LA OCASIÓN

En su Opus Posthumous, Wallace Stevens escribe que “El poema es el clamor de la ocasión,/ parte de la propia res y no acerca de ella”.

Si consideramos atentamente esta observación comprobamos que genera un nominalismo de nuevo cuño: el poema no es el nombre de aquello refiere, el rótulo de una denotación o una connotación inesperada sino la extensión de cierta experiencia –naturalmente, individual– que el poeta transporta al discurso. Mejor dicho, es la dimensión poética de una experiencia única que, unas veces asoma u ocurre y otras no y, por lo tanto, no es algo que pueda ser impostado. Según esto, toda poesía es ocasional o consustancial a un caso y a un objeto singular.

Es el caso, pero de una manera inefable. Como vos.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.