Una hermosa noche de verano, en el parque del palacio del conde Kiof, este acompañado por Arturo pasea hasta el sepulcro de mármol en el que se encuentra Carlota, cuyo cuerpo trasladó el mismo desd
Gabriela se ilumina cuando habla de su hija. Carlota se compadece de su amiga que perdió a su hija, pero la comprende porque ella se ha tenido que separar del suyo.
Durante el principio del otoño Carlota cae enferma. Gabriela se ocupa tiernamente de ella. La amistad entre ellas es tal, que Carlota no tiene interés en tener relación con nadie más.
Tiene lugar el entierro de Ricardo. Una mañana que el conde va a visitar a Carlota, ella ha partido para ingresar en el convento, aunque no profesa los votos.
Carlota, primero aparentando una calma total, explica al conde que no pueden estar juntos porque ella está comprometida.
Carlota, en la soledad de un cuarto en el que apenas entra un rayo de luz, se lamenta amargamente por la pérdida de su marido y por la renuncia a su posible felicidad futura.
Ricardo en su agonía teme no vivir lo suficiente para ver a Carlota y Arturo. En esos momentos llegan y se arrojan a su lecho.
Por fin, Carlota recibe carta de Ricardo y decide partir inmediatamente a Italia.
Arturo juega en el jardín con un objeto brillante, mientras su madre está abstraída a la espera de recibir noticias de su marido.
Han pasado seis años desde la boda, y Carlota vive sola en una hermosa casa a las afueras de Kiof recluida con su hijo, Arturo, desde que Ricardo tuvo partir a Italia para tratar de curarse de una
Llega la hora de la ceremonia. De camino a la capilla, doña Margarita le dice a su hija que Nicolás no asiste a la boda porque el conde se ha puesto enfermo.
Carlota se pasea melancólica por la casa y el jardín, mientas la madre la observa preocupada. Cuando regresa a su tocador para arreglarse, su madre se acerca para preguntarle qué le sucede.
El día de la boda amanece lluvioso y triste, presagiando un mal porvenir. Carlota está apesadumbrada, perdo decidida.
El conde se niega a creer que Carlota ama a Ricardo.
Al final del capítulo IV, Carlota y el conde se reconocen como almas gemelas.
Arcelia, completamente fuera de sí por los celos, le dice a Carlota que el conde solo quiere hacerla su amante y que Nicolás solo pretende seducirla para él.
Continúa el episodio pastoril: Carlota encuentra a Arcelia cantando a la orilla del río, y se esconde para sorprenderla.
Carlota decide salir a visitar a su amiga Arcelia al alba.
Doña Margarita presenta a los futuros esposos. Ricardo queda encantando desde el primer momento, pero no tanto Carlota, que no siente que sea su alma gemela.
Carlota reflexiona en la intimidad del tocador sobre lo irracional que supone amar al conde, al que solo ha visto en esa miniatura y que ni si quiera la conoce, frente al joven Ricardo, que supuest
Una vez en el salón, Margarita, madre de Carlota, le informa de que esa noche va a presentarla por fin en sociedad. Hasta entonces no lo había hecho porque Carlota no lo deseaba.
Nicolás explica a Carlota la teoría de las almas gemelas, que terminar de turbar a la joven. La noche prácticamente ha caído, de modo que deciden regresar a toda prisa hacia casa.
El relato continúa desarrollando la historia del retrato del conde que solo se había introducido en la primera entrega.
Narra la historia de Carlota Cronstad, de la “ciudad de Kiof, en la Rusia meridional”.
Enriqueta Lozano de Vílchez
La Madre de Familia: revista literaria, moral y recreativa, con aprobación eclesiástica
La calumnia
Enriqueta Lozano de Vílchez le escribe a su amiga Elisa para contarle la historia, que dice ser verídica, de una amiga de la infancia que ambas tienen en común: Teresa.
María G. Galán y Godoy
La Madre de Familia: revista literaria, moral y recreativa, con aprobación eclesiástica
La huérfana
Desde una visión ultracatólica, la figura de la huérfana se engrandece mediante la exacerbación de su desamparo, su soledad y su virginidad.
Extractos del libro de Concepción Arenal.
La autora argumenta que las mujeres que hoy día echan y leen “las cartas” hacen más daño comparadas con las que antes se llamaban brujas y fueron injustamente perseguidas.
La historia de Roseta (“la loca de tres cruces”) y por qué se volvió loca. Cuenta la restricciones sobre la libertad de una mujer que prefiere elegir por esposo a una persona que su familia no apr
Continuación de la historia de Salomé, Herodías y Herodes, ya desterrados.