BCN Film Fest Entrevista

Books&Drinks: ¿Estás viviendo la vida que realmente deseas?

Conversamos con Clara Lago y Geoffrey Cowper, la actriz y el director del largometraje Books&Drinks, presentado en el BCN Film Fest

Perseguir nuestros sueños y cuestionarnos si estamos contentos con la vida que hemos construido es el mensaje que se esconde detrás de Books&Drinks, la nueva película de Geoffrey Cowper presentada en el BCN Film Fest. Un largometraje íntimo, con la participación de la actriz española Clara Lago en el papel de Raquel, que muestra el giro radical en la vida de una pareja que reside en Nueva York después de que David, interpretado por el actor estadounidense Jackson Rathbone, reciba una herencia millonaria en forma de casa paradisíaca en República Dominicana de su padre, a quien creía muerto desde que él era pequeño.

Raquel, el personaje de Clara Lago, insistirá a su novio David para que venda la casa lo antes posible y vuelva pronto a Nueva York con ella e invierta el dinero heredado en convertir su librería en el negocio que él siempre había soñado. Pero en esta historia aparecerán personajes que revolucionarán todo lo previsto. Entre salas de cine, alfombras rojas y photocalls, Cowper y Lago nos han contado más sobre la película: el trabajo de preparación de los personajes, cómo pueden convivir dos lenguas –español e inglés– en el guion de una sola película y las anécdotas y contratiempos que se esconden tras un rodaje a contratiempo de tan solo cuatro semanas y que ahora recuerdan entre risas.

Clara Lago y Geoffrey Cowper en el BCN Film Fest / Carlos Cubells

“Queríamos animar a la gente a plantearse si están haciendo con su vida profesional o personal lo que realmente querrían” (Geoffrey Cowper)

¿Cuál es el mensaje de la película? ¿Que sigamos nuestros impulsos, que nos arriesguemos para conseguir lo que queremos?

Geoffrey Cowper (G.C.): ¡Exacto! Es justamente ese. Seguir luchando por tus sueños. Yo tengo la suerte de haber nacido en una época en la que nuestros padres nos dejaron soñar con que podíamos ser directores de cine y, de algún modo, quería que esto estuviera en la película. También, como romántico empedernido que soy, quería lanzar el mensaje de que no debemos conformarnos con la pareja con la que estamos; que debemos cuestionar si realmente estamos enamorados. Y, si no es así, y estás enamorado de otra persona, debes luchar por esa persona. Queríamos animar a la gente a plantearse si están haciendo con su vida profesional o personal lo que realmente querrían. Era divertido meter a David, el personaje de Jackson Rathbone,como pez fuera del agua: un tipo ‘empanadito’ y pusilánime a quien este viaje le va a despertar sus instintos: se dará cuenta de lo que realmente siente y va a luchar por ello.

“Debes ser la mejor abogada defensora de tu personaje, justificarlo desde el corazón; si no, desde el juicio, solamente podríamos construir carcasas” (Clara Lago)

Clara, tu personaje, Raquel cae un poco mal al principio y se la tacha de histérica, aunque luego vemos su lado más humano. Echa garras para quedarse con su novio. ¿Cómo la definirías?

Clara Lago (C.L.): ¡Claro! (ríe) ¡Es que pobrecita! Me dicen que Rachel es la mala, pero no es la mala, ¡pobrecita mía! Ella tiene un tempo interno acelerado, digámoslo así (ríe). Yo creo que Rachel es una ‘tipa’ muy independiente, profesional y capaz, pero también manipuladora, controladora y superficial. Estos serían los adjetivos que le daría. Pero yo siempre digo que tienes que intentar justificar a muerte a cualquier personaje, tanto los que son como “los buenos de la peli” tanto como “los malos”, y ser la mejor abogada defensora de tu personaje. Porque, si no, desde el juicio, solamente podríamos construir carcasas. Si simplemente le ponemos la etiqueta de ‘controladora’ o ‘manipuladora’, estamos pasando la brocha gorda y nos estamos quedando con la superficie. Sin embargo, esta chica es una persona que sabe que es muy capaz y que ve cómo su chico no sabe hacer las cosas. Entonces, intenta ayudar desde ahí. Siempre hay que intentar justificarlo todo desde el corazón, desde la humanidad de los personajes. Eso es lo que yo he intentado; veremos si a la gente le llega así o no. Tal vez solo dicen: “Qué hija de puta” (ríe).

Clara Lago y Geoffrey Cowper en la entrevista con la revista Angle / Carlos Cubells

La película está en dos idiomas, español e inglés, que tienen expresiones muy diferentes. El personaje de Raquel parece tener dos facetas: cuando habla inglés, es ‘Rachel’, elegante y metódica, pero cuando habla español, es ‘Raquel’, una mujer que saca su mal humor y utiliza un vocabulario más popular, más fuerte. ¿Cómo habíais pensado la convivencia de estas dos lenguas?

(C.L.): (ríe) ¡Qué guay que se hayan podido ver estas dos facetas! Era una de las cosas que queríamos conseguir. Queríamos lograr fluir con los dos idiomas y representar la realidad de hoy en día con naturalidad. Porque mezclar idiomas en una misma conversación es algo que pasa mucho, con inglés y castellano o catalán y castellano, por ejemplo. Queríamos hacerlo sin tener que justificarlo; por el simple hecho de que así es la vida y la retratamos tal cual. Respecto al personaje de Rachel, teóricamente no tenía que ser española. Yo iba a interpretar originalmente a María, pero cuando la película se trasladó a República Dominicana por la financiación, lógicamente, María tenía que ser dominicana. Entonces fue cuando Geoffrey dijo: “Yo quiero que Clara esté en esta película” y cambiamos el personaje de Rachel. Es algo que yo le tengo que agradecer a Geoffrey. Decidimos que, en vez de ser americana, Raquel es una española que vive en Nueva York. En ese punto es cuando hablamos de jugar esta doble versión de ‘Rachel’ y ‘Raquel’: ‘La Raquel’ sería una tía chula de Madrid (ríe), su ‘yo’ más esencial y complejo, y Rachel es su versión vanidosa, superficial y sofisticada de sí misma. Es en lo que ella ha querido convertirse y proyectar. 

(G.C.): Queríamos que el fluir de los idiomas fuera muy natural. Yo soy de Terrassa, pero mi padre es australiano, entonces, también he estado siempre cambiando entre inglés, castellano y catalán de forma natural. Y creo que vuestra generación [la Generación Z] lo hace aún más, de forma súper natural: habláis en catalán, castellano, mezclando con palabras en inglés… Es una cosa a la que intentamos quitarle peso; no queríamos que fuera ‘la peli spanglish’. Queríamos que fluyera de forma natural. Además, trabajar con Clara fue una gozada, porque ella iba buscando capas y capas de Rachel, y cuando llegó a ese concepto de “self-made woman”, que en Estados Unidos lo ha petado, pero sin dejar de lado que, en el fondo, debajo de esa carcasa, hay esa Raquel más real, fue como: “¡Vamos, let’s go! Hemos encontrado el personaje”. Nos lo pasamos muy bien rodando esto.

Esta doble faceta se proyecta sobre todo cuando usa el español para insultar y en inglés habla más serena y amable. Los insultos en inglés no son tan fuertes como los del español, ¿verdad?

(C.L.): ¡Claro! Eso mola mucho del castellano. A mí me encanta el inglés, pero es verdad que para insultar no es igual de potente.

Clara Lago y Jackson Rathbone en una escena de Books&Drinks / BCN Film Fest

El rodaje se hizo en tan solo cuatro semanas, entre España y República Dominicana. ¿Ha supuesto un reto rodar en tan poco tiempo?

(G.C.): Efectivamente. De golpe me dijeron: “Vas a hacer la peli, pero tienes cuatro semanas”, y dije: “Wow”. Es como un sudoku nivel experto, buscas hacer el puzzle y encajar las piezas. La situación hizo que tuviéramos que descartar algunas localizaciones, personajes y escenas para dejar lo que crees que es el corazón y la chicha de la película. Pero teníamos claro lo que queríamos transmitir con la película, que es lo esencial, así que pudimos con ello. Fueron cuatro semanas de preproducción y cuatro de rodaje; un calendario bastante apretado, pero logramos sacarlo. Además, el paisaje fue maravilloso, el equipo técnico dominicano trabajó al máximo y los actores dominicanos, que no les conocía antes, fueron una maravilla: Nashla Bogaert, David Maler, Hector Anibal… Actorazos, maravillosas personas y fantásticos.

¿Alguna anécdota divertida del rodaje?

(G.C.): Creo que el punto de vista de Clara puede ser más interesante, porque yo estuve un poquito más estresado por el hecho de ser el director y, obviamente, tienes que estar en todo. Clara, como en esta ocasión tenía un papel más secundario, pues entre toma y toma…

(C.L.): ¡Pues claro! Estaba de vacaciones en República Dominicana, básicamente (ríe). Como anécdota, me acabo de acordar de que el primer día se fundieron las ruedas de la Dolly [una herramienta especializada del equipo de rodaje cinematográfico diseñada para realizar movimientos fluidos]. Es bastante representativo de lo que a veces pasa cuando ruedas en sitios paradisíacos donde hace mucho calor.

(G.C.): Sí… Reventaron las ruedas neumáticas de la Dolly. Además, precisamente era el día que estaba pensado para rodarlo todo con la Dolly, entonces no pudimos rodar. Pero, por suerte, pudimos rodar otras escenas. Y Jackson Rathbone dijo: “¿Que ahora tengo que lanzarme a la piscina? [debido a una escena del rodaje] ¡Pero si he comido un montón de frijoles antes de la escena, cabrón!”. Y yo como: “Lo siento Jackson, es ahora o nunca, porque no hay día de cover”, porque nos dijeron que había otra Dolly, pero que estaba en Puerto Rico y tardaría una semana en venir.

(C.L.): Fue como: “Jackson, lo siento, pero vas a salir con los frijoles” (ríe).

(G.C.): También, otra anécdota graciosa es que Clara es una gran abogada del veganismo, y en esta película Jackson Rathbone (David) es el vegano, y Clara no es vegana. 
(C.L.): Soy vegana desde hace casi ocho años, y cuando vi mi personaje en el guion, me dijeron: “Bueno, ¿cómo lo ves?”. Me parece divertidísimo que haya un momento en que el personaje de Jackson, que es vegano, se queja todo el rato de que no quiere comer carne, y yo llego y pido que me hagan pescado. Entonces le digo a él lo que me han dicho a mí mil veces, el típico: “Un día es un día” (ríe). ¡Pero no va de eso! Ese pescado, obviamente, no era pescado, pero sí que me hizo mucha gracia poder, de repente, reírme estando yo en el otro lado.

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