Lletra de dona es un espacio de publicación y difusión de reseñas de obras escritas por mujeres, dentro de los ámbitos tanto de la creación literaria (narrativa, teatro, poesía, ensayo, autobiografía) como de la teoría crítica
Ja ha quedat clar que no me’n vaig ensortir, m’he quedat sense casa sense dents sense mobles i sense la meva dona. Però el pardal és aquí sencer, dur com una mala cosa, la llengua també, i vaig llepant la figueta de l’Eulália, el foriol, i ella fa un crit fi, dur, un fuet, un os.
El vicario me dijo que una mujer no puede tener dos hombres. Que debe ser solo del esposo. Me dijo todo esto cuando yo fui a confesarme para el casamiento. Habló de una tal fidelidad o felicidad. Es una palabra que se parece a mi nombre. Que la tal fidelidad valoriza a las mujeres. (458)
Así que, ¡adelante! Sed beatíficos en vuestro contagio ilimitado y poroso. Usurpad vuestros cuerpos. Convertíos en vuestro avatar. Sed el glitch. Dejad que toda la maldita cosa entre en cortocircuito. (154)
(...) acaneo o cunco dun lado a outro para que os barcos naveguen sobre as ondas. Algúns afundiran. Outros escacharán contra o cantil. Un navega solitario. Ese é o meu barco. Navega cara ás cavernas xeadas onde ouvea o león mariño e as estalactitas bambean coma verdes candeas. Lévanse as ondas...
En Orlando había una mezcla así de hombre y de mujer, siendo ora ésta ora aquél quien se imponía, lo que con frecuencia daba a su conducta un cariz inesperado. Las curiosas de su propio sexo se preguntaban, por ejemplo, siendo Orlando una mujer, ¿cómo era que jamás empleaba más de diez minutos en vestirse?
On n'est pas libre tant qu'on désire, qu'on veut, qu'on craint, peut-être tant qu'on vit. Médecin, alchimiste, artificier, astrologue, il avait porté bon gré mal gré la livrée de son temps; il avait laissé le siècle imposer à son intellect certaines courbes.
Però sí que es compren els somnis; aquesta mercaderia impalpable se subministra sota diverses formes. Els pocs diners que Paolo Farina donava a Lina cada setmana li servien per pagar una il·lusió espontània, és a dir, potser l'única cosa al món que no pot enganyar.
La palabra escrita me enseñó a escuchar la voz humana, un poco como las grandes actitudes inmóviles de las estatuas me enseñaron a apreciar los gestos. En cambio, y posteriormente, la vida me aclaró los libros.
Il s'approcha de la porte, sans bruit avec de nombreux temps d'arrêt, et finit par s'appuyer au battant. Il sentit qu'elle s'y appuyait aussi; le tremblement de leurs deux corps se communiquait aux boiseries. Il faisait entièrement noir: chacun écoutait dans l'ombre le halètement d'un désir pareil au sien.
Empezaba a comprender el sentido de aquella música interior, de aquella música llena de alegría y de salvaje deseo que yo había ahogado dentro de mí. Había reducido mi alma a una melodía única, plañidera y monótona; había hecho de mi vida un silencio del que solo podía salir un salmo.
En la poesía encontramos directamente al hombre concreto, individual. En la filosofía al hombre en su historia universal, en su querer ser.
“Mandásteme, señora mía, que contase esta noche un desengaño, para que las damas se avisen de los engaños y cautelas de los hombres, […] siendo mayor entretenimiento decir mal de ellas: pues ni comedia se representa, ni libro se imprime que no sea todo en ofensa de las mujeres, sin que se reserve ninguna.” (p. 124)
“para ser una mujer desdichada […] no bastan ejemplos ni escarmientos; si bien servirá el oírla de aviso para que no se arrojen al mar de sus desenfrenados deseos […], temiendo que en él se aneguen, no sólo las flacas fuerzas de las mujeres, sino los claros y heroicos entendimientos de los hombres, cuyos engaños es razón que se teman”.
Quién es la voz del libro. Quién me habla -quién te habla- desde estas líneas. Alguien bien distinto a mí emerge, y yo no lo veo -y tú no lo ves- pero aquí está, -aquí estoy, para servirte y contarte que yo existo.