Un regreso imposible a la casa (İmkansiz eve dönüş)
En el Museo Pera (Pera müzesi), en Estambul, recién acabó (6 de abril-8 de agosto) una exposición retrospectiva de la artista y poeta Etel Adnan (1925). Una exposición para repensar sobre la reconstrucción de una identidad de mujer entre tres culturas: otomana-árabe-griega y estadounidense. La Revista de la Sociedad para el estudio de la literatura multiétnica de los Estados Unidos en 2003 postuló, que Etel Adnan “innegablemente es la escritora árabe-estadounidense más célebre y consumada de la actualidad” rechazando su identidad griega y turca.
Adnan es hija de un oficial del Imperio Otomano que se quedó sin trabajo cuando aconteció la caída del imperio y de una griega de Esmirna que vio arder su ciudad natal. La artista creció en Líbano entre los idiomas turco, griego, árabe y la influencia del cristianismo y el islam: “Nunca me sentí integrada, pero tampoco extranjera. Es un sentimiento que me ha acompañado toda mi vida. Me ha proporcionado el sentido de la observación y una gran libertad de pensamiento” dice en una de sus entrevistas en El País.
En las obras de Adnan se la puede definir, principalmente, como una artista californiana por los paisajes que transmiten sus cuadros sobre el océano, el monte Tamalpais aunque quien nació en una familia muchos idiomas en griego, otomano turco y árabe, religiones e identidades, retrata su historia migrando a través de geografías entre California, Beirut y Paris. Entre tres cıudades a veces vivió como exiliada, a veces como inmigrante.
“Ciudad de mi madre Esmirna fue como un paraíso perdido. La cultura turca siempre estaba presente en mi vida. Cuando era niña hablaba francés y turco. Pero, luego por escuela empecé hablar más en francés. Cuando visitabamos con la familia de mi padre en Damasco hablaban en turco y nos sentíamos como una familia otomana. Por eso para mi instalar una exposición en Estambul es como volver a la casa. Mis padres nos contaban el frio y nieve de Estambul. En nuestra casa la vida tenía un misterio. Veía a mi madre hablar con icono de la Virgen María. Cuando era joven un tiempo estuve en Estambul pero nunca fui a la ciudad de mi madre a Esmirna. En casa cuando hablaban de Esmirna, lloraban. Cuando niña veía las nubes y me preguntaba si era Esmirna. Y cuando iba a la playa en Beirut decía que voy a Esmirna a nadar. Mi madre decía que el pescado más rico del mundo es de Esmirna. Esmirna fue una ciudad rica y multireligiosa hasta el gran incendio de 1922, al final de la guerra turco griega.”
En las pinturas y en la poesía de Adnan se nota esta riqueza de la diversidad cultural. Simone Fattal la pintora siria y la curatora de la exposición, al mismo tiempo pareja de Adnan dice que es imposible entender las obras de Adnan mirando solo desde un punto de vista.
“Mi memoria
Es tierra quemada
La sequía
Está en el espíritu
Y en el suelo.” (Etel Adnan)
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