Sensores corporales que controlan nuestras constantes vitales. Otros sensores, simultáneamente, vigilan nuestro entorno para detectar posibles situaciones de riesgo. Los datos que capturan unos y otros se transmiten a un centro de monitorización que las supervisa e interviene si detecta cualquier anomalía. Todos los componentes forman una red que procura, en definitiva, hacer que nuestra vida sea más fácil, más cómoda y más segura. Y, de paso, que el sistema de salud pública sea algo más sostenible.
Un consorcio de entidades europeas está desarrollando el WSN4QoL (del inglés wireless sensor networks for quality of life), un proyecto de redes de sensores inalámbricos para uso sanitario que pretende mejorar la calidad de vida de las personas. El sistema permite que ciertos pacientes mantengan su autonomía, ya que pueden seguir haciendo sus actividades cotidianas mientras están debidamente controlados. La interacción entre los sensores y el centro sanitario hace posible el seguimiento del estado del enfermo en su domicilio, la detección temprana de situaciones críticas y la gestión remota de algunos tratamientos médicos.
Una solución para gestionar la cronicidad y la dependencia
Con esta tecnología se conseguirá también aliviar la presión que ejerce el envejecimiento progresivo de la población sobre el sistema de salud pública. Debido al aumento de la esperanza de vida, cada vez hay más personas que padecen enfermedades crónicas y dependencias que requieren tratamientos de larga duración y monitoreo constante. El uso de estos sensores en red permitirá recibir asistencia sanitaria en casa y evitará hospitalizaciones innecesarias.
El método consiste en unos sensores adheridos (o insertados) en el cuerpo del paciente que registran su actividad. Asimismo, unos sensores instalados adecuadamente en el entorno donde habita registran sus movimientos. Toda la información que capturan es enviada a un coordinador que puede recibirla, por ejemplo, en su teléfono móvil. El coordinador se encarga de analizar los datos y, si corresponde, alertar al centro sanitario. En el mercado ya existen sistemas similares -al menos, conceptualmente-, pero el WSN4QoL nace con la voluntad de superar las limitaciones de los productos y servicios actuales, y mejorar aspectos como la eficiencia energética, la baja latencia, la fiabilidad de los datos o la sensibilidad al contexto.
Con los protocolos y algoritmos desarrollados se espera mejorar la experiencia de los usuarios y el rendimiento económico de los productos
En concreto, se trabaja con algoritmos nuevos, más eficientes y menos complejos, para conseguir prolongar la duración de las baterías de los sensores y otros dispositivos implicados para que ganen autonomía de funcionamiento. También se estudia cómo se puede mejorar la seguridad en el envío de datos para garantizar la confidencialidad de la información médica que se transmite. Por último, se buscan técnicas de localización que permitan al paciente moverse con la máxima libertad mientras lleva encima los aparatos con sensor. Con los protocolos y algoritmos desarrollados, en definitiva, se espera mejorar considerablemente el rendimiento económico de los productos, así como la experiencia de los usuarios.
El WSN4QoL es un proyecto de cuatro años, financiado por la Unión Europea y fruto de la cooperación académica y empresarial. Lo coordinan profesores e investigadores del Departamento de Teoría de la Señal y Comunicaciones de la Universidad Politécnica de Cataluña. También participan Vidavo, una PYME griega de servicios de consultoría y de asistencia técnica en aplicaciones telemáticas de salud, y OESTE, una empresa derivada de la universidad italiana de L’Aquila, especializada en sistemas integrados en red inalámbrica. El consorcio quiere contribuir a optimizar la calidad de los servicios sanitarios mediante el desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas dirigidas a la salud y que representen la integración efectiva de la informática en el sector.