Aldo Manuzio

"Aquest era el moment de deixar d'utilitzar tipus mòbils alemanys i començar a crear noves famílies més adaptades a la seva nova forma de veure el món, més humanista i clàssic. Aquesta fusió entre l'escriptura humanístia i la capital romana serà l'origen de la tipografia romana. Però si aquesta creació té nom i cognom, es diu Aldo Manuzio, [...] Crea un petit taller d'impremta a Venecia i crea noves families per la publicació de texts clàssics llatins i alguns nous que ell mateix s'encarrega de recopilar. La seva primera tipografia digna d'elogi va ser la Bembo, amb la que publica per primera vegada. [...] Però no acaba aquí el periple del bo de Manuzio, també a ell li devem la fundició de les primeres cursives. Amb aquestes aconseguia, gràcies a la seva estretor, col·locar més text en menys espai, alhora mantenia l'inclinació i altres trets pròpis de l'escriptura manual. I aquí neix l'aldina o itàlica que, encara que es va concebre com a tipografia en sí, per texts complets en llibres de butxaca."

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Referència: 

 Aldo Manuzio (2011) Recuperado el 30 de abril de http://www.tiposconcaracter.es/aldo-manuzio/

Text: 
Creando soportes más económicos, comienzan a utilizarse dobleces en el papel para conseguir formatos más manejables. Esto hacía que la disposición del texto ahora se volvía menos rígida, pudiendo huir de las dos columnas que eran la norma. Este será el momento de dejar de utilizar los tipos móviles alemanes y empezar a crear nuevas familias más adaptadas a su nueva forma de ver el mundo, más humanista y clásico. Esta fusión entre la escritura humanística y la capital romana será el origen de la tipografía romana. Pero si esta creación tiene nombre y apellidos, se llama Aldo Manuzio, también conocido como Teobaldo Mannucci o Aldus Manutius. Este hombre del renacimiento crea un pequeño taller de imprenta en Venecia y crea nuevas familias para la publicación de textos clásicos latinos y algunos nuevos que él mismo se encarga de recopilar. Su primera tipo digna de elogia será la Bembo, con la que publica por primera vez, en 1496, Sobre el Etna. Años después, recrea esta familia tipográfica para publicar El sueño de Polífilo, que es considerada como una de las primeras obras impresas en lengua romance, concretamente en italiano. Pero no acaba ahí el periplo del bueno de Manuzio, también a él debemos la fundición de las primeras cursivas. Con estas conseguía, gracias a su estrechez, colocar más texto en menos espacio, a la vez que mantenía la inclinación y otros rasgos propios de la escritura manual. Y aquí nace la aldina o itálica que, aunque se concibió como tipografía en sí, para textos completos en libros de bolsillo (en octavo, otro invento de Aldo), en el futuro se irá convirtiendo en una variante de las familias tipográficas utilizada casi únicamente para diferenciar algunas partes del texto. Aunque no faltará razón a quien diga que todos estos avances fueron de la mano de Francesco Griffo, ayudante y mano derecha de Manuzio en el taller. Junto a la creación de la itálica, hacia el año 1500, Aldo comenzó a utilizar un sello con el que adornar y marcar sus publicaciones. Éste consistía en la imagen de un delfín enroscado en un ancla. Esta imagen viene de las antiguas monedas romanas, de la época de Tito, en las que, en la cruz, estaba grabada esta imagen junto al lema “Festina lente” (que traduciremos por “Apresúrate despacio”, algo así como “vísteme despacio, que tengo prisa”). Este distintivo se consagró como una marca de calidad en todas sus producciones. Pero ahondemos un poco más en el significado del símbolo. El ancla representaría la quietud, la solidez y estabilidad, el delfín, por el contrario, representa el movimiento, la innovación. Y esto hizo Manuzio, con celeridad y firmeza revolucionó el mundo de la tipografía.