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XXIX Seminario Público Internacional

XXIX Seminario Público Internacional

Sábado, 12 de mayo de 2018

La cocina: El misterio de la relación con la madre


10:15 Presentación del seminario. Laura Mercader Amigó

10:30 LOLA SANTOS FERNÁNDEZ
Profesora de la Università di Siena (Italia)
Las sobras de la felicidad al baño María

12:00 STEFANIA GIANNOTTI
Arquitecta y cocinera. Milán (Italia)
Un doble filo: alimentación y pasión

13:30 Pausa-comida

16:30 NIEVES MURIEL GARCÍA
Poeta. Melilla
Mi madre y las lentejas. Recital de poesía española del siglo XX

17:30 Debate y clausura

RESUMENES DE LAS CONFERENCIAS

Las sobras de la felicidad al baño María
Lola Santos Fernández

Las sobras de comida bien cuidadas son una de las cosas que más felicidad me dan en la cocina, quizás porque mi madre a menudo me las guardaba para que me las merendase a la vuelta del colegio. No hay guiso de mi madre del que no sobre comida para llevarle a sus hijas, para comer ella a otro día o para pasarle un plato a la vecina. Las sobras me hablan de estar, de estar con conciencia, del arte de guardar, de pensar en la otra mientras cocino, de compartir(me), de tener presencia en la cocina y de tenerla en relación con el mundo. Presencia y relación son buenos ingredientes de la política del don, de la política de las madres y de la que como madre me nutro.
Las sobras representan para mí también el máximo de confianza entremujeres. Volver a casa de mi madre o de mis hermanas, y cuando era niña a la de mi tía materna también, y saber que puedo abrir los armarios, el horno o la nevera para ver si les quedó algo (ese tesoro entre dos platos, uno encima de otro), es mi manera de echar raíces en sus casas, que son un poco nuestras. Nos vamos así enraizando en el mundo entero.
A las mujeres nos cuesta mucho tirar la comida. No sólo por el dinero, que también, sino sobre todo por el esfuerzo, el cariño y la dedicación, cuando los hay, que acompañan a cada guiso. Nos sustraemos así también a ese doble sinsentido de comprar y tirar compulsivamente y que tanto daño está haciendo a la madre-tierra. Las mujeres civilizamos el mundo mediante muchas resistencias. Las sobras lo son al desperdicio y a la ausencia de autoridad en la cocina. Preferimos conservar y, cuando podemos y deseamos, inventar, crear, recrear, reciclar un pollo frito con un pisto, unos macarrones con una tortilla, incluso un arroz con unas croquetas.
Con “las sobras de la felicidad” quiero también adentrarme en un lugar oscuro, doloroso y que tiene que ver con la dificultad que durante años encontramos mi madre y yo en nuestra relación a la que parecía bastarle solo las sobras de una felicidad que cada una buscaba por su lado y que no llegaba. No podía llegar. La cocina entonces se volvió triste, opaca, fría… por suerte estamos aprendiendo a recalentarla al baño María.

Un doble filo: alimentación y pasión
Stefania Giannotti

La primera imagen que recuerdo es la de la cocina de mi infancia, donde están mi abuela, mi madre y yo, pequeñísima: las tres en la relación genealógica de las Tres Madres. Ahí empezó mi sentir la cocina como un espacio relacional. De esa primera experiencia he llevado siempre en mí y conmigo una primera imagen/experiencia: el "altercado" que crece sobre un deseo compartido que se pasan de una a otra las generaciones de mujeres. De ahí nace la cocina relacional.
El cocinar es también, para mí, un vínculo de doble filo entre el nutrir y la pasión. La pasión aporta un más a la ya noble acción de alimentar, obra femenina de civilización. Considero la autoridad el ingrediente indispensable para la elaboración del alimento, tanto en las grandes cocinas como en las pequeñas, en las de la amistad: aprender a hablar, aprender a cocinar son obras de la relación materna.
Hablaré también de la arquitectura de la cocina, concretamente de las aportaciones de las arquitectas y del proyecto de mis cocinas. Y, finalmente, del vínculo entre el dolor y la cocina: cocinar como modo de sustraerse del dolor y de ganar resistencia: elaborar y ofrecer alimento como fuerza y potencia contra el dolor que debilita y anula.

Mi madre y las lentejas. Recital de poesía española del siglo XX
Nieves Muriel García

La poesía sostiene una continuidad insospechada entre la lengua y la acción humana. Darle voz, cantarla a viva voz – fuera del libro – devuelve a la poesía a su verdadero ámbito: el de la escucha y las relaciones.
Cantar o recitar poesía forma parte de una acción antigua y relacional que más mujeres que hombres han llevado a cabo en los templos y en los campos, en las calles y en las casas, en los zocos y en los pozos. También se trata de una acción que pone en marcha un movimiento que interesa: el de las palabras y la música que estas traen consigo bajo la gracia del timbre y la voz de quien canta. Movimiento que también actúa sobre quienes se acercan a escuchar.
Mi madre y las lentejas es una propuesta de canto y escucha de poemas de poetas españolas del siglo XX que han puesto en juego la relación con la madre a través de la memoria, los sabores y los saberes de la cocina. Matria chica y gigante que algunas poetas han recogido recordando recetas, propiedades, hechizos, olores y experiencias que atan los sabores a los saberes, los saberes a los cuerpos y a la madre.

Lugar de celebración

Sala La Cuina. Centre de cultura de dones Francesca Bonnemaison.
C/ Sant Pere Més Baix 7. 08003 Barcelona

Hora: 10h a 19:30h
Importe: ENTRADA LIBRE

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