La diferencia de ser mujer

Investigación y enseñanza de la historia

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Carta que escribió a su madre, Hipólita Rois de Liori, condesa de PalamósEstefania de Requesens.

Carta
Fuentes
Archivo de Palacio. Centro Borja, Sant Cugat del Vallés.
Regesto

Carta de Estefania de Requesens i Roís de Liori (1526, ? - Barcelona, 1546), a su madreHipòlita Roís de Liori, condesa de Palamós, en la cual relata varios asuntos personales, familiares y económicos propios de la relación entre madre e hija.

Estefania de Requesens i Roís de Liori, escribe a su madre, Hipòlita Roís de Liori i de Montcada, condesa de Palamós, en el período comprendido entre 1533 y 1540, un buen número de cartas, de las cuales se conservan 124.

Hipòlita y Estefania son dos mujeres de la nobleza, a caballo entre la edad media y el renacimiento. La primera, viuda desde muy joven, debe de ocuparse de la administración de las extensas propiedades familiares, lo que hace con libertad absoluta . Estefania que tuvo una vida más corta (sobrevivió en pocos años a su madre), vivió de otro modo. Fue la única heredera de su padre, Lluís de Requesens i Joan de Soler, y de su madre. Contrajo matrimonio con Juan de Zúñiga y Avellaneda, hijo del conde de Miranda, en el año 1526, cuando tenía entre 18 y 25 años. Su primer hijo, Lluís de Requesens i Zúñiga, mantuvo el linaje de su abuelo materno, al heredar el apellido a través de su madre; tuvo, igual que su padre, un papel activo en la corte castellana. A esta corte se trasladó Estefania en el año 1535 y desde allí escribe la mayor parte de cartas que envía a su madre.

Las cartas de Estefania a su madre son una fuente extraordinaria, unos relatos escritos desde lo que llamamos partir de sí que nos permiten, a través de su lectura, aprender sobre el acontecer de su vida, y de la de las personas que la rodean, de una forma tan directa y próxima que cautiva y te hace sentir que has entrado en un espacio de relación privado.

Si bien las cartas aportan información sobre hechos políticos, asuntos de la corte, y de otros aspectos de los que se ocupa ampliamente la historia de lo que es “público”, el interés del epistolario reside en lo que es “privado”, es decir, se dan elementos para seguir construyendo la historia desde otra perspectiva, entre ellos las relaciones personales, tales como práctica de la relación entre mujeres.

De entre las cartas que Estefania escribió a su madre, he escogido una, aunque me refiero también a otras en el desarrollo del tema.

Versión

Muy egregia señora,

A XII de éste recibí una letra de vuestra señoría que creo era del XXX del pasado, a pesar de que la fecha era XXII. Y al día siguiente pasaron por aquí don Guillem y doña Constança, con los cuales escribí a vuestra señoría brevemente, tanto para hospedarlos como por haber llegado aquel mismo día don Juan, mi señor, de Barcelona, donde ha estado durante XI días, que también los tengo en cuenta de las otras ausencias. Lo que en aquella falte enmendaré en ésta respondiendo largamente a la de vuestra señoría.

En cuanto a mi preñez, va mejorando, ya como mucho mejor que solía y no tengo el estómago removido, ni ningún otro problema, alabado sea Dios. Y así es como vuestra señoría dice, que los que ella ha querido tomar han sido mejor criados, que cuento con vengarme con azotes y que vuestra señoría los consentirá como hace con los de Lluïsico.

No creo que sean dos, pero aunque lo sean, no se desanime vuestra señoría, que yo me siento con fuerzas y espero de Dios que, por las bendiciones y oraciones de vuestra señoría, daré a luz como ella desea. Yo me guardo de hacer excesos y como buenas viandas y usaré las pasas, que bien sé que son muy buenas.

La esposa del maestro racional acertó en lo que dijo de la venida de la marquesa, como más largamente lo escribí en otra a vuestra señoría. Y sin duda, puede creer que he holgado en extremo de verla y besarle las manos aquí, sino que nos cogió por sorpresa, y así, por cumplir con lo que debíamos, tuvimos un poco de trabajo. Pero en fin, todo fue razonablemente bien. A ella le ha pesado mucho no encontrar a vuestra señoría aquí. Y todavía pensaba que no nos encontraría a nosotros después de haber estado tan solícita de venir por este camino sólo para vernos. Vienen tan bien acompañados y de tal manera que parece una corte. Y ella viene con tan riquísimos vestidos que no he visto a la emperatriz cosa que se le parezca. Se ha paseado por Barcelona con toda su gala y ha visitado iglesias, donde quedaron todos muy bien con ella. Fue visitada por las señoras que allí se encontraron. Desde aquí, escribió a vuestra señoría; al capellán de don Francisco de Rebolledo la envié.

Sin juramento creeré que gasta vuestra señoría tiempo pensando en mi persona y discurso, y así ha acertado en lo que hasta aquí hemos hecho. Y lo que pensemos hacer hasta la bienaventurada venida de vuestra señoría es estarnos aquí hasta Semana Santa y leer el Vita Christi en lugar de sermones; y entonces ir a Montserrat, donde tengo la esperanza de besar las manos a vuestra señoría y recibir su presencia después de mi llegada aquí, que estando en Monzón me parecía que la encontraría donde la dejé. Plazca a nuestro Señor encaminar los negocios de manera que presto y con mucha salud y alegría vuelva vuestra señoría a su casa.

No fue poca la consolación de encontrar a Lluïset, cuando llegamos, tan guapo y sanico, y así está ahora, alabado sea Dios, y tan bien criado, como he escrito a vuestra señoría, que no necesita de azotes ni mala cara, sino darle bendiciones y alabarle todo cuanto hace, que todo está bien hecho y aprende que es una maravilla. Y con todo, ha hecho pasar las bravuras a su padre, que aunque yo lo quisiera azotar, creo que no lo soportaría, especialmente después de que vuestra señoría lo mandó en su carta, cuanto más que en verdad no le ha hecho falta, como digo, pues nunca he visto tal cambio, tanto en la complexión como en la condición; que está crecido pero no mucho, pero está más gordito de lo que solía estar.

Su maestro persevera maravillosamente, y estos días tuve miedo de perderlo porque la abadesa de Valldonzella le quería ofrecer la vicaría de aquella casa, que es cosa de vida y muy buena, y él, el buen hombre, por haberlo dejado vuestra señoría aquí con tal cargo, no ha querido aceptar. Yo, como vi la letra que le enviaron, le dije que si era algo que lo satisfacía que no lo dejara, que aunque me pesaría mucho perderlo, me alegraría de su arreglo. Y con esto el fue a hablar con la abadesa para darle la razón y, según me ha dicho, ha determinado de no aceptarlo. Escríbale vuestra señoría agradeciéndole, que razón es que lo hagamos todos, puesto que él lo hace tan bien.

Me alegro de que haya hablado vuestra señoría a solas con sor Requesens y que tenga la esperanza de volverle a hablar de nuevo, y también que ella esté tan puesta en obedecer a vuestra señoría en todas las cosas que, haciéndolo así, no puede errar y no es duda sino que con esto la obliga a tenerla por propia hija y en esta cuenta la tendremos todos. Las monjas lo han hecho todo mal, pero como vuestra señoría tiene las manos en ello, tengo por cierto que se arreglará todo como dice, plazca a Dios que sea así y presto.

En cuanto a lo de sor Custodia, no le han podido dar el velo sin que se haga una declaración sumaria de que no está casada, y por eso es menester que la otra parte jure ante el juez que nunca ha tenido esta intención, como lo juró muchas veces al abad de Montserrat y a otras personas. Procuramos en Monzón que maese Martí Sunyer tomara el juramento y, después de haber prometido que lo haría, ha dicho que no quería jurarlo más de lo que lo había jurado. Y de esto tomó mosén Camós alguna esperanza de las que él quiere tener, aunque lo disimule, y ha llevado papeles que sin ese juramento pueden declarar. No se los podrá acabar, debemos trabajar en ello pero la madre trama tanto que también creo que lo estorbará como hasta aquí, especialmente que su marido no le calla nada.

A la monja no la he visto porque no estuve en Barcelona sino las tres fiestas de Navidad y con los huéspedes no era de mí misma. Desde aquí he escrito exhortándola continuamente; no sé lo que aprovechará. Tiene sesiones cada día. Hace VIII o X días que les he enviado las peras y granadas que pedía.

Como Su Majestad partió tan descontento de Monzón, no se realizó la consulta de Cataluña. Ahora, pues la XXIII ha hecho lo que debía, creo que se hará, y así el negocio del arcediano Margarit, como el de don Jeroni, resta muy encomendado, y su Majestad y el comendador mayor, muy informados de la bondad de las personas. Y ahora, con el correo que ha ido la conclusión de las Cortes, ha escrito don Juan, mi señor, recordando y suplicándolo de nuevo, el cual, gracias a Dios sigue su buena dicha de ser apreciado por todos, que todos los de Barcelona quedan contentísimos de ver cuánto bien ha negociado con la XXIII, y también creo que lo estará su Majestad. El consejero mayor fue a visitarlo, después de que hubieran cerrado, para pedirle consejo sobre algunas cosas que les sucedían.

A pesar de todos estos trabajos, se encuentra muy bien de sus accidentes, guárdelo Dios, y regala a la preñada como bien tiene por costumbre.

La señoratía está en Barcelona y se encuentra muy bien.

La carta para doña Juana de Beamont no la he visto, que como llegó el pliego a Barcelona antes que aquí, allí mismo se la dieron.

Aquí nos damos prisa por acabar de plantar la viña y tenemos muy buena sazón. Ha llovido mucho estos días pasados y el río ha venido muy crecido, pero alabado sea Dios, no ha hecho más que bien en la esclusa. El molino de aquí tiene muy poco que moler con tanta abundancia de agua. El de Martorell no ha molido casi nada desde que estamos aquí porque ha sufrido el riego dos hundimientos y el de las últimas aguas es muy grande, y el río ha roto un trozo de riego, que costará mucho de remediar; ya se ocupan con diligencia.

Yo querría empezar a producir seda este año, ya que pienso estar aquí hasta San Juan. Suplico a vuestra señoría me mande enviar con el primero dos onzas de simiente que sea buena, y veremos como me las arreglaré la primera vez.

También suplico a vuestra señoría que me mande enviar injertos de limones de salatín y los pichones para casta que en otra le he escrito. Y, si aquí hay algunas plantas de árboles que aquí no tengamos, también.

El alcalde de Abrera me ha rogado que recordara a vuestra señoría su negocio de la rectoría de Abrera y que, si le parece que él tenga que venir aquí para negociarlo, que lo mande avisar, que al momento partirá.

Lluïset creo que escribirá a vuestra señoría, por ello no pone aquí su besamanos; el mío mandará dar a sor Requesens.

Y acabo suplicando a nuestro Señor que a la muy egregia persona de vuestra señoría guarde y su estado prospere, como yo deseo y tengo menester.

De Molins de Rei, a XV de enero.

De vuestra señoría mayor servidora y más obediente hija que las manos le besa.

Transcripción

Molt egrègia senyora,

A XII d’aquest rebí una lletra de vostra senyoria que crec era del XXX del passat, encara que la data era XXII. I l’endemà passarem per ací don Guillem i dona Constança, ab los quals escriguí a vostra senyoria breu, així per hospedar a ells com per ser aquell mateix dia arribat don Juan, mon senyor, de Barcelona, a on ha estat XI dies, que també’ls pose en compte de les altres absències. Lo que en aquella falti esmenaré en aquesta responent llarg a la de vostra senyoria.

Quant al meu prenyat, ell se va adobant, que ja menge molt millor que solia i no tinc sollevament de ventrell, ni altre ningun accident, llaors a Déu. I així és com vostra senyoria diu, que los que ella s’ha volgut pendre són estats més ben criats, que fas compte que’m venjaré ab assots i que vostra senyoria’ls consentirarà com fa los de Lluïsico.

No crec que sien dos, però encara que’n sien, no desmaie vostra senyoria, que jo’m sent bon esforç i espere en Déu que, per les benediccions i oracions de vostra senyoria, me deslliurarà com ella desija. Jo’m guarde de fer excessos i menge bones viandes i usaré les panses, que bé sé que són molt bones.

La muller del mestre racional acertà en lo que dix de la venguda de la marquesa, com més llargament ho tinc escrit ab altra a vostra senyoria. I sens dubte, pot creure que he folgat en extrem de veure-la i besar-li les mans ací, sinó que ens pres descuidadament, i així, per complir ab lo que devíem, tinguérem un poc de treball. Però en fi, tot anà raonablement. A ella li ha pesat molt no trobar a vostra senyoria ací. I encara pensava no trobaria a nosaltres aprés d´haver treballat a tota sa requesta de venir per aquest camí sols per veure’ns. Venen tan ben acompanyats i ab tan gran estat que par un cort. I ella ve ab tan riquíssims vestits que no he vist a l’emperatriç cosa que s’hi acoste. És-se passejada per Barcelona ab tota sa gala i visitat esgrésies, per on resten tots molt bé amb ella. Fou visitada de les senyores que allí’s trobaren. Des d’ací, escrigué a vostra senyoria; ab lo capellà de don Francisco de Rebolledo la envií.

Sens jurament creuré que despèn vostra senyoria temps en pensar en nostre ésser i discurs, i així ha acertat en lo que fins ací havem fet. I lo que pensam fer fins a la benaventurada venguda de vostra senyoria és estar-nos ací fins a la Setmana Santa i llegir lo Vita Christi en lloc de sermons; i per a llavors anar a Montserrat, a on tinc esperança de besar les mans a vostra senyoria i cobrar sa presència aprés que só arribada ací, que sent en Montsó me paria que l’havia de trobar a on la deixí. Plàcia a nostre Senyor encaminar los negocis de manera que prest i ab molta salut i alegria torne vostra senyoria en sa casa.

No fou poca la consolació de trobat a Lluïset, com arribàrem, tan bonico i sanet, i així està ara, llaors a Déu, i tan ben criat, com tinc escrita a vostra senyoria, que no ha menester assots ni mala cara, sinó dar-li benediccions i lloar-li tot quant fa, que tot és ben fet i aprèn que és meravella. I ab tot acò, ha fet passar les bravures a son pare, que encara que jo’l volgués assotar, crec que no ho sofriria, especialment aprés que vostra senyoria ho manà en sa lletra, quant més que en veritat no n’ha menester, com dic, que mai he vist tal mudança, així en la complexió com en la condició; par-me que és crescut però no molt, però està més grosset que solia.

Son mestre persevera meravellosament, i estos dies haguí por de perdre’l perquè l’abadessa de Valldonzella li volia dar la vicaria d’aquella casa, que és cosa de vida i molt bona, i ell, lo bon home, per haver-lo deixat vostra senyoria ací ab tal càrrec, no ho ha volgut acceptar. Jo, com viu la lletra que li feien, li diguí que si era cosa que li satisfés que ho ho deixàs, que encara que’m pesaria molt perdre’l que folgaria de tota sa endreça. I ab açò ell anà a parlar ab l’abadessa per a dar-li raó i, segons m’ha dit, ha determinat de no acceptar-ho. Escriva-li vostra senyoria agraint-lo-hi, que raó és que ho façam tots, puix ell ho fan tan bé.

Molt folgue haja parlat vostra senyoria a soles ab sor Requesens i que tinga esperança de parlar-li altra volta, i també que ella estiga tan posada en obeir a vostra senyoria en totes coses que, fent-ho així, no pot errar i no és dubte sinó que ab això l’obliga a tenir-la per pròpia filla i en aquest compte la tendrem tots. Les monges ho han fet tot mal, però puix vostra senyoria hi té les mans, tinc per cert que s’adobarà tot com diu, plàcia a Déu que sia així i prest.

Quant al de sor Custòdia, no s’ha pogut acabar que li donassen lo vel sens que no’s faça una sumària declaració que no és matrimoni, i per ad açò és menester que l’altre part jure davant jutge que mai és estada tal sa intenció, com ho ha jurat moltes voltes a l’abat de Montserrat i a altres persones. Procuràrem en Montsó que misser Martí Sunyer prengués lo jurament i, aprés d’haver promès que’l faria, ha dit que no volia jurar-ho més del que ho havia jurat. I d’açò pres mossèn Camós alguna esperança de les que ell vol tenir, encara que ho dessimula, i ha portat papers que sens aquell jurament hi poden declarar. No se’ls porà acabar, treballar-hi hem, però la mare trama tant que també crec que ho embarassarà com fins ací, especialment que son marit no li calla res.

A la monja no l’he vista perquè no estiguí en Barcelona sinó les tres festes de Nadal i ab los hostes no era de mi mateixa. Des d’ací li he escrit exhortant-la totstemps; no se lo que aprofitarà. Té sessions cada dia. Ha VIII o X dies he-li enviat les peres i magranes que demanava.

Com Sa Majestat partí tan descontent de Montsó, no’s féu la consulta de Catalunya. Ara puix la XXIIII ha fet lo que devia, crec se farà, i així lo negoci de l’ardiaca Margarit, com lo de don Jeroni, resta molt comanat, i sa Majestat i’l comanador major, molt informats de la bondat de les persones. I ara, ab lo correu que és anada la conclusió de les Corts, ha escrit don Juan, mon senyor, recordant i suplicant-ho de nou, lo qual, gràcies a Déu segueix sa bona ditxa de ser benvolgut de tothom, que tots los de Barcelona resten contentíssims de veure quant bé ha negociat ab la XXIIII, i també crec que ho estarà sa Majestat. Lo conseller en cap l’anà a vesitar, aprés que hagueren clos, per a pendre son consell sobre algunes coses que’ls ocorrien.

Ab tots estos treballs, està molt bo de sos accidents, guard-lo Déu, i regala a la prenyada com bé té acostumat.

La senyoria tia és en Barcelona i està molt bona.

La lletra per a dona Juana de Beamont no he vista, que com arribà lo plec a Barcelona primer que ací, des d’allà la hi donaren.

Ací’ns donam pressa en acabar de plantar la vinya i tenim molt bona saó. Ha plogut estos dies passats molt i lo riu és vengut molt gran, però llaors a Déu, no ha fet sinó molt bé en la reclosa. Lo molí d’ací té molt poc que moldre com hi ha tanta abundància d’aigua. Lo de Martorell no ha mòlt escassament res des que som ací perquè ha fet lo rec de dos sosiades i la de les darreres aigües molt gran, i lo riu ha trencast un tros de rec, que costarà molt a remediar; ja s’hi entén ab diligència.

Jo voldria començar a fer seda enguany, puix pense estar ací fins a Sant Joan. Suplic a vostra senyoria me mane enviar ab lo primer dos unces de llavor que sia bona, i vejam com me sabré deseixir la primera volta.

També suplique a vostra senyoria me mane enviar los empelts de llimons de satalí i los colomins per a la casta que ab altra li he escrit. I, si aquí hi ha algunes plantes d’arbres que ací no tingam, també.

Lo batle d’Abrera m’ha pregada que recordàs a vostra senyoria que son negoci de la rectoria d’Abrera i que, si li par que ell dega anar aquí per negociar-ho, que’l ne mane avisar, que en la mateixa hora, partirà.

Lluïset crec que escriurà a vostra senyoria, per ço no pose ací son besamans; lo meu manarà dar a sor Requesens.

I acabe suplicant a nostre Senyor la molt egrègia persona de vostra senyoria guarde i estat prospere, com jo desige i he menester.

De Molín de Rei, a XV de giner.

De vostra senyoria major servidora i més obedient filla que les mans li besa.

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