Emili Mira

Carta escrita per la filla d'Emili Mira (Montserrat Mira i López) i llegida pel seu fill (Sergi Dantí Mira) en dia de la inauguració de l'aula de la Facultat de Psicologia que porta el seu nom, el juliol de 2023. 

 

Emilio Mira López. Algunos hechos

Emilio Mira y López está considerado, a nivel internacional, la figura hispanoamericana más destacada en el ámbito de la psiquiatría, la psicología y la psicotecnia del siglo xx. En la lista de los autores más influyentes en la historia mundial de la psicología del periodo 1600-1967, publicada en 1968 por los historiadores Annin, Boring y Watson, de las universidades de Harvard y de New Hampshire, Emilio Mira y López figuraba en el 13.o lugar, entre los 538 nombres que incluía. El único otro psicólogo español en esta lista era Santiago Ramón y Cajal.

Ejerció la medicina como un verdadero apostolado y nunca cobró a un enfermo pobre. Por el contrario, decía que un paciente pobre tenía que recibir más afecto y atención que uno rico, ya que este último disponía de más medios para defenderse de la enfermedad.

Una anécdota curiosa que ocurrió en Brasil: en el Instituto de Selección y Orientación Profesional que Emilio Mira fundó en Rio de Janeiro, en 1953 se hacía la selección de candidatos para el cuerpo diplomático. Mira descartó a un joven candidato, aunque era hijo de diplomáticos. Le dijo: «Joven, su aptitud y vocación es la música y no la diplomacia». El joven, eufórico, le respondió: «Profesor, ya lo sé, pero mis padres temen que, como artista, nunca pueda mantener una familia. ¿Estaría usted dispuesto a explicárselo a ellos?». «Por supuesto que sí», respondió mi abuelo. Y así convenció a los padres del joven candidato para que le permitieran cambiar su destino. De esta manera, en lugar de un funcionario frustrado, surgió al mundo Antônio Carlos Jobim, creador de la bossa nova —y de «Garôta de Ipanema», por ejemplo— que ha representado la música brasileña en el mundo entero.

Más de doscientas firmas avalaron la inauguración de la plaza de Emili Mira en Barcelona en 1993, la dedicatoria a su nombre del 1.er Congreso Catalán de Salud Mental «Memorial Emili Mira i López» en 1999, y la colocación de una placa conmemorativa en la casa donde residió los últimos años antes de partir hacia el exilio, en Rambla de Catalunya, 35, de Barcelona. Entre estas firmas, encontramos nombres como Jordi Maragall, Pascual Maragall, Rafael Ribó, Xavier Trias, Eulàlia Vintró, Carlos Castilla del Pino, Juan José López Ibor, Josep Maria Dexeus, Jordi Obiols, Antoni Tàpies, Oriol Bohigas, Teresa Pàmies, Luis y José Agustín Goytisolo, Josep Maria Ainaud de Lasarte, Jordi Pujol…

Antes de la Guerra Civil, Mira situó a Barcelona en la vanguardia del estudio y la aplicación científica de la psicología y la psiquiatría. Tradujo e introdujo a Freud en Cataluña. A sus 22 años, en 1918, presidió el Instituto de Orientación Profesional de la Generalitat, pionero en Europa. De este modo, Barcelona se convirtió en la primera ciudad en el mundo que aplicó psicotest a los conductores de vehículos públicos.

En 1921, a los 25 años, participó con las principales luminarias europeas en la fundación de la Primera Conferencia Mundial de Psicotecnia, en Ginebra. Al año siguiente, organizó la segunda edición de esta conferencia en Barcelona, y transformó la ciudad en un lugar avanzado en investigación.

A los 28 años fue miembro fundador e impulsor de la Asociación Española de Neuropsiquiatría y de la Liga Española de Higiene Mental. Afirmaba insistentemente que la enfermedad tiene un origen social, como había podido comprobar en sus años como médico municipal en los barrios más pobres de Barcelona. Fue el representante español en el 1.er Congreso de Neurólogos Francófonos y, gracias a su gestión, al año siguiente el 2.o Congreso se celebró en Barcelona.

A sus 32 años, en Washington, fue nombrado miembro del Comité Internacional para la Higiene Mental, y dos años después se convirtió en presidente del Congreso Internacional de Psicología, que se reunía en Copenhague.

En 1933, con 35 años, se convirtió en primer catedrático de Psiquiatría de España. En un chalet de Sarriá fundó La Sageta, una clínica para pacientes jóvenes con trastornos de conducta infantil, que fue una de las primeras de Europa. También fue el director del Sanatorio Psiquiátrico de San Baudilio, sector mujeres, de Sant Boi de Llobregat (Barcelona).

Todo se detuvo al llegar la Guerra Civil. En esa época, fue jefe de los Servicios Psiquiátricos del Ejército Republicano, con el grado de teniente coronel. Creó el Instituto de Adaptación Profesional de la Mujer, para que las mujeres pudieran reemplazar en el trabajo a los hombres que partían para el frente. Escribió La psiquiatría en la guerra, que sería una obra referente para los aliados durante la Segunda Guerra Mundial.

Fue amigo personal del presidente de la Generalitat Lluís Companys. Mira vivía y tenía su consulta al lado de su casa, en la Rambla de Catalunya, 35. Frecuentemente, Companys les invitaba a él y a su familia a ver cine, y el doctor atendía a su hijo, que padecía problemas de esquizofrenia.

Grupos anarquistas incendiaron y destruyeron la clínica infantil La Sageta, al confundirla con un sanatorio de ricos.

Tras la derrota del ejército republicano, Mira organizó la evacuación de todos los hospitales que estaban a su cargo. Tuvo que sufrir muchas difamaciones a su persona. A estos ataques se unieron incluso algunos de sus excolaboradores que querían congraciarse con el nuevo poder militar y permanecieron en Barcelona ejerciendo todos los cargos que él tuvo que abandonar. Le acusaron de modificar las checas para enloquecer a los prisioneros mediante la inclusión de pinturas cubistas en sus celdas. Además, se difundió la orden expresa de que no representara nunca más a España en ningún foro internacional. Aunque intentó defenderse de la evidente falsedad de las acusaciones desde el exilio, los fascistas consiguieron que su nombre fuese olvidado en España. Sus bienes fueron destruidos, confiscados o robados; sus libros, retirados de las bibliotecas; su nombre, difamado, censurado y posteriormente enterrado bajo una espesa capa de silencio. La principal consecuencia de este silenciamiento es que las posteriores generaciones de españoles son prácticamente las únicas en el mundo de habla hispana que desconocen su figura y sus contribuciones.

 

Principales aportaciones (notas de Montserrat Mira)

1. Incorporó la psicología española al mundo mediante la inclusión de la psicología experimental y la psicología jurídica en publicaciones y trabajos. A su vez, introdujo en España el pensamiento de los grandes psiquiatras alemanes, así como las teorías psicoanalíticas.

2. Su tesis doctoral —que le valió el Premio Extraordinario de Doctorado de la Universidad de Madrid en 1922— se tituló Las correlaciones somáticas del trabajo mental, y fue el primer trabajo de psicología experimental realizado en España. Su Manual de psicología jurídica, publicado en 1935, fue uno de los primeros de Europa, y el primero y único en España hasta 1980. Introductor y traductor de Freud al catalán, favoreció que los científicos de Europa central que huían del nazismo se instalaran en Barcelona. Además, introdujo los métodos psicoanalíticos en los centros psiquiátricos que dirigía, y practicó terapia de grupo en su sanatorio privado de Sant Just Desvern en 1930.

3. Introdujo y desarrolló en España la orientación profesional y, bajo su dirección, consiguió que el Instituto de Barcelona ganase cierta fama y reputación, primero en Europa y luego en Hispanoamérica.

4. Fue el más convencido defensor de la unidad psicosomática. Para ello, propugnaba unir la somatoterapia —terapia del cuerpo— con la psicoterapia —terapia de la mente— en una sola unidad, en un tratamiento integral e integrante. Considerando insuficientes estas dos terapias, añadió la concepción psicobiosocial de la persona, dando gran importancia al entorno familiar en el mantenimiento de las neurosis. Se convirtió así en pionero de la terapia de familia en España. Afirmaba que «no puede haber individuo sano en una sociedad enferma». Por ello, decía, «la comunidad médica debe implicarse a fondo en la resolución de los problemas sociales, influyendo corporativamente en los órganos gubernamentales y legislativos».

5. Propuso una nueva visión de la medicina, y definía al enfermo como «todo aquel que sufre o hace sufrir» y la medicina como «la ciencia cuyo objetivo es la supresión del sufrimiento humano».

6. Propugnó, practicó y consiguió numerosas mejoras en la asistencia psiquiátrica para el bienestar de los internos y fue uno de los primeros psiquiatras en estudiar y experimentar con el autogobierno entre ellos. Esta iniciativa surgió de su propia experiencia: ante la huida del personal médico en un hospital a su cargo durante la Guerra Civil española, los pacientes abandonados se habían organizado eficazmente y se cuidaban entre sí.

9. El test psicodiagnóstico miokinético (PMK), que él creó, es uno de los tres test de personalidad más aplicados en todo el mundo —junto con el de Roschard y el de Murray—, pero no en España. Además, tiene la particularidad de ser el único test desarrollado por un psiquiatra hispanohablante. Las bases del PMK surgieron durante la Guerra Civil española como herramienta para seleccionar a los mejores candidatos para pilotar los aviones republicanos. Ya exiliado, Mira lo completó y lo presentó a la Real Academia de Medicina de Londres en 1942. Este test también sirvió para seleccionar a los pilotos de la Royal Air Force.

El PMK es el único test de personalidad conocido que se realiza en condiciones técnicas que excluyen el control voluntario, es decir, que garantiza la fiabilidad. Se diagnostica por los movimientos musculares involuntarios, anclados en las zonas más profundas del psiquismo: la miopsique. Mira siempre consideró, hasta el momento de su muerte, que este test había sido su máxima aportación a la ciencia.

10. Otro de sus empeños fue subrayar la necesidad de que los jueces tuvieran conocimientos de psicología —lo que parece ser necesario aún hoy en día—, y sostuvo la importancia de prevenir el delito antes que castigarlo.

18. Falleció sin volver a pisar España. Fue enterrado envuelto en tres banderas: la cubana en su cabeza, representando el lugar donde nació y colaboró en los primeros tiempos de la Revolución cubana a asesorar el sistema sanitario cubano; la brasileña en sus pies, pues fue la tierra que lo acogió, y la bandera tricolor republicana sobre su pecho.