Desde siempre se nos ha inculcado la imagen de la mujer frágil ante la del hombre vigoroso; la de la mujer inocente ante la del hombre impulsivo; el ama de casa servicial ante el tenaz trabajador. A las mujeres se nos ha echado a un lado a lo largo de la historia y, aunque la situación ha ido evolucionando a nuestro favor estos últimos años, aún hay quién cree que debe quedarse al margen. Pero hay que saber darnos nuestro lugar.
El mundo del deporte tiene mucho que ver con esta retrógrada concepción en realidad. Hay mujeres que no quieren verse fuertes ni fornidas, les da miedo desarrollar músculo y así verse “más masculinas”. Mientras ellos hacen pesas, ellas hacen dietas y cardio a diario para perder “esos kilitos de más”.
En este artículo os voy a contar, chicas, por qué deberíais dejar estos pensamientos atrás, comer bien y entrenar pesado.
QUE COMER NO TE HAGA SENTIR CULPA
Tener una mala relación con la comida no va única y directamente relacionado con sufrir un TCA. Una relación tóxica puede referirse sencillamente a hacer dietas excesivamente estrictas que no te permitan alimentarte correctamente.
El problema está en que tenemos una mala concepción de la palabra dieta. Nos hace pensar en restricciones, privaciones y autocontrol, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, esta palabra proviene del término griego díaita, que significa “modo de vida”. Y es que “dieta” no implica vetar todas las grasas y carbohidratos de tu plan de alimentación, sino que se refiere al conjunto de todo tipo de alimentos que se ingieren para formar hábitos nutricionales en nuestro día a día.
Así es, no hay alimentos prohibidos, todos son válidos. Una hamburguesa no te hará engordar, pero una ensalada tampoco te hará adelgazar, no existen las comidas “quema-grasas”. Se trata de encontrar un equilibrio, pues de nada sirve restringirte continuamente si eso te lleva luego a atracones y lamentos.
La culpabilidad es un sentimiento muy común cuando se trata de iniciarse en este mundo. Hay quiénes sienten tanta culpa que, tras “saltarse” la dieta, no comen correctamente o hacen el doble de cardio para tratar de “compensarlo”. Esto no va así. Si algún día no cumples con tu objetivo, ya sea porque tienes un compromiso o simplemente te apetecía comer diferente, no ocurre absolutamente nada. Que un día comas de más no va a hacer que pierdas tu progreso, debes seguir con tu plan tal y donde lo dejaste. Comer no debería ser un capricho ni mucho menos debería ser “castigado”.
QUE NO TE DE MIEDO ENTRENAR PESADO
Si sois mujeres y entrenáis, seguramente habréis tenido que lidiar con comentarios como “no te pases entrenando, que vas a parecer un tío”, “has perdido toda tu feminidad”, “no me gustan las chicas musculosas”, o cualquier otra barbaridad de este estilo. Debemos partir de la base de que hay muchos tipos de cuerpos (todos válidos, por supuesto) y no todas queremos llegar a tener el mismo cuerpo como objetivo.
Entrenar pesado no va a hacer que automáticamente os vayáis a convertir en Hulk, no al menos de la noche a la mañana. Simplemente, os vais a volver más fuertes y saludables de manera funcional, además de ayudar a la pérdida de grasa (así es, no solo el cardio colabora en esta pérdida).
De todas maneras, ¿y si vosotras lucháis por conseguir un cuerpo musculado?, ¿y si eso es exactamente lo que queréis? A la sociedad a veces se le olvida que no tiene ningún tipo de derecho a opinar sobre el cuerpo y los sueños de los demás. No tengáis miedo a los entrenamientos de fuerza, demostrad que las mujeres no tenemos por qué quedarnos exclusivamente en la zona de cardio y clases dirigidas.
Yo misma he pasado por esto. Durante muchos meses probé mil dietas que no me hacían sentir del todo a gusto con lo que comía y dejaba de comer. Aún hoy sigo recibiendo comentarios como “cuidado con las pesas, no te vayas a pasar”. Ojalá hubiera entendido antes que hay otras maneras de ver las cosas y que realmente se puede disfrutar mucho de este proceso.
Las cosas no vienen solas, no caen del cielo. Se necesita de mucho compromiso y ganas de superarse a una misma para lograr tus objetivos. No todos los días vas a cumplir con tu plan de alimentación ni van a salir siempre los entrenos redondos. No todos los días vas a verte bien, pero tampoco todos los días vas a verte mal. Se trata de esforzarte, ser constante y crear el hábito. Así, cuando la motivación decaiga, será la disciplina la que actúe. Confiad siempre en vosotras y en vuestras posibilidades, dejaos de dietas estrictas y que no os dé miedo entrenar pesado. Daos vuestro lugar.