PEQUEÑA PRISIÓN

…que no es lo mismo que una pena breve o una condena leve. La pequeña prisión es un sitio cuyas paredes levantas tú mismo.

–¿Dónde estás?
–Estoy aquí. ¿No me ves? Estoy en una encrucijada, ante una decisión inminente que no sé tomar.

(Todas las decisiones se representan como encrucijadas. Y, en todas ellas, la decisión que tomas resulta que no satisface la condición de lo correcto: ya lo hizo Edipo en la encrucijada en que mató a su padre, porque era correcto que matara a su padre pero también fue su maldición.)

La dificultad de la decisión (y una decisión puede ser además de mala, mal o bien tomada) es lo que suscita la encrucijada, pero el infeliz lo piensa al revés, cree que la encrucijada es la causa de su mala decisión o la causa de su indecisión. Construye su pequeña prisión en el marco de su situación y no entiende que “la decisión acerca de qué es lo correcto y qué no, nunca puede depender completamente del propio capricho de uno” (Wittgenstein, Investigaciones, I, 258).

En una situación, no importa cuál sea, todos estamos determinados, pero somos demasiado cristianos (o soberbios) para asumir esa inocencia.

(No veo la salida a esta prisión. No la veo por ninguna parte.)

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.