1.2.4. Perspectiva transaccionalista

La perspectiva transaccional define la Psicología como "el estudio de las relaciones cambiantes entre los aspectos psicológicos y ambientales de las unidades holísticas" (Altman y Rogoff, 1987; p. 24). Así pues, la unidad de análisis la constituyen "las entidades holísticas tales como eventos que implican personas, procesos psicológicos y ambientes". La diferencia fundamental con la perspectiva organísmica es que en este caso el todo no se compone de elementos separados, sino que se trata de una "confluencia" de factores inseparables que dependen unos de otros para su definición y significado. Se enfatiza además la importancia del tiempo y el cambio para comprender un fenómeno, por lo que estas variables deben convertirse en elementos indispensables de cualquier análisis psicoambiental. Por otra parte, en cuanto al modelo de filosofía de la ciencia, el transaccionalismo adopta una orientación pragmática, ecléctica y relativista para el estudio de los fenómenos psicológicos. En vez de buscar leyes generales, se acepta la posibilidad de que diferentes configuraciones de principios puedan ser necesarios para comprender diferentes eventos. Se subraya el valor de los estudios de caso único. Los fenómenos no son necesariamente predecibles y repetibles. La idiosincrasia de cada evento permite analizarlo desde diferentes perspectivas y apreciar la variedad de factores que contribuyen a un mismo fenómeno. Por último, otra importante característica de este enfoque es el papel que adopta el investigador. Desde esta perspectiva, el observador forma parte del propio fenómeno que observa, es inseparable de él, y su papel, perspectiva y localización deben entenderse como un aspecto de dicho fenómeno.

En resumen, esta aproximación parte de cinco premisas básicas:

  1.   La unidad de análisis es la PERSONA "EN" EL ENTORNO.
  2.   Tanto persona como entorno se DEFINEN dinámicamente y se TRANSFORMAN MUTUAMENTE a lo largo del TIEMPO, como dos aspectos de una unidad global
  3.   La estabilidad y el cambio coexisten continuamente.
  4.   La dirección del cambio es EMERGENTE, no establecida a priori.
  5.  En consecuencia, es importante buscar tanto las fuentes del cambio como la forma en que el cambio a un determinado nivel afecta a los otros niveles, creando nuevas CONFIGURACIONES DE PERSONA-ENTORNO.

Sin embargo, esta perspectiva plantea dificultades epistemológicas y metodológicas importantes. Las principales dificultades a las que se alude son:

a) la incorporación de las VARIABLES TIEMPO Y CAMBIO como intrínsecas a los fenómenos a estudiar; 

b) la IMPLICACIÓN del propio investigador en la situación a investigar; 

c) la dificultad o imposibilidad de utilizar las ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS tradicionales; y 

d) cuestiones relacionadas con la REPRESENTATIVIDAD de situaciones o poblaciones estudiadas, fiabilidad y validez de las medidas y generalización de los resultados obtenidos.

 

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