Mònica Rius Piniés
Directora de la cátedra UNESCO “Mujeres, desarrollo y culturas” y profesora de la literatura árabe y cine en la Universidad de Barcelona
1. Tu perfil académico es bastante variado: estás implicada en varios proyectos de investigación sobre arte (especialmente cine y literatura) y feminismo en el mundo araboislámico; has sido presidenta de la Societat Catalana d’Història de la Ciència i de la Técnica (IEC) y diriges tesis doctorales sobre este mundo políticamente conocido, pero culturalmente desconocido. ¿Crees que existe una excesiva especialización en el mundo académico actual?
Bueno, aunque parezca tópico, ¡me alegro de que me hagas esta pregunta! Es verdad que el refrán nos advierte que uno puede ser “aprendiz de todo y maestro de nada”, pero justamente en un momento como el actual, en el que se pone de relevancia la importancia de la formación continua, me parece indispensable que nuestros intereses intelectuales no se restrinjan a ámbitos excesivamente cerrados. No podemos saberlo todo, claro está, pero creo que la interdisciplinariedad me permite aportar un grano de arena al conocimiento colectivo con una mirada personal. Los estudios de género o los estudios postcoloniales, por ejemplo, tienen mucho que ver con la historia de la ciencia, aunque a veces esa conexión pase desapercibida. La interseccionalidad es una poderosa herramienta para conocer más y mejor.
Sin olvidar que trabajar como profesora universitaria es un lujo porque parte de nuestro trabajo es, justamente, seguir aprendiendo. Y eso se puede llevar a cabo de distintas maneras. La dirección de la Cátedra UNESCO Mujeres, desarrollo y culturas, por ejemplo, me permite tener una perspectiva más amplia -no restringida a mi ámbito, los estudios árabes-, al contar con el equipo de gente que en ella se integra (pertenecientes a ADHUC) y que, además, cuenta con una larga experiencia en los estudios de género. La diversidad de especialidades y también la convivencia entre generaciones diversas -desde las figuras más consagradas hasta l@s investigador@s más noveles- es asimismo una fuente de aprendizaje extraordinaria.
2. Algunos investigadores publican preferentemente artículos o capítulos de libros y no tanto monografías completas. Eres una investigadora dentro de este perfil. Prefieres organizar actividades públicas para dar visibilidad a dos mundos cerrados: las aportaciones (artísticas y/o intelectuales) de las mujeres en el mundo árabe.
En realidad, no sé si estoy muy de acuerdo en la jerarquización que señalas entre publicar y hacer difusión. Me parece indispensable publicar artículos especializados y monografías (he editado varias en los últimos años), pero también es imprescindible que los resultados de nuestros proyectos científicos lleguen a la ciudadanía que, al fin y al cabo, es quien paga nuestra actividad mediante los impuestos. Esa es la razón por la que me parece importante organizar actividades sobre la participación de las mujeres en la vida política, artística, intelectual y social tanto en el mundo árabe como en el mundo en general. Desde la Cátedra UNESCO, por ejemplo, hemos puesto en marcha el ciclo de charlas #ODS5, que tiene como objetivo visibilizar a mujeres que tienen profesiones con poca visibilidad. La última edición fue la mesa redonda en la que hablábamos con dos traductoras Ana Bejarano y Marga Castells sobre su labor, teniendo en cuenta, además, que las dos traducen de lenguas (hebreo y árabe respectivamente) poco “mainstream” en nuestra geografía. Por cierto, estamos trabajando para poder tener versiones online de este ciclo.
3. ¿Cómo ves la recepción de la literatura árabe en España?
España tiene un panorama lingüístico variado y rico, de manera que se da el caso que la literatura árabe que se traduce se puede verter no solamente al castellano, sino también al catalán, euskera o gallego. Por otra parte, las obras traducidas al castellano tienen como lector@ potencial toda América Latina, por lo que pueden llegar a un público amplísimo. Pero es que además, cabría precisar qué entendemos por literatura árabe: aunque tradicionalmente se ha establecido un vínculo entre literatura y lengua (por el cual literatura árabe es aquella escrita en lengua árabe) muy relacionado con las literaturas llamadas “nacionales”, hace ya tiempo que dicho vínculo se ha puesto en cuestión. Hay multitud de obras que han sido escritas en la diáspora y que pueden estar escritas en lenguas como el castellano, el catalán, el inglés o el francés, por poner solamente algunos ejemplos.
En cualquier caso, si me preguntas sobre la recepción de la literatura árabe -escrita en árabe- y traducida al castellano en España, te diré que puedes ver el vaso medio lleno o medio vacío. Por una parte, hay bastantes traducciones, pero es evidente que estamos lejos númericamente de lo que se publica en inglés (aunque noticias como la publicación de la revista Banipal en castellano apunta al interés por este tipo de literatura también en el mundo hispanoparlante). Por otra parte, es un tema complejo, porque hay que contar con editoriales que estén dispuestas a publicar autor@s que -aunque excelentes e indispensables- son desconocid@s por el público local. ¡Seguiremos trabajando para difundir y ampliar esa recepción! Y el fin de blogs como este de CALITME tienen, precisamente, ese objetivo
4. ¿La filología semítica es una esperanza para las traducciones de la literatura árabe?
Bueno, ahora mismo no hay muchas universidades que cuenten con grados en Filología Semítica y creo que es natural, puesto que esos estudios nacieron marcados por su contexto político e histórico (como explicó Said hace ya tiempo). Unas circunstancias bastante distintas a las de la actualidad, marcada por la globalización, las migraciones, etc. Pero de lo que no hay duda es de la importancia de la formación universitaria para tener un conocimiento profundo sobre el árabe y el hebreo. Tanto de las lenguas como de sus culturas. En este sentido, la tarea que se realiza en el grado en Estudios Árabes y Hebreos de la UB es fundamental. Pero la cuestión va más allá, puesto en la Universidad de Barcelona todavía tenemos otras lenguas, como el turco, que parecen “olvidadas” y pienso que habría que poner remedio urgentemente. Debemos tener en cuenta que son lenguas complejas que requieren de muchos años de estudio -mucho más allá del grado-, más todavía si alguien quiere dedicarse a la traducción literaria. También es verdad que debería apoyarse más al sector, puesto que ahora mismo es realmente difícil -¿imposible?- vivir dignamente de la traducción -literaria- del hebreo o del árabe.
5. Este confinamiento esta siendo una prueba para la educación/los congresos/las reuniones a distancia. ¿Cómo lo ves?
Hacer clases en este periodo ha provocado emociones muy intensas: ha sido durísimo y, a la vez, muy gratificante. Hemos trabajado con la presión de tener que cambiar a un sistema que no era el que habíamos elegido: pertenecemos a universidades presenciales y reinvindicamos la importancia del “contacto” humano en las clases. Además, ni todo el profesorado ni todo el alumnado contaba con los medios (de infrastructura, económicos, familiares, emocionales) necesarios o las habilidades informáticas mínimas. Aún y con todo, mi experiencia personal ha sido fabulosa: hemos creado unos espacios de curas y reflexión que nos han ayudado mucho a tod@s. Ahora que hemos podido comprobar que los trabajos esenciales (sanidad, pero también limpieza, transporte, distribución, etc.) eran distintos de lo que se venía afirmando, también hemos podido comprobar -de nuevo- que las Humanidades forman parte de los estudios esenciales, una afirmación que hemos sostenido una minoría durante mucho tiempo pero con relativamente poco éxito. Espero que este golpe que hemos vivido sirva también para que todo el mundo valore en su justa medida la importancia del arte, las letras y la educación pública.
Queremos agradecer a Mònica Rius Piniés que haya respondido tan amablemente a las preguntas de nuestra entrevista.
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