La casa en la literatura turca y española
Estambul de Orham Pamuk y Nada de Carmen Laforet
Los escritores que viven en un mismo período histórico tienen elementos comunes, aunque sean de distintas culturas y cada uno escriba con su estilo personal. Este tipo de comparación se amplía la literatura, tanto en términos geográficos como genéricos. Este aspecto de los estudios comparativos es el que ofrece el mayor potencial desde el punto de vista de la teoría literaria o ambiental y puede llevar a una comprensión de los aspectos sociales.
La época en que empiezan a escribir y se desarrolla la personalidad de Carmen Laforet y de Orhan Pamuk son diferentes. Laforet es una de las escritoras de la literatura de posguerra española de las primeras décadas del s. XX. Mientras que Pamuk es el escritor postmoderno/contemporáneo turco de las últimas décadas del s. XX y principios del XXI, aunque los periodos literarios de los dos escritores son diferentes, la vivienda donde ha transcurrido la infancia de Pamuk coincide con el de la literatura de posguerra turca en la década de los 50. En ambas novelas de la literatura turca y española la huella de la guerra se incorpora no solo a sus viviendas, sino al paisaje, a sus calles también dentro de la literatura y la semiótica. Pues, ¿Qué puede decirnos el interior de las casas? Se podrá decir que la gente ya vive en una casa y, por tanto, no necesitaba saber nada más. Aunque parece que los viajeros extranjeros de Estambul han pensado así y, como decía Pamuk, han olvidado escribir sobre el interior de las casas: “Los viajeros extranjeros se ven obligados a olvidar, especialmente en Estambul, que lo que moldea una ciudad es tanto su apariencia exterior como el interior de las casas y el paisaje de los espacios cerrados.”
Una ciudad configura a las personas el interior de las casas, que consiste en mucho más que una aglomeración de edificios como afirma el arquitecto francés Le Corbusier (1887-1965) de quien Pamuk utilizó uno de sus dibujos de silueta de Estambul en su libro : “Busco con verdadero afán esas casas que son casas de hombres y no casas de arquitectos”. Una ciudad que nunca está completa, y que no puede ser producto de una sola visión como dice Pamuk: “a mí me daba la impresión de que cada piso era un universo completamente diferente, un país completamente distinto”.
Las leyes que rigen la distribución de los espacios en la edad contemporánea en el barrio de Nişantaşı y en la calle Aribau son iguales: el comedor, el dormitorio del matrimonio, el de los hijos. Muchos de los muebles y electrodomésticos se repiten en muchas de ellas. Pero, sin embargo, son exclusivos de un lugar, de una cultura. Por ejemplo, las tazas tradicionales para tomar café turco en la casa de Pamuk era imposible que existiera en la casa de Andrea. Dibuja esta escena tradicional de café turco así: “A veces veo por una ventana a una mujer sola sentada a una mesa leyendo su fortuna en los posos del café”. Y café en la casa de Barcelona: “la cafetera exprés y sacaba no sé de dónde unas mágicas tazas (…)”.
Se puede leer el artículo publicado por Nesrin Karavar en la revista ANUARI DE FILOLOGIA. LLENGÜES I LITERATURES MODERNES de la Universidad de Barcelona en agosto de 2018.