Lletra de dona es un espacio de publicación y difusión de reseñas de obras escritas por mujeres, dentro de los ámbitos tanto de la creación literaria (narrativa, teatro, poesía, ensayo, autobiografía) como de la teoría crítica
[…]
résiste, camarade
compagne de combat
la montagne nous attend
et avec tous « les insurgés »
tous les innocents
et tous ceux qui veulent
relever l’affront
ne pleure pas camarade
femme
oublie ta douleur
ta résistance
est celle
d’une palestinienne
qui lutte pour Jérusalem (53)
La represión de la sexualidad femenina desaguaba en el ansia de confidencia, de lágrimas compartidas. Por eso se idealizaba al ‘hombre atormentado’. Enamorarse era, en cierto modo, tener acceso a la naturaleza de esos presuntos tormentos varoniles, rodeados siempre de cierto misterio. (p. 149)
—¿Y por qué era pecado ser liberal?
—Porque les daba la gana a ellos y le armaban a uno un bochinche en el confesionario y yo un día me levanté y le dije al cura que no volvería a la iglesia como ellos siguieran con esa falta de caridad [...] una cosa es Cristo y otra los liberales. (Ángel, 92)
A los catorce años yo era alumna de un internado de Appenzell. Lugares por los que Robert Walser había dado muchos paseos cuando estaba en el manicomio, en Herisau, no lejos de nuestro instituto. Murió en la nieve. Hay fotografías que muestran sus huellas y la posición del cuerpo en la nieve. Nosotras no conocíamos al escritor. Ni siquiera nuestra profesora de literatura lo conocía. A veces pienso que es hermoso morir así, después de un paseo, dejarse caer en un sepulcro natural, en la nieve de Appenzell, después de casi treinta años de manicomio en Herisau.