SUAT DERVIŞ Y LAS SOMBRAS DEL PALACIO
TIANA PUIG I SOLER
Alumna de la literatura turca, Universitat de Barcelona
Suat Derviş está considerada, juntamente con Halide Edib Adıvar, como una de las principales escritoras femeninas de la literatura turca contemporánea, que se puede entender como la literatura de la nueva República de Turquía (constituida el 1923) y de los años inmediatamente anteriores a la abolición del califato otomano.
Este encuadre temporal es relevante porque la época de transición histórica que le tocó vivir es uno de los elementos centrales que conforman la identidad de la autora y que caracterizan su obra. Nacida en 1905 (según otras fuentes, 1903 o 1904) e hija de una familia aristócrata de Estambul, Suat Derviş vio la caída de la aristocracia otomana y las reformas de modernización implantadas por Mustafá Kemal Atatürk (la laicización del estado, la adopción de un código civil y criminal basados en el modelo suizo, la adopción del calendario gregoriano, la sustitución del alfabeto árabe por el latín, etc.), la caída de un mundo y el nacimiento de uno nuevo.
Este cambio cultural, religioso, social y lingüístico tan repentino (que haría falta preguntarse si realmente se llegó a culminar y, en caso afirmativo, hasta qué punto y a qué precio) todavía arrastra secuelas y es, en consecuencia, un tema central en muchas de las obras de la literatura turca contemporánea y, entre ellas, también en las de Suat Derviş.
En su caso, sin embargo, esta época de cambio no solamente la vivió desde el prisma de su país natal, es decir, desde el ya desaparecido imperio otomano y la reciente fundada República kemalista, sino que también integró a las vivencias de aquellos cambios otras experiencias vitales y culturales adquiridas durante los años que pasó en Alemania, Francia y la Unión Soviética. Suat Derviş gozó de un entorno familiar liberal en el que no existía ni la segregación ni la discriminación por sexos. Su madre tenía una buena educación y ella fue educada en casa en alemán y francés, y en materias como literatura y música. Después de la Primera Guerra Mundial, durante los años 1919 y 1920, vivió y estudió en Berlín con su hermana, donde empezó su carrera literaria escribiendo sobre Turquía para revistas alemanas.
Kara kitap [Libro negro], su primera obra, fue publicada en Estambul en 1920 con tan solo dieciséis años y entre ese año y el 1932 publicó más de diez novelas. Sus novelas de esa época se caracterizan por el interés en la psicología femenina y, como conocedora de ciudades como Estambul, Berlín, París o Lausanne, también por la psicología del individuo y los procesos de individualización, un elemento que difiere de las corrientes más populares de la época, que se centraban en el análisis de la sociedad y dejaban más de lado la psicología interior del individuo. En realidad, en este contexto, Suat Derviş es considerada la primera autora turca que escribe literatura gótica, incorporando elementos propios de este género, también presentes en la novela que nos ocupa: Las sombras del palacio.
No es hasta los años treinta, después de la muerte de su padre y del retorno a Turquía, que se aleja de las posiciones más liberales y se aproxima al pensamiento marxista y participa de corrientes literarias de realismo social con la creación de la revista Yeni Edebiyat [Nueva literatura], de la cual fue una de las principales escritoras, juntamente con otros autores como Nâzım Hikmet, Sabahattin Ali y Sadri Erten. En esta segunda época, y especialmente después de las dos estancias que hizo en la Unión Soviética, el interés de Suat Derviş por las temáticas sociales aumenta e incorpora elementos de realismo social en sus novelas.
Este contexto biográfico es importante tanto para entender su obra como la importancia de esta autora como testimonio de una época crucial en la historia de Turquía y a su vez de nuestra historia contemporánea.
Las sombras del palacio, escrita en francés en 1958 durante sus años de exilio europeo (1953-1963), es la única novela de Suat Derviş que ha llegado a nuestras librerías gracias a la editorial Ardicia, que apostó por publicar una traducción al castellano de Susana Prieto Mori en septiembre de 2018.
Las sombras del palacio nos habla de la vida de Celile, una mujer de familia aristócrata, nieta del pachá Veliddin. Una historia en la que su presente (su vida matrimonial con Ahmet Berkan) y su deseo de una relación distinta con su amante Muhsin Demirtaş se entretejen de forma casi simultánea con los recuerdos de los años de infancia en el yalı[1] familiar, que con la llegada de la República se va descomponiendo lentamente.
Esta novela expone las diferencias y la incomprensión entre estos dos mundos y nos presenta la figura de la mujer musulmana de la época, representada tanto en la introspección y majestuosidad de Celile como en las maneras y el estoicismo de su abuela, Çeşmiahu hanimefendi. La relación de Celile con su marido y con su amante representa la incomprensión entre el antiguo mundo aristócrata y el mundo de los nuevos ricos:
“Distante y reservada, era dueña sin duda de un carácter excepcional. Su personalidad y la de Ahmet no tenían nada en común.
Procedía de la alta nobleza, pero no hablaba nunca de sus antepasados, los grandes visires. Ahmet solo sabía que su abuelo era el pachá Veliddin, brazo derecho del sultán Abdul Hamit II, el gran tirano.” (p. 23)
“¿Es posible conocer a esos descendientes de pachás? ¿A esos degenerados? ¿Se conocen acaso a sí mismos? Yo la creía enigmática, pero no es más que orgullosa y cruel. (…) ¡Y usted cree comprenderla! Pero no la conoce, no puede conocerla… ¡No se puede comprender a esa gente!” (p. 34)
Mientras que Ahmet y Muhsin valoran las riquezas, las joyas, una vida llena de comodidades y, en el caso de Muhsin, se preocupa por guardar las apariencias y evitar el escándalo, Celile siente una indiferencia absoluta hacia estos valores materiales, que se refleja a su vez en su carácter impasible propio de las mujeres de palacio:
“Poco después de su boda se había lanzado a los negocios. Quería construirle una vida mejor. Había intentado lo imposible para alcanzar el éxito. Y lo había conseguido.
Sin embargo, ella nunca le pedía nada que estuviera por encima de sus posibilidades. Era modesta. Sin tener fortuna, parecía poseer todas las maravillas del mundo.” (p. 21 i 22)
“No tenía noción alguna de los valores a los que Muhsin daba tanta importancia. No había entendido a Ahmet tampoco, cuando se entusiasmaba a propósito de los negocios.
Muhsin seguía hablando, y Celile seguía sin escucharlo. Todo cuanto decía se le escapaba.
(…)
En aquella noche de verano, dulce y tibia, similar a las hermosas noches de su infancia, una calidez invadía su corazón. Y aquella calidez casi le proporcionaba alegría.” (p. 107)
Tanto en la descripción de la caída del mundo de palacio como en la descripción de este choque de valores y de maneras de entender la vida distintas, siempre está presente la figura femenina de la mujer de palacio, una mujer majestuosa y reservada, que, si bien goza de una profunda sensibilidad, mantiene las formas hasta en las situaciones más dolorosas:
“El propio Veliddin era presa del pánico. Solamente Çeşmiahu hanimefendi permanecía en calma. Tenía ojeras, estaba pálida, pero su mirada nunca delató angustia ni desesperación. Se habría dicho que ignoraba cuanto sucedía a su alrededor.
(…)
Sin embargo, nadie la vio llorar, nadie se percató de su desasosiego cuando se encontró sola, abandonada ante las dificultades de la vida, esas que nunca le habían enseñado a afrontar.” (p. 49 i 50)
Una insensibilidad aparente que es vista como un rasgo de fortaleza:
“(…), al principio, aquella aparente insensibilidad infundía respeto a Ahmet. Veía en ella una señal de fortaleza.” (p. 23)
En esta novela, escrita con posterioridad a los viajes de la autora en la Unión Soviética y de su activismo socialista, la representación del mundo interior de los personajes que vemos por ejemplo en la angustia que pasa el marido la noche que Celile desaparece o durante las horas de soledad de Celile se complementa con elementos de realismo social:
“(…) A Celile le habría gustado correr descalza, como las hijas del jardinero.
—Oh, ángel mío —le decía la vieja circasiana—, las hormigas te picarían en los piececitos.
—Dígame, dadi —le respondía Celile—, ¿por qué a las hijas del jardinero no les pican las hormigas en los pies?
Nazikter kalfa hacía entonces una mueca de desdén:
—¡Oh! Las hijas del jardinero…
Y Celile no comprendía por qué aquellos insectos favorecían a las hijas del jardinero. Pero eso le hacía comprender que no tenía nada en común con aquellas niñas. No tenía derecho a hablarles. No tenía derecho a jugar con ellas.
Y, sin embargo, le parecían encantadoras. Sus cabellos desordenados y los harapos que vestían no cambiaban aquel hecho.” (p. 42 i 43)
Pese a tratarse de una novela de su segunda época, todavía mantiene elementos de ese estilo gótico tan característico de la autora, que nos envuelve en el misterio y en las tinieblas de ese mundo en decadencia:
“A pesar de su abandono, el viejo edificio permanecía altivo y majestuoso en las orillas del Bósforo. Para conocerlo, habría hecho falta escuchar sus quejidos en la tormenta, cuando las olas golpeaban los muros con furor y el viento hacía chirriar y restallar en las tinieblas las puertas – ya viejas, que apenas aguantaban en pie – de sus treinta y cuatro habitaciones.” (p. 39)
Un mundo representado en la figura del palacio, que a su vez parece funcionar como figura metafórica para ejemplificar también la personalidad de las mujeres de palacio:
“A pesar de su abandono, el viejo edificio permanecía altivo y majestuoso en las orillas del Bósforo.” (p. 39)
“(…), siguió contemplando el palacio fijamente, maravillado de verlo tan imponente pese a los ataques del tiempo y a la ruina.” (p. 23)
La recepción de una autora como Suat Derviş es clave para entender tanto el feminismo turco de izquierdas como el papel de las mujeres en los movimientos socialistas en una época en la que el feminismo en Turquía estaba monopolizado por las corrientes kemalistas liberales alineadas con occidente y en la que los movimientos socialistas eran patrimonio del género masculino.
Si bien hasta ahora ha sido una autora poco estudiada tanto en Turquía como a nivel internacional, su figura como feminista turca de izquierdas y socialista en una sociedad eminentemente patriarcal y liberal empieza a generar interés como elemento de estudio en el ámbito académico. A parte de ayudarnos a entender mejor los movimientos feministas de izquierdas de la época en Turquía también nos permite establecer los lazos histórico-culturales y de luchas compartidas que existen entre Turquía y el mundo occidental. No menos importante es también el destacado testimonio que presenta de la figura de la mujer otomana y del nacimiento de la República turca, visto y vivido desde una perspectiva diferente a las corrientes políticas y sociales imperantes de la época.
La intención de esta modesta aproximación a Suat Derviş y a su obra es intentar dar a conocer y generar contenido sobre una autora que creo que a través de su creación literaria y de su lenguaje intimista puede ayudarnos a entender mejor y a enriquecer la percepción de fenómenos sociales, culturales e históricos relevantes tanto de la Turquía y la Europa contemporáneas como de su historia compartida. Y todo ello desde una mirada que me parece especialmente interesante por ser la mirada de las disidencias: la disidencia de izquierdas y la disidencia feminista de la época.
Literatura turca contemporánea
Docente: Nesrin Karavar
Càtedra UNESCO Dones, desenvolupament i cultures
CALITME-Cartografies Literàries de la Mediterrània
Universitat de Barcelona
Referencias bibliográficas:
De Haan, Francisca; Daskalova, Krassimira y Loutfi, Anna. A Biographical dictionary of women’s movements and feminisms. Central, Eastern, and South Eastern Europe, 19th and 20th Centuries. Budapest y Nova York: Central European University Press, 2006.
Derviş, Suat. Las sombras del palacio. Madrid: Ardicia Editorial, 2018.
Taşdemir, Nazlı Eylem. Suat Derviş (1905-1972): A Friend of the Soviet Union. Central European University, Department of Gender Studies. Budapest: CEU Electronic Theses and Dissertations Collection, 2017.
[1] Casa o mansión situada en la primera línea de costa.