La tarde se ha puesto muy serena y los días, poco a poco, se van acortando. El aire está fresco y se puede pensar. Ya lo decía Hegel: es difícil hacer filosofía cuando hace mucho calor.
(Date prisa entonces, no dejes pasar la oportunidad; por una vez, intenta ser bueno.)
Se puede ser tolerante y generoso, incluso magnánimo; porque es verdad que:
Lo que se hace por amor acontece siempre más allá del bien y del mal.
(Nietzsche, Más allá […],107).
¡Y son tantas las cosas que hacemos (y nos hacen) por amor!
(Oh, Nietzsche, Nietzsche…)