Lletra de dona es un espacio de publicación y difusión de reseñas de obras escritas por mujeres, dentro de los ámbitos tanto de la creación literaria (narrativa, teatro, poesía, ensayo, autobiografía) como de la teoría crítica
“Mandásteme, señora mía, que contase esta noche un desengaño, para que las damas se avisen de los engaños y cautelas de los hombres, […] siendo mayor entretenimiento decir mal de ellas: pues ni comedia se representa, ni libro se imprime que no sea todo en ofensa de las mujeres, sin que se reserve ninguna.” (p. 124)
“Cuando los cuerpos ocupan espacios que no solían tender a habitar, ocurre algo distinto a la reproducción de los hechos materiales. La esperanza en que la reproducción fracase es la esperanza de nuevas impresiones, de que surjan nuevas líneas, nuevos objetos, o incluso nuevos cuerpos, que se reúnen al juntarse en torno a esta mesa.”
“The archive was an opaque hope, yet it kept slipping away as though it didn’t want to be found, plundered, excavated. It became outright seductive in its evasiveness, and it kept making clear that it didn’t want our masturbatory desire for it” (22).
A los catorce años yo era alumna de un internado de Appenzell. Lugares por los que Robert Walser había dado muchos paseos cuando estaba en el manicomio, en Herisau, no lejos de nuestro instituto. Murió en la nieve. Hay fotografías que muestran sus huellas y la posición del cuerpo en la nieve. Nosotras no conocíamos al escritor. Ni siquiera nuestra profesora de literatura lo conocía. A veces pienso que es hermoso morir así, después de un paseo, dejarse caer en un sepulcro natural, en la nieve de Appenzell, después de casi treinta años de manicomio en Herisau.