IDEALES

Esta es Aleta, la princesa de las Islas Brumosas que enamoró al Príncipe Valiente. Así la imaginó el dibujante Harold Foster en sus viñetas:

 Aleta

 

y esta es la actriz británica Diana Rigg caracterizada como Emma Peel:

emmaPeel

y esta última es la divina Laura Antonelli, en su momento más glorioso

laura

Cada una de ellas fue un descubrimiento, una epifanía de mi primera juventud, un ideal realizado de la belleza femenina al que tarde o temprano yo fui, por una razón u otra, absolutamente devoto y fiel. La primera es botticcelliana, una auténtica matriz florentina, aunque la intención de Foster era conseguir la esencia de la mujer nórdica. La segunda me recuerda la belleza del ave rapaz; y finalmente la tercera es la apoteosis de la feminidad. Ahora que los considero en conjunto, veo que estos modelos de rostros femeninos no pueden ser más contrastados entre sí y, sin embargo, al cabo de muchos años, cada uno de ellos configura un patrón del que no puedo escapar, cada uno es una stealing beauty y, aunque los patrones hayan podido cambiar según la ocasión y el paso del tiempo, la función de cada uno como ideal que se persigue o se adora ha permanecido en mí siempre intacta, como un monumento antiguo.

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