Lletra de dona es un espacio de publicación y difusión de reseñas de obras escritas por mujeres, dentro de los ámbitos tanto de la creación literaria (narrativa, teatro, poesía, ensayo, autobiografía) como de la teoría crítica
El vicario me dijo que una mujer no puede tener dos hombres. Que debe ser solo del esposo. Me dijo todo esto cuando yo fui a confesarme para el casamiento. Habló de una tal fidelidad o felicidad. Es una palabra que se parece a mi nombre. Que la tal fidelidad valoriza a las mujeres. (458)
Así que, ¡adelante! Sed beatíficos en vuestro contagio ilimitado y poroso. Usurpad vuestros cuerpos. Convertíos en vuestro avatar. Sed el glitch. Dejad que toda la maldita cosa entre en cortocircuito. (154)
A Minnie Tabatha le derritió el corazón. La madre de Tabatha era adicta a la heroína, y para sufragar el hábito, había metido a Tabatha en pelis porno cuando era niña. Tabatha no salió intacta de aquello. (74)
Tenía en gran estima el otro objeto que había añadido a la colección, la bellota grande; pero siempre que la miraba se quedaba triste y perpleja. - Amelia, ¿qué significa esa bellota? - le preguntó el primo Lymon. - Ya lo ves; es sólo una bellota - contestó Miss Amelia -. No es más que una bellota que cogí la tarde en que murió papá. - ¿Cómo dices? - insistió el primo Lymon. - Digo que no es más que una bellota que vi en el suelo aquel día. La cogí y me la guarde en el bolsillo. No sé por qué. - Vaya una razón para guardarla - dijo el primo Lymon.
Sintió que la ira le invadía. Era una oleada de odio hacia el soldado, tan fuerte como el júbilo que había sentido sobre el caballo desbocado. Todas las humillaciones, las envidias, todos los temores de su vida confluyeron en aquel odio inmenso. Se levantó tambaleándose y echó a andar ciegamente por el bosque ya oscuro.