asistentes, enamoraba a primera vista. Y para hacer más agradable la experiencia, banda sonora a cargo de la DJ FARDOE, del colectivo de Sin Sync DJs.
El espacio, testigo de reencuentros entre amigos que hacía tiempo que no coincidían y de conversaciones compartidas, se fue llenando de forma plácida y escalonada. A las 20:00, como un clavo, el vicerrector de Patrimonio y Actividades Culturales, Agustí Alcoberro, dio la bienvenida a los asistentes: «Queremos, a partir de ahora, incorporar este espacio a la vida cultural de Barcelona», dijo, al tiempo que agradecía a la organización que hubiera hecho posible el ciclo pese a las dificultades que supone la pandemia.
Carlota Flâneur, visiblemente emocionada y con el talante apasionado y dulce a partes iguales que la caracteriza, daba inicio a Els Vespres de este año con uno de los temas de Brains, su EP de debut, publicado por Hidden Track y producido por Ferran Palau, que, por cierto, no perdió la ocasión de asistir al recital.
En simbiosis con el espacio, la actuación fue mágica y cautivó al público con cada una de las delicadas canciones de su repertorio. No solo por la voz y la calidad musical de la banda, sino también por la forma de ser de Carlota, por su naturalidad y su emoción a flor de piel. La cantante explicó que tenía muchos amigos entre el público, y que estaba pletórica de felicidad: «¡Es que estoy muy contenta de estar aquí!», afirmó varias veces mientras iba regalando canciones.
Con una de las últimas canciones del concierto, hizo hincapié en la suerte de pertenecer a la misma generación de toda la gente que forma parte de su vida y, por tanto, de poder estar juntos. La misma suerte que hizo coincidir al público de ayer en este concierto de Els Vespres y que volvía a casa con la misma sonrisa emocionada que había lucido Carlota durante toda la velada.
Algunos de los asistentes de ayer ya tienen las entradas para el resto de conciertos, que serán el jueves 15 (Bikôkô), el martes 20 (Marialluïsa) y el jueves 22 (Kiwis). A quien no haya hecho reserva todavía, le queda poco tiempo, porque Els Vespres están a punto de colgar el cartel de completo.