La Belle inutile [1]
Bailey, Charles W. Jr. (2012). Digital curation resource guide. Houston: Digital Scholarship. Disponible en: http://digital-scholarship.org/dcrg/dcrg.htm [5] [Consulta: 23/01/2013]
Abordar una reseña de una obra que contiene doscientos enlaces sobre digital curation, bajo una clasificación primaria y un frío orden alfabético, también recuerda hazañas históricas. Máxime cuando la misma plataforma de conocimiento, llamada Digital Scholarship [7], también presenta otros recursos de vastas dimensiones: Digital curation bibliography: preservation and stewardship of Scholarly works; Institutional repository and ETD bibliography 2011; Scholarly Electronic Publishing Bibliography 2010; y Research Data Curation Bibliography.
Creada en 2005 por Charles W. Bailey Jr., Digital Scholarship proporciona "información y comentarios sobre copyright digital, gestión digital, repositorios digitales, acceso abierto, comunicación científica, y otras fuentes de información digital". Ambiciosa tarea la que lleva a cabo el editor Bailey, que como anuncia su prolífico perfil tiene más de 30 años de experiencia, incluyendo 24 en gestión de bibliotecas universitarias, aparte de numerosos galardones y responsabilidades en publicaciones científicas.
La última versión de la Digital curation resource guide [5], fechada el 12 de agosto de 2012, es una lista de 212 recursos en Internet en lengua inglesa, con especial fijación en aspectos de preservación digital. Agrupa sus contenidos en trece bloques temáticos, precedidos por una brevísima introducción y culminados con dos apéndices prescindibles. En traducción libre, los bloques son "programas académicos", "listas de discusión", "formados y guías", "glosarios", "metadatos", "modelos", "instituciones", "políticas", "gestión de datos para la búsqueda", "blogs","servicios comerciales", "herramientas y software", y "formación permanente".
El lector especializado ya habrá intuido los pros y contras de una bibliografía corriente especializada como la que se presenta. La selección de Bailey tiene apariencia de herramienta magnífica, que puede servir para iniciar a los neófitos en un mundo desconocido, y que debe costar al autor unos esfuerzos admirables de tiempo y energías. Un instrumento que debería servir para reducir la infoxicación en una materia –gestión de contenidos digitales– que genera datos y papers muy por encima de las previsiones de las leyes de Price.
Los enlaces son numerosos y mayoritariamente actualizados, y siempre que se puede remiten al recurso que es de interés de manera directa (si se trata de un máster en preservación digital, a la web del máster, no a la universidad que lo imparte). El criterio de inclusión es selectivo, pero no se especifica una política al respecto. Por tanto, entendemos que el autor analiza en solitario lo que se va publicando sobre el tema, y lo añade a la bibliografía si cree que tiene interés para el sector. En consecuencia, a pesar de no olvidar ninguno de los recursos esenciales, la selección acaba siendo parcial (en el apartado de software se incluye el enlace a DSpace y Fedora, pero no a ePrint o Omeka, por ejemplo); básicamente desde un punto de vista estadounidense (de los 12 programas académicos seleccionados, 10 son de EE.UU. –los otros 2 británicos–) y presenta algún recurso superado (el célebre modelo OAIS está efectivamente descrito en la ISO 14721 de 2003, pero ha sido revisado en la misma norma de agosto de 2012 –quizás días más tarde a la publicación de la guía). Lamentablemente, se han detectado dos enlaces rotos (Syracuse University; eDepot).
Contrariamente a lo que cabría esperar de una herramienta bibliográfica ambiciosa, no aporta ningún valor añadido a la selección de los recursos: un resumen, un comentario, una valoración cualitativa, un impacto, una reseña, la fecha de consulta del recurso, su citación completa. Algo que ayude a valorar si el recurso enlazado se ajusta a las necesidades del usuario. Como en el caso de la fortaleza figuerense de Sant Ferran, la guía de recursos sobre gestión de contenidos digitales de Bailey es una gran obra, que responde a un interés real pero a partir de un método romántico. Como insinuaba muy educadamente Amadeu Pons en una reseña anterior [8] de una obra similar del mismo autor, la pregunta inevitable es si tiene sentido en la era de Internet una bibliografía de estas características, completa y valiosa pero sin más valor añadido que la presentación alfabética de doscientos recursos en Internet, y que además de su subjetividad intrínseca, al día de publicarse corre el riesgo de quedar obsoleta. Quería combatir la infoxicación, y la acaba produciendo.